miércoles, 20 de octubre de 2010

El gobierno defendió el uso del glifosato

En diálogo exclusivo con ediciónrural.com, el ministro de ciencia y tecnología de la nación, Lino Barañao, se refirió al uso de la biotecnología para las producciones agrícolas como la soja y el maíz. “La biotecnología no la hace una empresa monopólica con el objetivo de aumentar sus ganancias”, dijo.

“Hay una cierta aprehensión no justificada. Sobre todo en los organismos genéticamente modificados, y en particular con la soja transgénica. Lo que tiene esta soja es que un gen, de las decenas de miles que tiene, pertenece a una bacteria que habitualmente está en el suelo, que es el que degrada el glifosato. Lo que ha hecho la biotecnología es tomar ese gen y colocárselo a la planta para que sea ella la que degrada el glifosato y de esa forma sea inmune a la acción del herbicida. Pero uno podría ingerir esa misma bacteria en la verdura y no tener ningún problema. Entonces no se tiene una adecuada visión de lo que estamos hablando. La biotecnología moderna, aún con todo su poder, no ha logrado ni va a lograr producir el cambio genético que hizo pasar al precursor del trigo al trigo que conocemos. Plantas que tenían dos o tres granos se convirtieron en el trigo que conocemos hoy. Pero esto se produjo por mutaciones naturales. El objetivo de la biotecnología moderna es que esas mutaciones sean dirigidas y que esos cambios sean controlados. No podemos esperar miles de años para esperar que aparezca una variedad de maíz que resista el ataque de insectos”, argumentó el ministro.

Además agregó que “existe mucha desconfianza en la población respecto de los intereses asociados a la biotecnología. Pero sólo los científicos podemos evitar que se genere esa desconfianza. Nosotros no tenemos ningún vínculo con ninguna compañía internacional. Existe esa hipótesis conspirativa, sobre todo en Argentina de que el que opina es porque tiene algún interés particular. La población en general cree que la biotecnología la hace una empresa monopólica con el sólo objetivo de aumentar sus ganancias, cuando la realidad es que hay muchos emprendimientos pequeños que buscan mejorar la calidad de vida”.

Por otra parte, Barañao adelantó que en pocos días el gobierno reglamentará la ley de apoyo a la biotecnología moderna. “Será una reglamentación compleja porque intervienen varias áreas del Estado, el ministerio de producción, el de agricultura y el de ciencia y tecnología. Es una ley que va a tener un impacto muy importante porque provee incentivos en cuanto al pago de impuestos, costos laborales y crea un fondo para la promoción de nuevas empresas en el área de biotecnología”, señaló.

Por último, el ministro de ciencia recordó que “Argentina se destaca en los países de la región porque hay un gran número de empresas que se dedican a la biotecnología. Hay alrededor de 120 que facturan montos aproximados a los mil millones de dólares., con un porcentaje de exportaciones muy importantes. Además hay un horizonte de crecimiento muy importante. Por otra parte, cuando se crea una empresa de base tecnológica se crean puestos de trabajo, no sólo para personal calificado sino también para aquellos que tienen menos estudios y eso tiene impacto directo sobre la inclusión. Hay muchas áreas en las que la biotecnología puede tener un impacto social”.

Ayer, en el marco de la feria Biolatina, el ministro Barañao participó de la presentación de Ñandubay Bicentenario, el primer caballo clonado de Latinoamérica, el cual le permite a la Argentina ser miembro de un club de elite que sólo integran otros tres socios: Estados Unidos, Italia y Canadá.

Fuente: ediciónrural.com

lunes, 18 de octubre de 2010

Una promesa no cumplida

Admite el Gobierno que no cumplió con el plan Maíz Plus

En momentos en que se debate la segmentación de retenciones, el Gobierno admitió que no está en condiciones de cumplir con el programa Maíz Plus ni con la devolución de las retenciones a ese cultivo, dos herramientas lanzadas para fomentar la siembra del grano.

El programa Maíz Plus, anunciado el 4 de diciembre de 2008 por la presidenta Cristina Kirchner, preveía beneficios fiscales equivalentes a la baja de los derechos de exportación por cada millón de toneladas de maíz producidas por arriba de 15 millones de toneladas. La cosecha 2009/2010 superó las 23 millones de toneladas, ocho millones de toneladas más que la producción de base fijada por el Gobierno, lo que habría significado beneficios fiscales equivalentes a una baja de retenciones de entre el 8 y el 3%, según la escala del productor.

