viernes, 13 de julio de 2012

Por un sorgo titular y no suplente

El sorgo quiere volver a ser el cultivo importante que fue. Es una opción cuando se complica hacer maíz, en las zonas más aptas, y es firme candidato en aquellos ambientes riesgosos cuando la seca complica y aprieta. Sus ventajas son conocidas y no se discuten, sin embargo cuesta que se produzca sorgo y que no sea siempre la alternativa. 
Por Ines Umaran 



Tener el conocimiento académico es importe. También lo es conocer las experiencias de productores que, al compartirlas, trasmiten muchos conocimientos, bajando a tierra los conceptos teóricos. 

Rubén Barbieri, es asesor y productor de sorgo y en el Ciclo de Charlas on line "Hablemos de sorgo" organizadas por Advanta Semillas, a través de Canal Agrositio, contó su experiencia de 3-4 años con el cultivo, en Gral. Villegas y Tres Arroyos. Dos ambientes bien distintos, que es necesario conocer para poder hacer un manejo diferencial y donde queda demostrado que el sorgo es noble y se adapta a diferentes situaciones de suelo y clima. 

En Argentina, en 2008/09 se sembraban 500.000 has y hoy son 1.200.000 has. El incremento ha sido importante. Mucho tuvo que ver el desplazamiento de la agricultura hacia zonas menos aptas, donde el maíz no entra en la rotación, y su destino para consumo animal (principal destino en nuestro país). A nivel mundial el 40% es para consumo humano (es apto para los celiacos, al carecer de prolamina en el gluten). 

Su latencia, que le permite detener su crecimiento frente a stress ambiental (hídrico por ejemplo), la producción de grano con menor cantidad de agua que otros cultivos de gruesa, su sistema radicular explorador -entre los 40 y 50 cm tiene actividad física, muy importante para la fertilidad del suelo-, el aporte de una importante biomasa como rastrojo, lo convierte en una alternativa muy interesante para incluir en la rotación. 

“Nos ha llevado al sorgo, más que nada su precio -dijo con sinceridad Barbieri- pero enganchado con el fin de hacer sustentable nuestra agricultura, para poner en actividad suelos que teníamos en vías de degradación y hacerlos sustentables”. Ve al sorgo como un eslabón importante para seguir produciendo en esos lotes a través del tiempo. 

Lo adoptaron en las dos zonas, explica Barbieri; en Villegas, las napas altas degradan los suelos, rompen su estructura y ahí entró muy bien el sorgo. En el sur, era todo trigo/soja o girasol en suelos poco profundos (40-60 cm), la rotación era muy escasa y el sorgo les está dando buenos resultados, si bien están más ajustados con el ciclo. 

Se cortan los ciclos de plagas, malezas y enfermedades y mejora mucho la infiltración del suelo. “Un sorgo de 5-6 mil kg deja unos 12-13 mil kg de MS en el suelo; un trigo de 3000 kg deja 4000 kg de MS”, aportó el técnico quien agregó que “el rastrojo del sorgo es como una frazada que se le pone al lote”. Puro volumen.

Pero esa cobertura tan preciada tiene una relación C/N muy alta que provoca una inmovilización muy grande de nitrógeno por parte de los microorganismos que degradan el rastrojo. "Esto condiciona el cultivo siguiente; ni trigo ni avena ni cebada sobre sorgo porque necesitaríamos una cantidad muy grande de N para un rinde satisfactorio. Es soja o girasol. Para la soja esa inmovilización ayudaría a la FBN y eso es bueno”. 

Para tener en cuenta 
Un aspecto importante que destacó Barbieri durante su charla es la elección del hibrido, para lo cual lo primero y más importante es el ciclo. “En nuestro caso, para el oeste, Advanta -firma que nos convoca- tiene un portfolio grande. En el sur estamos limitados y condicionados por el período libre de heladas -aproximadamente 150 días desde la primer semana de Noviembre a la primer semana de Abril- ahí tiene que entrar el sorgo. Si le sumamos la posibilidad de latencia, los sorgos de ciclo corto de 130 se hacen 140 días y estamos muy justos, al límite”. 

