lunes, 22 de marzo de 2010

INFORME ECONOMICO AL 22-03-10

Girasol: Buenos rindes y buenos precios
Con más de la mitad de la superficie cosechada, el rinde nacional supera los 17 qq/ha. Excluidas las regiones del norte, sube a 19,6 qq/ha, con resultados excepcionales por ejemplo en el Centro de Buenos Aires y la Cuenca del Salado, con 25 qq/ha. Se detuvo la revaluación del dólar, que estaba afectando los precios internacionales. Estos siguen siendo muy buenos. La suba interanual para el aceite de girasol es del 18%.

Informe del Lic. Jorge Ingaramo, economista asesor de la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR).

Las lluvias, que en algunas regiones girasoleras están dificultando la cosecha o incrementando la incidencia de enfermedades fúngicas (Sclerotinia, Verticillium y Roya blanca), en otras aumentan el potencial de rinde. Según el último informe de la Bolsa de Cereales (jueves 18 de marzo), habiéndose cosechado el 56,5% del área apta (o sea algo más de 677.000 hectáreas) se obtuvieron MT 1,16, con un rinde de 17,2 qq/ha, lo que permite proyectar una producción de MT 2,1.

Se observa una fuerte variación entre zonas, considerando los rindes obtenidos al día de la fecha. Destacan el Centro de Buenos Aires y la Cuenca del Salado con 25 qq/ha obtenidos y más del 90% cosechado, mientras que el Sudoeste de Buenos Aires y Sur de La Pampa no llegan a los 10 qq/ha. La región con mayor participación en el área cosechable, el Sudeste bonaerense (con el 38%), muestra rindes de 22 qq/ha, con el 40% recolectado.

Sabemos que ha finalizado la cosecha en el NEA y en el Centro – Norte de Santa Fe, con resultados dramáticamente afectados por la seca. Si se excluyen estas dos regiones, el promedio nacional sube de 17,2 a 19,6 qq/ha, pese a los magros resultados obtenidos en la segunda zona girasolera, o sea el Sudoeste de Buenos Aires y Sur de La Pampa (22% del área).

Mercado internacional
El informe del USDA de marzo es alentador en lo que respecta a aceites vegetales. Se espera un consumo mundial 5,5% superior, mientras que la producción crecería 4,2% interanual, con lo cual la relación de stocks finales a consumo bajaría de casi 10 a 9,6%.

Se mantendría la creciente participación del aceite de palma en las exportaciones. Ascendería a más del 62%, de los MT 57 comercializados, cinco puntos más respecto del porcentual observado hace cuatro años.

La participación del aceite de girasol en el consumo no declina, pese a la menor oferta de grano. Por el contrario, crece 2,6%. No obstante, su incidencia en las ventas externas, se reduce de MT 4,5 a 4,1 en un año, representando el 7,1%. Hace cuatro años, significaba el 8,3% del total.

La producción mundial de girasol caerá MT 3 (8,2% de merma), mientras que el consumo lo hará en MT 1, o sea un 3%. Considerando el aceite, habrá una producción 3,4% inferior, mientras que el consumo aumentará 2,6%.

La producción esperada en nuestros tres principales competidores (Ucrania, Unión Europea y Federación Rusa), para materia prima, bajará 7,2%, al pasar de MT 21,3 a 19,8. Para el USDA, La Argentina ofrecerá MT 2,3. Respetando el resto de las estimaciones y corrigiendo a MT 2,1 la producción argentina, se obtiene una producción mundial 8,8% inferior a la de la campaña anterior. Ello redundará en una oferta de aceite 4,2% menor, donde la participación argentina, comparada con la de dos años atrás, pasará del 17,8 a apenas el 8,7%.

Es evidente que la caída en nuestra oferta de grano, de MT 4,6 a 2,1 en el bienio, tiene claras consecuencias en el mercado que, pese a abastecerse en mayor proporción con aceite de palma, mantiene su preferencia, al menos en los países de altos ingresos, por nuestro producto.