En tanto, el reintegro de las retenciones al cereal, reglamentada en abril de este año, implicaba una devolución de 187 pesos por tonelada a productores de hasta 1240 toneladas anuales de maíz.

Según fuentes que asistieron a una reunión con el secretario de Agricultura Lorenzo Basso, el Gobierno dejó trascender que el programa oficial para Maíz Plus era difícil de implementar.

De hecho, los referentes del sector afirman que el aumento de la producción del cereal registrado en la última cosecha (unas diez millones de toneladas) se debió más a la bonanza del clima que a los esfuerzos del Gobierno por incentivar la producción.

"Es muy difícil diferenciar en la práctica a los pequeños productores de los grandes, de modo que iba a ser complicado aplicar ambos programas. Creo que en el sector nadie contaba con estas herramientas a la hora de producir", explicó el presidente de la Asociación de Maíz Argentino (Maizar), Santiago del Solar.

Por otra parte, según Maizar, si bien la apertura de registros de exportación de maíz por un millón de toneladas anunciada la semana pasada es una medida positiva, no tendrá efecto en los precios. "El mercado no sintió el impacto de esta última apertura porque los exportadores tenían comprado maíz de sobra", explicó Del Solar.

Exportaciones
Según el presidente de Maizar, los recurrentes cierres y aperturas de las exportaciones de maíz hacen que hoy los productores locales reciban 640 pesos por tonelada, cuando el FAS teórico [la capacidad de pago] es de 759 pesos. "Estamos hablando de 180 dólares por hectárea que pierde el productor por la distorsión que genera el cierre del mercado. Esta pérdida es determinante de que en las zonas alejadas de puertos y en suelos de menor productividad no se haga maíz", señaló.

Para Martín Fraguío, director ejecutivo de Maizar, la mejor forma de que el precio a los productores argentinos se asemeje al internacional es la apertura total y definitiva de los mercados. "Si las exportaciones estuvieran abiertas, se captaría algo de la suba mundial, y eso es el mejor incentivo para aumentar la siembra", dijo.

Del Solar y Fraguío coincidieron en que la apertura de las exportaciones o el otorgamiento de registros de exportación por un volumen de al menos quince millones de toneladas para la próxima campaña pueden ser la mejor señal. "Ya de partida sabemos que el año que viene va a haber mucho maíz, con lo cual, si el Gobierno insiste en no abrir el mercado totalmente, se pueden al menos aumentar los cupos de exportaciones que se dieron este año", señalaron.

"Cuanto más se demore el Gobierno en abrir el mercado o liberar cupos, menos posibilidades tenemos de captar la suba a nivel internacional. Por otro lado, si ahora se abrieran las exportaciones en 15 millones de toneladas, por ejemplo, por el pago de retenciones anticipadas, el Gobierno recaudaría 700 millones de dólares", concluyó Del Solar.

Fuente: Diario La Nación. Suplemento Economía

martes, 12 de octubre de 2010

Volver al futuro

Por la demanda de los operadores, en el MATba retornarán los contratos forward para este cultivo.

Al buen momento del sorgo y las perspectivas favorables que ofrece su cultivo se agrega la posibilidad de comercializarlo a través de contratos a futuro en el Mercado a Término de Buenos Aires. A partir del próximo 12 de octubre se volverá a listar el “Contrato de Futuro de Sorgo” y el “Contrato de Opciones sobre Futuro de Sorgo” en dicho mercado.

El anuncio surge del pedido de los operadores debido a que las exportaciones de sorgo han mostrado un aumento en los últimos años que colocó a la Argentina en el segundo lugar a nivel mundial, con el 22% de las exportaciones, luego de Estados Unidos. En el 2009/2010 la producción de sorgo fue de 3,55 millones de toneladas con un área sembrada de 1,02 millones de hectáreas. El cultivo de sorgo es una opción para continuar con la rotación del suelo que puede reemplazar al maíz.

El “Contrato de Futuro de Sorgo” se realiza sobre la base de 100 toneladas con calidad de grado dos y demás condiciones de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales. Se opera en dólares sobre los 18 meses futuro calendario, con márgenes de 700 dólares. El único destino habilitado es Rosario y el ámbito de negociación es la rueda de piso y el mercado electrónico, en el mismo horario que el maíz.