Otra consideración importante que el especialista compartió es la profundidad de siembra, teniendo en cuenta que el sorgo tiene una semilla muy pequeña (las 1000 pesan 35 gr). La óptima es de 4-5 cm, para tener nacimientos uniformes. “A 2 cm aún con buena humedad, dependiendo de la cobertura, es muy poca la superficie de suelo que tenemos como para que no se pierdan por un calor intenso (cultivos sembrados en Noviembre) y tengamos nacimientos desparejos”. 

En relación a la siembra, Barbieri mencionó que siembra a 52 cm, con placa, ya que da una mejor uniformidad, dejando los distanciamientos a 35 cm para el sorgo de segunda. 

Muchos son los que creen que los requerimientos nutritivos del sorgo son bajos y esto no es así. Son muy similares, por ejemplo, a los del trigo y tiene la capacidad de responder muy bien a la fertilización. “Un sorgo de 8000 kg necesita 200 kg de N, es muchísimo”, explicó Barbieri. Testean los suelos para nitrógeno (N) y fósforo (P) y están llevando los lotes a 16 ppm de P y 130-140 kg de N (suelo + fertilizante). Respecto al N, tiene que estar disponible a partir de la quinta hoja, el consumo de N es muy alto desde allí y hasta panojamiento, toma el 70%. A no dormirse y ponerlo lo antes posible, es la recomendación. 


El control de malezas es otro eslabón importante en la cadena de cuidados para que el sorgo exprese todo su potencial. “Hasta el mes, el sorgo necesita estar limpio, luego avanza mucho y cierra muy fácil; hasta sembrado a 52 cm. Manejamos barbechos con residuales (atrazina) y evitamos el metsulfuron, por la fitotoxicidad. Como postemergente, atrazina, acetoclor y round up full. El control de hoja ancha en posteemergencia es fácil (2,4 D, bambel, dicloran) en gramíneas se complica”. 

Que la semilla venga curada con Concept (antídoto de herbicida) protege al sorgo y permite usar el acetoclor como preemergente, reforzando el control de gramíneas. “Recomendamos comprar semilla curada porque no es lo mismo el curado que hacemos nosotros en el galpón”. 

Hay plagas y una muy importante es la mosquita del sorgo. Tiene varias generaciones y un ciclo corto de vida, son 16-19 días donde pone entre 50 y 100 huevos. Come el grano y lo deja vacío. Su control es sencillo con piretroides, el tema es monitorearla. En cuanto a los umbrales, Barbieri mencionó 1 mosquita/panoja. Luego está el barrenador, pulgón verde de los cereales, trips, bicho torito (en el suelo). 

Pasando a las enfermedades, Ergot –producida por el hongo Faselia soli- es típica del sur, dándose con temperaturas frescas, las que hay que esquivar en floración. “Al abrir la flor, para que se produzca la fecundación, en vez de entrar el polen entra el hongo, lo coloniza y produce una miel llena de esporas que se disemina muy fácil, por viento, lluvia o pájaros. La panoja del sorgo queda blanca”. Y cuando se ve en el campo uno se lleva un susto grande. 

Una cosecha complicada 
En este punto Barbieri hizo especial hincapié. La cosecha del sorgo se da en condiciones climáticas complicadas, no antes del 15 de Mayo y no es fácil bajarle la humedad por más que tenga una inserción alta y haya viento. “El sorgo llega a madurez fisiológica con 25-30% de humedad, hay quienes secan”. 

Con 14% de humedad puede almacenarse de 16 a 18 meses; con 16% el plazo es de 8 a 9 meses y con más de 16%, se aconseja no más de 6 meses de almacenamiento. 

Siempre que se habla de sorgo, los taninos estarán presentes con la conocida duda si taninos sí o no. El sorgo con tanino es una salvación para el tema de pájaros, pero comercialmente son una traba. Por encima del 5% de contenido de taninos se sale del estándar y hay castigo. “Los materiales con tanino, tienen entre 1,4-1,5% y los que no los tienen, 0,4-0,5%. Son decisiones que hay que evaluar. En el caso de Barbieri, usan materiales con tanino. 