Luego de un período de revaluación clara de la moneda norteamericana, entre los primeros días de diciembre y comienzos de febrero, se asiste a un mantenimiento en los últimos cuarenta días, de un rango de paridad Dólar – Euro, de 1,35 a 1,37. Esto implica una suba del 10% en la divisa norteamericana, con respecto a principios de diciembre pasado.

La evolución en los precios de los aceites ha sido positiva en el último año. Considerando los promedios para el mes de febrero, las variaciones interanuales son de 17,8 y 17,5% para los de girasol y canola, respectivamente. Los dos aceites que habían sufrido la mayor caída post - burbuja, tienen recuperaciones superiores: 22,2% para soja y 34,8% para palma. Comparando el promedio de febrero con el de diciembre pasado, se puede medir el efecto de la mencionada revaluación del Dólar. Las caídas promedio son: 3,9%; 5,4% y 2,2% para los aceites de girasol, colza y soja, respectivamente. Notablemente, pese al aumento de 5,8% en la producción de aceite de palma, su precio ha seguido subiendo en el último bimestre, al ser demandado en los países en desarrollo, principalmente asiáticos, en los que se esperan los mayores crecimientos del Producto en 2010.

Los contratos de aceite de girasol en Rotterdam, al 19 de marzo, muestran valores para abril-junio de U$S/tn 950 y U$S 990 para el tercer trimestre.

Las primas sobre los aceites de canola y soja son de 5%, para ambos y crecen para contratos del tercer trimestre a 8,3% y 8,2%, respectivamente.

Mercado local
El valor FOB publicado por el Ministerio de Agricultura es de U$S/tn 860, 32% superior al de un año atrás. Por su parte, el aceite de soja cotiza U$S/tn 815, con un 25% de mejora.

La exportación ofrece $/tn 910 en Bahía Blanca y Necochea y $/tn 920 para Rosario y San Martín. Las fábricas pagan $/tn 910 en Junín y General Villegas, $/tn 900 en Trenque Lauquen y Daireaux y $/tn 880 en General Pico. Para el disponible, el Término registra una posición de U$S/tn 240.
Fuente: SAVIA Comunicacion

miércoles, 17 de marzo de 2010

Que pasa con la carne?

Comparto con ustedes un excelente artículo del Presidente del IPCVA sobre lo que está pasando con la ganadería en la Argentina. Para entender porqué los precios de la carne no se acomodan, aunque la presidenta intente desalentar su consumo a costa de incentivar la afrodisiaca carne de cerdo, el pollo y ahora, el pescado.


Opinión
¿Qué pasa con la carne? ¿Hasta dónde llegará el precio?
Por Dardo Chiesa
Para LA NACION

Sábado 13 de febrero de 2010

¿Qué pasa con la carne? ¿Hasta dónde llegará el precio?, se preguntan los medios de todo el país, reflejando la angustia de los consumidores argentinos, los más carnívoros del mundo. La respuesta, en verdad, es bastante sencilla y con algunos párrafos se puede explicar qué es lo que ha pasado con la ganadería en la Argentina para que se desate un incremento de precios tan abrupto y en tan pocos días.

Basta con recolectar algunas de las múltiples advertencias que se hicieron desde el sector en estos últimos años para tener un cuadro de situación certero: faena de hembras, disminución de animales vacunados, exportaciones cerradas, abiertas o semi, pero siempre cuotificadas y con "permisos" que no siempre permiten, aumento de la superficie sembrada, sequía, campos cerrados, productores que se fueron "a vivir a los pueblos", etcétera.

Tanto productores como consumidores quieren soluciones: el productor poder producir y hacer de ello su modo de vida, y el consumidor tener el producto en su mesa con toda su calidad, pagando un precio accesible y justo.

Aun con este escenario poco proclive a la reflexión, quiero hacer una síntesis lo más objetiva posible de la situación y esbozar alguna propuesta de solución.