Fuente: Clarin Rural 09/10/2010

lunes, 4 de octubre de 2010

Nueva enfermedad en alfalfa

Técnicos del INTA investigan una virosis en alfalfa –especie forrajera más importante del país –sin precedentes en la Argentina y en Latinoamérica que produce pérdidas por más de $3 millones.

“Estamos frente a una enfermedad presente en el 90% de los cultivos de alfalfa en La Pampa, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero, San Juan y Mendoza. No hay antecedentes, por su magnitud, de una virosis de estas características en la Argentina ni en Latinoamérica”, explicó Sergio Lenardón, director del Instituto de Fitopatología y Fisiología Vegetal (Iffive) del INTA en Córdoba.

Desde ese instituto, especialistas del INTA confirmaron la existencia de una enfermedad que afecta a la principal especie forrajera de la Argentina y, en consecuencia, genera serios impactos en las cadenas de producción de carne y leche, directamente dependientes de la alfalfa.

“Cada kilo de peso vivo insume 10 kilos de materia seca, lo que significaría dejar de producir anualmente 1.044.000 toneladas de carne. Por su parte, si tenemos en cuenta que por cada 17 kilos de materia seca, una vaca produce 19 litros de leche, estaríamos dejando de producir 11.668.235 litros de leche”, detalló Daniel Basigalup, del INTA Manfredi –Córdoba.

Por esto, los técnicos comenzaron una investigación para identificar el agente causal de la enfermedad, esclarecer los aspectos epidemiológicos y diseñar estrategias de manejo.

En esta línea, Jesús Pérez Fernández del INTA Anguil – La Pampa – graficó: “Las estimaciones realizadas en lotes de alfalfa afectados por la enfermedad indican una disminución del rendimiento en materia seca de aproximadamente el 30%. Con una amplia distribución de la enfermedad en la Argentina –con una producción promedio a nivel nacional de 9 toneladas de materia seca por hectárea por año –, ese 30% representaría una pérdida de $3.132 millones”.
Por tratarse de un cultivo perenne, la alfalfa está expuesta a numerosas plagas y enfermedades, a pesar de que la mayoría de los 120 cultivares son resistentes a varios insectos y agentes patógenos.

Sin embargo, en los últimos años se detectó una virosis que causa achaparramiento y enrulado de hojas con consecuencias productivas y económicas. “No sólo disminuye la productividad de los cultivos, sino también la vida útil de los mismos”, aseguró el director del Iffive.

Un problema en detalle
La enfermedad se caracteriza por un acortamiento severo de entrenudos y achaparramiento de las plantas, disminución del tamaño de las hojas con deformaciones –abolladuras y fruncidos –, cambio de color en los bordes, aclaramiento de nervaduras y aparición de verrugas en la cara inferior de las hojas.

“Estas modificaciones en el follaje inciden desfavorablemente en la producción de materia verde por hectárea ha y en la disminución del número de plantas por hectára, debido a la debilidad de los rebrotes y competencia con malezas gramíneas y latifoliadas”, agregó Lenardón.

Con respecto a la demora en la detección de esta enfermedad, el técnico del INTA, explicó que “dado que la sintomatología es similar a los ataques severos de pulgones (áfidos), muy comunes en la alfalfa, probablemente los productores la hayan confundido”.

Actualmente se plantan en la Argentina 4 millones de hectáreas de alfalfa, lo que la ubica en el segundo cultivo por área de siembra a escala nacional. Además, aporta nitrógeno al sistema de producción, por lo que es una forrajera ideal para la rotación de cultivos y conservación de suelos.

Asimismo, cerca del 60% de la leche bovina se produce en sistemas pastoriles con grados variables de suplementación, donde la alfalfa es la base de la cadena forrajera y constituye al menos el 30% de la dieta otoño-invierno y hasta el 80% en primavera-verano.

Más información:
Sergio Lenardón, Iffive - INTA Córdoba: (slenardon@iffive.inta.gov.ar)
Jesús Pérez Fernández, INTA Anguil (jperezf@anguil.inta.gov.ar)

Daniel Basigalup, INTA Manfredi (dbasigalup@manfredi.inta.gov.ar)

Fuente: INTA informa