El sorgo es un eslabón importantísimo para que los suelos puedan seguir produciendo agricultura porque ayuda a mantener y mejorar el sistema productivo. No quedan dudas.

jueves, 12 de julio de 2012

Planificar para el frio

Una alternativa rentable y eficiente para la actividad lechera son los forrajes de buena calidad: avena y raigrás anual. Recomendaciones del INTA Rafaela –Santa Fe– para potenciar la producción de pasto.

Una opción a la hora de planificar para el frío

Los verdeos de invierno son pasturas anuales que constituyen un recurso forrajero clave en los sistemas de producción lechera. Esto se debe a que aportan forraje de buena calidad cuando las pasturas perennes base alfalfa disminuyen su tasa de crecimiento –desde fines del otoño hasta el inicio de la primavera–. Ensayos del INTA Rafaela determinaron que un buen manejo asegura forraje fresco en una época crítica: el invierno.

Los verdeos de invierno –avena y raigrás anual– bien manejados aportan una alta acumulación de forraje. “La buena producción de materia seca junto al alto valor nutritivo y sanidad los hacen apta para la confección de reservas”, señaló Juan Mattera, especialista en pasturas y forrajes de esa unidad del INTA.

La avena es una de las principales fuentes de forraje verde durante el invierno en toda la región pampeana, tanto para la producción de carne como de leche. En la actualidad, se cuenta con especies y materiales que, combinados de forma estratégica, pueden brindar forraje a lo largo de una época crítica del año.

De acuerdo con Luis Romero, especialista del INTA Rafaela, el tipo y fertilidad del suelo, el clima, la especie, la fecha de siembra, fertilización, las plagas (pulgones) y las malezas son los factores que influyen en el resultado productivo.

Ensayos realizados en campos de productores determinaron que la avena es una especie que se adapta muy bien a las condiciones del clima y suelo del centro de Santa Fe y produce en promedio de 4.000 a 5.000 kilogramos de materia seca por hectárea.
http://intainforma.inta.gov.ar/wp-content/uploads/2012/07/verdeosinvierno-Mattera-web2.jpg

Durante la evaluación, el raigrás anual demostró que puede incluirse en los planteos productivos tanto por su potencial productivo como por su calidad de forraje. “Con buenas condiciones de humedad, se obtuvieron rendimientos superiores a la avena”, expresó Mattera.

“En años secos o cuando no se puede sembrar temprano (marzo-abril) la opción es trigo”, indicó Romero, y agregó: la recomendación es utilizar “cultivares de ciclo largo con buen potencial de rebrote y un amplio ciclo vegetativo”.

El trigo presenta la particularidad de ser más tolerante al frío que la avena debido a esta característica se lo puede sembrar más tarde (fines de abril–mayo). Además, responde bien con menor disponibilidad de agua, tiene una producción de materia seca de 4.000 kilogramos por hectárea y permite hasta tres pastoreos.

El aprovechamiento de los verdeos es conveniente hacerlo cuando el cultivo se encuentra en el estado de pleno macollaje –desarrollo de yemas que potencian el rebrote–.
Con respecto a la calidad, el forraje varía según las especies. “Todos estos verdeos tienen altos niveles de proteína, aunque el raigrás anual se destaca por tener una relación proteína y energía más balanceada ya que posee mayores niveles de carbohidratos solubles”, expresó Romero
Fuente: INTA Informa

miércoles, 11 de julio de 2012

Las bondades del suelo no son eternas

Hace pocos días, invitados por Nidera y por el distribuidor USEN “Jakas, Kokic e Ivancich”, un grupo de productores se reunió en un establecimiento ubicado en la localidad de Alcorta, provincia de Santa Fe, a 90 kilómetrosde Rosario. 

Allí, el Ing. Marcelo Palese, del departamento técnico de Nidera Nutrientes, junto al Ing Gastón Huarte, técnico del USEN, presentaron el Módulo de Ensayo Permanente que la compañía puso en marcha hace ya dos años en este campo, con el fin de aportar conocimientos en pos de conservar los recursos de tierras con más de un siglo de agricultura.