Tenemos que tomar algunas cifras para poner el problema en blanco sobre negro. En primer lugar, el stock de ganado bovino que supo estar en 56 millones de vacunos hoy no es mayor a los 51 millones. Teníamos algo más de 22 millones de vacas madres y hoy no mucho más de 19 millones. Antes de la gran sequía, el porcentaje de preñez estaba un poco por encima de 65%, y producto de la misma no llegamos al 43%. La ecuación de la cría arrojaba algo más de 13 millones de terneros y este año no vamos a tener más de 10 millones. El peso de faena antes del advenimiento del feedlot era de más de 300 kilos, y hoy no supera los 220 kilos.

El retraso en el pago de las compensaciones a los feedlots genera una marcada reducción en la capacidad ocupada de los mismos, con la consiguiente merma en la producción.

La conclusión es que nos van a faltar algo más de 3 millones de terneros y, a los que sí tenemos, los vamos a faenar más livianos. La resultante es que el aparato productor podrá aportar carne para un consumo no mayor a los 50 kilos por habitante y por año.

¿Cuánto venimos consumiendo y cómo estábamos hace 5 años? El consumo en 2009 fue de 74 kilogramos por habitante por año, y en 2006, cuando se cerraron las exportaciones, estábamos en 61 kg.

Si finalmente contraponemos los 74 que demandamos con los 50 que hay, podemos explicar la mayor parte del problema. Digo la mayor parte del problema pues la otra descansa en los sustitutos que no pueden aportar los 24 kg restantes porque no hay. De pollo comemos 32 kg y podrían subir a 35 como mucho. Y de cerdo 7 kg y esta cifra no tendrá mucha movilidad en el corto plazo.

Problema estructural
El escenario es de una merma de producción cercana al 30%, y una demanda sostenida, porque viene alta y no encuentra la sustitución de productos, sencillamente porque no hay. Estamos entonces ante un problema estructural y no estacional. Pensar en una mayor oferta en marzo es abrazar la hipótesis de la estacionalidad, que por cierto la producción la tiene y la va a volver a mostrar en junio, cuando comience el invierno, las heladas y la restricción del pasto. El problema está en la estructura, en el esqueleto del aparato productivo.

Quizás alguien me pueda calificar de excesivamente liberal por decir que el aumento del precio se va a detener cuando se ajuste el consumo a lo que la oferta puede dar, pero a pesar de todos los intentos de "manejar" el precio de la carne, la realidad termina corrigiendo todas las desviaciones.

De esta situación sólo se sale produciendo más. Si no hacemos nada -o seguimos en el camino por el que vamos actualmente- la peor noticia no van a ser los 50 kilos de este año, sino los 46 kg para 2011. Y todos sabemos que barranca abajo se va solo.

También es cierto que con el stock actual se podrían producir algo más de un millón de toneladas más de carne, pero para eso debemos trabajar bien. Trabajar bien sería subir el peso de faena, pero no 20 kg, que es lo que se está discutiendo, sino más de 100.

En el corto plazo hay que recomponer la base forrajera, diezmada por la sequía; frenar la faena de terneras hembras, pues son la reposición de nuestro rodeo; aumentar el peso de faena y, en el largo plazo, podemos llegar a aumentar los índices de eficiencia reproductiva.

Pero la primera acción debe venir de la política, dándole previsibilidad al negocio. Cualquier acción que se deba hacer tiene un costo de inversión. Esa inversión se hace hoy y es prácticamente al contado. La retribución vendrá dentro de 2 o 3 años. Previsibilidad es más importante que rentabilidad.

El desafío es encontrar el camino del crecimiento, de pedirle a la política el apoyo para hacer lo que la ciencia y la técnica nos dicen, y aplicar los conocimientos en pos de una ganadería pujante para todos, desde el productor hasta el consumidor.

El autor es presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina.

Crónica de una situación anunciada

Este comunicado sobre maíz fue enviado en el día de ayer a todos los medios:
Frente a las distorsiones sufridas con el mercado del trigo, desde la Sociedad Rural de Rosario anticipábamos muy alarmados nuestra preocupación ante una situación que podía reiterarse en plena cosecha de maíz. Con tan sólo el 18% de la recolección efectuada, los productores no encontramos compradores y desde el 1 de marzo el maíz no cuenta con precio de pizarra.