“Mucho se ha dicho que el recurso natural suelo de la Gran Región Pampeana es inagotable, feraz e imbatible. Sin embargo, la historia de una agricultura de poco más de 100 años ininterrumpidos ha demostrado que son frágiles, finitos y necesitan de la recarga de nutrientes”, expresó Palese en la charla realizada a campo.

Uno de los ejemplos de esta afirmación surgió tras el análisis de fósforo en el suelo realizado en tres diferentes sectores.
En el monitoreo intensivo de las áreas que han estado en producción durante 100 años se obtuvieron 13 ppm de fósforo, 3,5% de materia orgánica y 0,8 ppm. de cinc.
En el camino alambrado, un sector con 50 años de protección lindero al alambre, se encontraron 30 ppm de fósforo, 3,91 % de materia orgánica y 3,1 ppm. de cinc.
En el sector en estado natural, sin historia agrícola, se encontraron 191 ppm de fósforo, 4,41% de materia orgánica y 55 ppm. de cinc.

“A partir de estos datos se sabe que durante décadas se produjo a expensas de un suelo de una fertilidad superlativa, que paulatinamente entregó nutrientes y sostén a los diferentes cultivos”, expresó Palese para aclarar que la etapa de estabilidad actual es frágil y requiere, a partir de este escenario, tomar nota de cómo llevar adelante un plan integral de largo plazo que no solamente brinde un sostenimiento de los incrementos de rinde sino también suelos que alberguen reservas y prácticas que sean complementarias a los actuales paliativos instalados.

Para contribuir con el conocimiento de tal recurso, desde hace veinticuatro meses Nidera puso en marcha un sistema de monitoreo intensivo de suelo en un lote geo-referenciado de la localidad de Alcorta, Santa Fe, en una región caracterizada por la sólida vocación de producción de sus agricultores.

Palese relató que para constituir un mapa global del ambiente se realizaron auditorias de suelos estratificados con veintidós parámetros e índices químico-minerales y la composición textural en el perfil de los primeros40 centímetrosde suelo.

Además, “se efectuó el análisis foliar de todos los minerales en los cultivos que allí se sucedieron para comenzar a constituir curvas de absorción preferencial y definir la interrelación de los nutrientes en diferentes estadios (tanto en planta entera como en hojas referentes a la definición del rinde)”, destacó Palese.

Los análisis de suelo incluyeron nutrientes ultra-traza de lectura en partes por billón, responsables de la síntesis de nutrientes en lo inmediato y la presunta disponibilidad en el tiempo. En línea con éstos, se adicionó la determinación de la presencia de bacterias rizobiontes, marcando un antecedente para el ambiente citado, y como una forma de determinar la eficiencia de fijación del nitrógeno y la actividad cuantitativa en el cultivo de la soja.

Asimismo, se complementó la información con la actividad de enzimas consustanciadas con la síntesis de nutrientes esenciales, tomándolos como datos inéditos para estos suelos. Otro de los datos registrados fue el análisis cualitativo mineral de los rastrojos para determinar la potencialidad del aporte que sustentará los primeros centímetros del sustrato.

Para la soja cosechada se realizaron análisis de proteína en grano, trazando de esta manera una información de “sintonía fina”. Por último, hay que tener en cuenta que el suelo seleccionado para el monitoreo integral recibe aportes regulares de azufre, calcio, magnesio y  fósforo.

El lote viene de por lo menos cinco años con tratamiento de sostén de aporte anual de 120 kg. de Azugran y 60 kg. de dolomita. Los tratamientos en la soja de 1º, y en la rotación (soja 1º, trigo, soja 2º) fueron de 213 kg/ha de sulpomag, 97 kg/ha de Azugran, 131 kg/ha de Azugran y la aplicación de hierro foliar: 1,4 kg/ha en otra de las parcelas como complementario.
            
En este caso particular analizado en Alcorta, y a partir de la interpretación de los diagnósticos y mediciones en la respuesta a campo, las diferencias estuvieron marcadas sustancialmente cuando se adicionaron mezclas con magnesio y se realizaron aportes concretos de una fuente especial de hierro.
            
Los productores pudieron apreciar in situ estas diferencias, conociendo que las bondades de su suelo no son eternas y que la reposición de nutrientes es fundamental al momento de conservar el sustrato y de esperar altos rindes.

Fuente: SAVIA Comunicacion 

martes, 10 de julio de 2012

Alquileres: demanda concentrada en los mejores campos


Buena parte de los campos ofrecidos en alquiler siguen en proceso de negociación. Pero en algunos casos propietarios y arrendatarios pudieron llegar a un acuerdo.

La demanda se concentró en las mejores zonas agrícolas y se retiró de aquellas más golpeadas por la sequía. Por ese motivo, en algunos casos los alquileres de campos con buena aptitud no bajaron todo lo que deberían haber descendido para que el negocio agrícola en tierras de terceros tenga un nivel de riesgo razonable.

La contrapartida de ese fenómeno es una caída importante –o directamente un desinterés– de los valores de alquileres negociados en las zonas menos seguras en términos productivos.

Además, el factor flete comienza a tener un impacto fundamental en el negocio. Por eso la demanda se orienta más hacia la zona núcleo pampeana en desmedro de las regiones más alejadas de las terminales portuarias.

En algunos casos puntuales los arrendatarios aceptaron pagar alquileres en la zona núcleo pampeana por los mismos valores que el año pasado (medidos en qq/ha de soja). Los rindes de indiferencia, con tales acuerdos, oscilan entre 35 a 40 qq/ha de soja, con lo cual está claro que el nivel de riesgo asumido –para no dejar el campo– es muy elevado.

En otras situaciones propietarios y arrendatarios buscaron alternativas para adecuar los acuerdos al nuevo contexto del negocio.

Por ejemplo: un campo que el año pasado se alquiló a 19 qq/ha de soja, este año se negoció en 17 qq/ha hasta un rinde final de 35 qq/ha y lo que supere ese rendimiento se reparte en partes iguales entre propietario y arrendatario.

Otro ejemplo: un establecimiento que el año pasado se había negociado en 17 qq/ha de soja, este año renovó en ese mismo precio, pero valorizado con la soja Mayo 2013.

Las alternativas también incluyen la posibilidad de financiar buena parte del pago a cosecha (factor fundamental en un año de escasa liquidez y financiamiento caro).

En ese sentido, un campo de 160 hectáreas que el año pasado se alquiló a 21 qq/ha de soja, fue negociado este año en 16 qq/ha con 50% del pago a cosecha de soja. En otro caso, un campo que en 2011 se pagó en 20 qq/ha de soja, este año se negoció en 19 qq/ha de soja pero con un 90% del pago al momento de la cosecha de soja.
 
En tanto, en las zonas donde los rindes de la campaña 2011/12 fueron regulares a malos, las renovaciones de alquileres se están realizando con ajustes a la baja. Por ejemplo: casos de arrendamientos en la zona de influencia de Alejo Ledesma de 14 a 16 qq/ha y en algunas situaciones valorizados con el precio de la Soja Mayo 2013. Más hacia el oeste (zona de influenza de Canals y La Carlota) el interés por alquiler es escaso y los precios acordados oscilan entre 6 y 10 qq/ha de soja (con muchos campos libres a la espera de interesados).
 
Fuente: InfoCREA 

viernes, 6 de julio de 2012

Los costos ocultos

Argentina solo repone el 37% de los nutrientes del suelo. En cada barco de 40 mil toneladas exportadas de grano de soja se pierden aproximadamente 4.000 de nutrientes. Para los especialistas, es el “costo oculto” de la agricultura argentina.

Un estudio del INTA Casilda –Santa Fe– aseguró que, por cada carguero que lleva soja al exterior, se pierden miles de toneladas de nutrientes de los suelos argentinos; esos nutrientes, además, no son repuestos. Para Fernando Martínez, jefe de esa unidad del INTA, “cada 40 mil toneladas de grano de soja se exportan hasta 8.700 de fertilizantes, de las que sólo se reponen el 37 por ciento”.