En lo que va del presente mes de marzo, los productores no pudimos contar con precios pizarra y los exportadores siguen retirados del mercado disponible de maíz para evitar pagar el fas teórico oficial.

Con este panorama el presente de los productores es muy preocupante ya que tienen que hacer frente a los compromisos de pagos adquiridos previamente, que no pudieron responder con la pasada cosecha de trigo por los graves problemas de mercados -como la implementación de ventas por cupos y el cierre de las exportaciones impuesto por el Gobierno Nacional- .

La crónica de esta situación anunciada plantea un contexto donde los traders evitan el mercado disponible para realizar operaciones como contratos forward (a futuro) pagando por la mercadería unos 108 u$s / tonelada contra los 117 u$s / toneladas del fas teórico correspondiente al último precio oficial publicado.

Al mismo tiempo, este tipo de operación registrada como contrato de futuro suma un grave problema en la logística de acopio. La mercadería no es retirada hasta la fecha de entrega acordada en el foward quedando el almacenaje del cereal a cargo del productor, con su consecuente problema de acopio para hacer frente prácticamente al total de la presente cosecha de maíz y a la recolección de soja que se avecina.

Lo ocurrido en esta última campaña de trigo y este presente nada alentador para la cosecha de maíz, consecuencia de la intervención del Gobierno Nacional que perjudicó a los productores desalentando la siembra de estos cultivos, son una clara muestra de la necesidad de liberar los mercados y establecer reglas de juego claras para beneficio de todas las partes que integran la cadena productiva como ya lo hemos expresado en reiteradas oportunidades desde esta entidad.

Fuente: SOCIEDAD RURAL DE ROSARIO.

viernes, 12 de marzo de 2010

“La Argentina puede ‘no perder’ con el cambio climático”

Si el país cuida los recursos naturales y comienza a considerar planes para adaptarse al cambio climático, entonces algunos de sus efectos benéficos podrían ser aprovechados por el sector agrícola para potenciar la producción de alimentos.

“En las próximas décadas, la región Pampeana podría registrar un aumento moderado de la temperatura y las lluvias que beneficiarían la productividad de algunos cultivos anuales. En el mediano plazo, el mayor riesgo para el sector estará asociado a la probable intensificación de los eventos extremos, especialmente los relacionados con las lluvias”.

Así se expresó la especialista del INTA Castelar, Graciela Magrín, una de los 800 profesionales del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) que ganó el premio Nobel de la Paz a raíz de un informe en el que se afirmaba que las actividades humanas eran las causantes principales del cambio climático. Además, es la primera investigadora del INTA invitada por una revista de importante tirada nacional para participar de un artículo en homenaje a las mujeres en su día, presentada como una persona destacada en el ámbito científico.

El cambio climático produce importantes modificaciones a nivel mundial que podrían ser relativamente aprovechadas por la Argentina en su rol de proveedor mundial de alimentos, siempre que el país sea capaz de conservar la calidad de sus recursos naturales y de planificar medidas adecuadas para encarar los cambios.

“En el caso de la agricultura, los avances tecnológicos permitirían adaptar las producciones ante modificaciones progresivas del clima. Sin embargo, el riesgo mayor estará asociado con los episodios climáticos extremos”, afirmó Magrín. En el caso de la agricultura, si el clima se modifica lentamente, se van desarrollando e implementando nuevas tecnologías que permiten adecuarse o adaptarse a los cambios. “El problema será entonces la intensificación de los eventos extremos”, dijo la especialista.

Magrín consideró que, en los próximos 20 años, la Argentina podría ser una “no perdedora” con el cambio climático: “El país tiene muchas oportunidades porque, en términos medios, vamos a estar relativamente favorecidos. Eso quiere decir que si nosotros mantenemos la calidad de recursos naturales y los sabemos cuidar –si no hacemos producciones o tipos de cultivos que puedan estropear nuestro medio ambiente–, tenemos muchas posibilidades de seguir siendo uno de los grandes productores de alimentos en el mundo”.