La especialista Graciela Cordone, también del INTA Casilda, detalló que en un barco cargado con 40.000 toneladas de soja se exportan 3.576 toneladas de nutrientes. Si la carga es de trigo, los nutrientes se cuentan por 1.176 toneladas y, en el caso del maíz, 966.

Los especialistas coinciden en que las 3.576 toneladas de nutrientes extraídos –nitrógeno, fósforo, azufre, potasio y magnesio– se equiparan a 8.735 toneladas de fertilizantes –urea, superfosfato simple, cloruro de potasio y sulfato de magnesio–. Una tonelada de fertilizante tiene un costo promedio de unos 450 dólares, lo que generaría una descapitalización de, al menos, 3 millones de dólares por barco.

La técnica de Casilda graficó la pérdida: “Necesitaríamos 300 camiones para cargar los fertilizantes que contienen los nutrientes que se exportan en cada barco: de cada tres unidades de nutrientes sólo se repone una”.

“Hay que generar conciencia y cuantificar el valor económico de los recursos naturales a partir del cuidado de la materia orgánica del suelo que es un componente y a la vez un indicador de su calidad. Esto aún no es considerado como un hecho preocupante debido a las excelentes condiciones productivas del suelo argentino”, advirtió Cordone.

En esta línea, Martínez agregó: “Tenemos un suelo tan fértil que no se toma conciencia de la importancia de mantener la fertilidad mediante el agregado de nutrientes que comienzan a faltar. Mientras el negocio sea rentable, no se dimensionará que todo se termina y el suelo, que es el gran soporte de la agroindustria, también se terminará”.

“La materia orgánica es un factor fundamental en la cadena agroindustrial”, aseguró la técnica del INTA. Por esto llaman ‘costo oculto’ a las pérdidas de producción, industrialización y de derechos de exportación ocasionadas por la disminución de materia orgánica y nutrientes en el suelo.

En este contexto, el jefe del INTA Casilda comparó la situación nacional con la de Brasil y aseguró que allí “un productor sojero debe invertir más de 400 dólares por hectárea en fertilizantes para producir 4.000 kilos de la oleaginosa en un suelo rentable. Un argentino logra el mismo rendimiento por hectárea con 40 dólares, un costo 10 veces menor”.

Cuando se apaga el fósforo
“La planta de soja requiere de una docena de nutrientes esenciales, de los cuales sólo el nitrógeno puede ser provisto, en parte, desde el aire mediante la fijación biológica. Este mecanismo exige un gasto de cinco dólares por hectárea. Los demás nutrientes son tomados por la planta totalmente del suelo y, si faltan, el productor no tiene opción: debe aplicarlos sí o sí, o perder producción”, afirmó Cordone.

Este cultivo es un gran consumidor de nitrógeno, fósforo, potasio y azufre. Estos se exportan en los granos, en la harina o en el aceite y se reponen sólo en un 37 por ciento, sin contar que de potasio no se repone nada porque por ahora alcanza.

Por esto, Graciela Cordone destacó que si bien en la Argentina ingresan muchas divisas por las exportaciones agroindustriales, “se debe tomar conciencia que el suelo se agotará si lo seguimos explotando con el actual sistema productivo: debemos usarlo de modo sostenible para que nuestros hijos puedan seguir produciendo con buenos rendimientos”.

La conservarción del suelo y su día mundial
De acuerdo con Roberto Casas, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA, las claves para aumentar la producción nacional y prevenir el deterioro de la salud del suelo “consisten en controlar los procesos erosivos, reponer los nutrientes extraídos y mantener un elevado flujo de carbono a través de las rotaciones”.

La degradación de los recursos naturales y, en particular, de los suelos cultivados, es uno de los mayores desafíos del nuevo siglo. De hecho, Casas explicó que unos 2.000 millones de hectáreas del mundo están deterioradas en forma irreversible y el 60 por ciento de las 1.700 hectáreas restantes “posee procesos degradatarios de moderados a graves que afectan anualmente entre 5 y 7 millones de hectáreas de tierra productiva”.

En la Argentina, un 20 por ciento del territorio está afectado por procesos  de erosión hídrica y eólica, lo cual  representa unas 60 millones de hectáreas. Asimismo, “las regiones áridas y semiáridas del país, que cubren el 75 por ciento de la Argentina, poseen ecosistemas frágiles proclives a la desertificación”, dijo el especialista.

En este marco, Casas destacó que el 7 de julio se conmemora en todo el país el Día de la Conservación del Suelo, propuesto por el INTA como homenaje a Hugh Bennett, pionero en la lucha contra la erosión de los suelos en distintas regiones del mundo y creador del Servicio de conservación de Suelos de los Estados Unidos.

Fuente: INTA Informa 

jueves, 5 de julio de 2012

Se sospecha que...


Durante la campaña 2011-2012 en lotes cercanos a la localidad de Oncativo, Provincia de Córdoba, se produjeron fallas en el control de Eleusine indica “grama carraspera” con el herbicida glifosato. Plantas que sobrevivieron a dichos tratamientos fueron llevadas a la E.E.A de INTA Manfredi, con la finalidad de evaluar si las mismas presentaban una respuesta diferente a glifosato respecto de un biotipo susceptible de Manfredi. 

Las plantas provenientes del lote de Oncativo donde se habían producido fallas de control, presentaron una susceptibilidad mucho menor a glifosato. En ensayos en condiciones semicontroladas (macetas), una dosis de 8 L por ha de glifosato 48 %, no fue suficiente para obtener control total de dichos individuos al estado de inicio de floración. 

Por el contrario, las plantas provenientes de la E.E.A de INTA Manfredi fueron eliminadas con 2 L por ha del mismo herbicida. Por su parte, la aplicación de haloxifop-r-metil (Galant R) a dosis de 1L por ha, sobre plantas del mismo desarrollo antes mencionado, brindó adecuados niveles de control.

Desde INTA Manfredi se está trabajando para confirmar si se trata de un nuevo caso de resistencia a glifosato. Ante fallas de control de esta maleza con glifosato, se debe observar si la baja eficacia del tratamiento solo se produjo en esta especie, y evaluar si el estado de desarrollo de las plantas y las condiciones de aplicación fueron adecuadas.
 
En lotes con sospechas de resistencia, hasta disponer de mayor información, se deben utilizar estrategias de control con otros herbicidas pre y postemergentes recomendados para esta especie. El objetivo debe ser evitar o reducir al mínimo la producción de semillas de dichas plantas. Es importante evitar la cosecha de los manchones donde la maleza se encuentre semillada o al menos cosechar estos al último, y hacer una profunda limpieza de la cosechadora antes de salir del lote.

Rainero H. P., Ustarroz D. - Investigadores INTA EEA Manfredi-Disherbología

Fuente: REM 

miércoles, 4 de julio de 2012

Con sello de calidad

La compañía es la única semillera de la Argentina que ha certificado el proceso de producción de soja mediante los estándares de la Asociación Internacional de Soja Responsable (RTRS). Sólo 6 empresas cuentan con el sello de calidad en el país.

El 15 de mayo pasado, Nidera complementó el proceso que la lleva a ser una de las 6 empresas argentinas –y la única semillera – en certificar la producción de soja bajo estándares de la RTRS (Asociación Internacional de Soja Responsable).

El sello de calidad se aplica sobre 4832 hectáreas ubicadas en el oeste de Buenos Aires, entre General Villegas y Trenque Lauquen, que arrojaron 11528 toneladas de soja certificada –de primera y de segunda-, aproximadamente el 20 % de la producción de granos de la compañía, que seguirá sumando superficie en las próximas campañas.

La RTRS es una iniciativa global y, en la actualidad, cuenta con alrededor de 150 miembros en todo el mundo que incluyen Estados productores e importadores de soja como Brasil, Argentina, los Estados Unidos, India, China, Singapur y diferentes países europeos. 