Fuente: INTA Informa N° 576

jueves, 11 de marzo de 2010

Volver a ser los primeros

La eliminación de las retenciones para la industria y una adecuada protección a su valor agregado con un mínimo impuesto a la materia prima, permitiría que el productor reciba un 48 % más de precio. De esta forma, en un par de años, la Argentina podría volver a liderar la exportación de girasol en el mundo.

Informe elaborado por el Lic. Jorge Ingaramo, asesor económico de la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR).

La Bolsa de Cereales volvió a estimar al alza la producción de girasol 2009-10: calcula 2,1 millones de toneladas. Los precios internacionales siguen siendo buenos, principalmente por la magra oferta argentina: los contratos para el tercer trimestre de 2010 alcanzaron los U$S/tn 1000 en Rotterdam, para el aceite. La Argentina puede volver a ser el primer exportador mundial, lugar que perdió en las últimas tres campañas. Hay que alcanzar las 6 millones de toneladas de grano, para lograr excedentes similares (en aceite) a los que muestra Ucrania para 2010. Se requiere la eliminación de las Retenciones para la industria y una adecuada protección a su valor agregado, con un mínimo impuesto a la materia prima. Ello implicaría un precio al productor 48% superior. Se está a tiempo para que volvamos, en un par de años, a ser los primeros.

La cosecha
El último informe de la Bolsa de Cereales, del 4 de marzo pasado, revela un avance del 27,5% cosechado, de las 1,2 millones de hectáreas cosechables. En las algo más de 330.000 hectáreas, con un rinde de casi 14 quintales, fue posible lograr unas 458.000 toneladas.

La Bolsa re-estimó al alza la producción esperada. Ahora calcula que se alcanzarán 2,1 M de t, que así y todo, siguen siendo casi un 55% menos que las obtenidas hace dos años. La mejora se funda en rindes muy elevados, por encima de los promedios históricos, en determinadas localidades, en zonas netamente girasoleras.

Así, por ejemplo, en el Sudeste de Buenos Aires (38% del área cosechable), pese al escaso avance, se han logrado 21 qq/ha de promedio y en localidades particulares como Necochea, 32 qq/ha. En el centro de Buenos Aires, con el 25% recolectado, se obtuvieron 25 qq/ha, con excepcionales rindes en Saladillo (35 qq/ha) o 25 de Mayo (37 qq/ha). También es notable la performance en la Cuenca del Salado que, con 35% cosechado, obtiene 23 qq/ha, con rindes excepcionales, por ejemplo 30 qq/ha en Madariaga.

El contraste es evidente con las regiones del Centro-Norte del país, donde el avance de cosecha es mucho mayor y hay resultados magros: así, el NEA y el Centro-Norte de Santa Fe, culminaron su cosecha con rindes de 7 y 11 qq/ha, respectivamente, mientras que el Centro-Este de Entre Ríos, con 80% cosechado, apenas alcanza 13 qq/ha.

Los mercados
Luego de casi tres meses de revaluación del Dólar en términos del Euro (de 1,51 a 1,35 por unidad), en la última semana hubo una leve modificación en sentido contrario. Hoy cerró a 1,363. Se interrumpió la “fuga hacia la calidad” producida, no sólo por los ambiguos resultados económicos en los países desarrollados, sino también por la persistencia de elevadísimos déficit fiscales en determinados países de la Unión Europea.

Toda la zona del Euro padece un desequilibrio del 6% del PBI, pero algunos países superan el 12%. Esto genera políticas de ajuste que no cuentan con respaldo popular. Momentáneamente se debilitó la moneda, a raíz de la imposibilidad de que las naciones que enfrentan mayores desequilibrios puedan devaluar (deben ajustar salarios y gasto, para financiar sus deudas a tasas razonables).

Esta fue la razón por la cual aumentó la demanda de dólares, hasta que se vio que el efecto había sido excesivo. Todo parece indicar que habrá que acostumbrarse a un Dólar más fuerte que lo esperado, pese a que Estados Unidos tendrá un déficit superior a 9 puntos del PBI en 2010.

Los contratos para abril-junio de aceite de girasol en Rotterdam, cerraron a U$S/tn 960, en tanto que los del tercer trimestre alcanzaron los U$S/tn 1000. Las primas, para el segundo trimestre, son de 4,7 y 3,8%, respectivamente, respecto de los aceites de canola y soja.