La Asociación Internacional de Soja Responsable (RTRS- por sus siglas en inglés) es una organización creada en Suiza en el año 2006, que promueve el uso y el crecimiento de la producción responsable de soja a través del compromiso de los principales actores de la cadena de valor y mediante un estándar global de producción responsable. Un total de 15 empresas en todo el mundo han cumplimentado los requisitos para acceder a esta certificación.

Para alcanzar el estándar, Nidera debió cumplimentar un total de 98 requisitos agrupados en 5 criterios: cumplimiento legal y de buenas prácticas empresariales, condiciones laborales responsables, relaciones comunitarias responsables, responsabilidad ambiental y prácticas agrícolas adecuadas.

“Este es un primer paso en la certificación de soja RTRS de Nidera. Esperamos continuar sumando superficie en las próximas campañas y además, demostrar que es posible hacer soja de manera responsable”, expresó Carlos Balbi, gerente de autógamas de Nidera Semillas y  responsable de liderar el proyecto de certificación de las primeras 5000 hectáreas.

“Durante más de un año trabajamos en la adaptación de procesos y en la capacitación de todos los recursos humanos –en su mayoría tercerizados- que participan de la producción de soja de Nidera en el oeste de Buenos Aires. Pero el gran beneficio es que hemos logrado sistematizar todo el trabajo que hacemos cada campaña, y esto redunda en nuevos estándares de eficiencia productiva, además de la tranquilidad de estar haciendo las cosas bien. Así, hoy disponemos de un manual para la producción de soja responsable”, agregó.

Cómo y por qué hacer soja responsable
Con el objetivo de que “la soja contribuya a cumplir con las necesidades sociales, ambientales y económicas de la generación actual, sin comprometer los recursos y el bienestar de las generaciones futuras y permitiendo la construcción de un mundo mejor a través del consenso y la acción conjunta”, la RTRS desarrolló un estándar para la producción de soja responsable que incluye requerimientos para conservar áreas con alto valor de conservación, promover las mejores prácticas de gestión, asegurar condiciones de trabajo justas, y respetar los reclamos por la tenencia de tierras.

Entre otros aspectos, Nidera debió certificar que cuenta con canales disponibles de comunicación y diálogo con la comunidad local para temas relacionados con las actividades de la operación de cultivo de soja  y sus impactos. También que proporciona a la población local oportunidades justas de empleo y los prioriza como proveedores de bienes y servicios. 

Entre otros, también se ha certificado que se minimizan los impactos negativos en lo social y medioambiental, que la producción de residuos se maneja responsablemente, que se trabaja en la reducción de las emisiones y en el aumento del secuestro de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

En lo que hace a las prácticas agrícolas adecuadas, se certifica la mejora en la calidad y disponibilidad de agua superficial y subterránea, el cuidado en la calidad del suelo, que los impactos negativos de los productos fitosanitarios en el medioambiente y en la salud humana se reducen mediante la implementación de técnicas sistemáticas y reconocidas de Manejo Integrado de Cultivos (MIC). Además, toda aplicación de agroquímicos está documentada y toda manipulación, almacenamiento, recolección y vertido de residuos químicos y envases vacíos está monitoreada para asegurar el cumplimiento de prácticas adecuadas. Una empresa habilitada para transporte y reciclado es la encargada de retirar del campo los bidones para su posterior procesamiento.

Para Nidera éste es un paso más en el camino hacia el desarrollo sustentable, que la compañía viene transitando desde hace ya varios años y que la ha llevado, por ejemplo, a hacer públicos sus principios y valores a través de sus políticas de Responsabilidad Social, Derechos Humanos y Medio ambiente, entre otras.

Iniciativas como el Concurso “¿Qué hay de nuevo en mi suelo”?, orientado a capacitar en el cuidado del recurso suelo a alumnos de escuelas agrotécnicas de todo el país y que va por su quinta edición, como la recientemente lanzada campaña de “Agricultura Consciente” (www.agriculturaconsciente.com), que busca concientizar sobre el correcto uso de fitosanitarios, son un ejemplo más del compromiso de la compañía con el desarrollo sustentable.

Fuente: SAVIA Comunicacion