El Ministerio de Agricultura local fijó un valor FOB de U$S/tn 860 para el aceite, o sea un 31% de suba con respecto a doce meses atrás. Para el aceite de soja, el precio es de U$S/tn 836, con una mejora anual del 32,7%.

La plaza disponible, con bajo nivel de oferta, registra valores de $/tn 930 para los puertos del Sur bonaerense y de $/tn 940, para Rosario y San Martín. Las fábricas ofrecieron, por ejemplo en Junín y Cañuelas, $/tn 830 y pagan U$S/tn 243, con entrega y pago en mayo. En el MAT, el disponible ajustó en alza a U$S/tn 240, mientras que el término asciende a U$S/tn 260.

Volver a ser los primeros
La Argentina fue el primer exportador mundial de aceite y pellets de girasol, hasta 2006/7. Si se vuelven a producir MT 6 y se industrializa todo, manteniendo el consumo interno, nuestro país se ubicaría en el primer puesto. La obtención de MT 2,5 de aceite, dejaría un saldo exportable de MT 2,1, exactamente igual al de Ucrania, en 2010.

Recordemos que nuestro país y Ucrania, en 2006-07, representaban el 35,8 y el 33,2% de las ventas externas mundiales, respectivamente. En harinas, las cifras eran, para cada uno, del 35,5 y el 30,9%.

En el caso del aceite, este año podríamos producir unas 870.000 toneladas, con un saldo exportable de 483.000 toneladas, representando apenas el 12,7% de las ventas externas. Ucrania y la Federación Rusa alcanzarán 55,2 y 15,8%, respectivamente.

Nuestro competidor (el aceite de canola) se destina cada vez más a Biodiesel. En los últimos cinco años, la Unión Europea, pasó de un consumo industrial de aceite de canola de MT 2,59 a 5,79; se espera que alcance las MT 6,3 en 2010. La suba quinquenal de 143%, está justificada por su empleo como materia prima, para cumplir con los porcentajes de energías limpias en la matriz de consumo. Se estima que casi MT 5 tendrán ese destino, en 2010. El consumo alimentario de aceite de canola, en la UE, también aumentó (15,7% en el quinquenio) y representará, en 2010, apenas el 49% del consumo industrial.

Mientras tanto, los “nuevos ricos” seguirán conociendo la excelencia de nuestro producto, cuyo abastecimiento en el corriente año está claramente afectado por la magra oferta argentina. De las 703.000 tn. de caída en las exportaciones mundiales, 517.000 se deben a La Argentina (casi tres cuartas partes).

Las últimas dos campañas no fueron buenas en La Argentina, por el clima y la discriminación tributaria que sufrió el cultivo. Muchos piensan que los productores no vuelven más al girasol. Pero, con una mínima Retención, que sólo proteja el valor agregado de la industria y sin trabas en la comercialización, el precio al productor crecería 48% y se podría intentar el regreso del cultivo a mejores zonas productivas, en las cuales fue desplazado.

ASAGIR está trabajando en reducir la brecha entre los rendimientos posibles y los alcanzados en el promedio nacional, unos 10 qq/ha de diferencia. De la política pública depende el incentivo principal, ya que sabemos que los productores que adoptaron las mejores tecnologías en zonas girasoleras “normales”, lograron reducir a la mitad la mencionada brecha. De modo que, con un margen bruto mejorado sustantivamente, gracias a un cambio en lo impositivo, y recuperando los potreros de mejor aptitud, serían viables 20 qq/ha de promedio nacional y MHas 3 cultivadas.

No es difícil volver a ser los primeros exportadores mundiales. No hay que asustarse por una eventual baja en los precios ya que, como vimos, los mercados serán crecientemente demandantes. Aunque hubiera una merma en los valores FOB de exportación, ésta podría ser más que compensada por la disminución drástica de las Retenciones, a 3 puntos porcentuales para la materia prima y a cero para la industria.
Fuente: SAVIA Comunicación