miércoles, 27 de junio de 2012

El maní puede con la soja

El negocio de la soja en campo alquilado no puede competir con la capacidad de pago de la industria del maní. Las causas.
Las compañías maniceras se están quedando con los mejores campos de la zonas centro e incluso sudeste de Córdoba al pagar alquileres que se ubicaron en un rango general de 700 a 800 u$s/ha para la campaña 2012/13.

La mayor parte de la superficie sembrada con maní es gestionada por las propias industrias procesadoras de maní bajo contratos de arrendamiento, ya sea de manera directa –con equipos agronómicos propios– o bien a través de acuerdos con productores (que reciben la semilla y el paquete tecnológico proveído por la industria).

A partir de la retirada de grandes grupos agrícolas y de la resistencia de algunos propietarios de campos a adaptarse al nuevo escenario de negocios, las compañías maniceras aprovecharon el momento para ampliar de manera considerable el área de siembra de maní 2012/13 sobre campos que hasta el año pasado se destinaban a la soja o al maíz (sólo AGD pasaría de sembrar 130.000 a unas 150.000 hectáreas del cultivo).

El consumo interno de maní es insignificante. Todas las fichas están puestas en el negocio exportador, el cual presenta condiciones tan favorables que permite a las industrias maniceras operar con márgenes nulos o incluso negativos en el eslabón primario del negocio. El verdadero margen del negocio reside en la industrialización y exportación del producto. Pero para eso, claro, es necesario asegurarse la disponibilidad del insumo.

El maní blancehado –uno de los principales productos de exportación del sector– tiene un derecho del 5% y un reintegro del 4% (es decir; tiene una retención neta del 1%). Además, los precios FOB oficiales –a partir de los cuales se calculan los derechos de exportación– suelen ser inferiores a los valores FOB declarados.

Además, en los últimos tres años los precios internacionales del producto registraron un alza impresionante: el maní blancheado argentino tiene actualmente un valor FOB del orden de 2000 u$s/tonelada, mientras que un año atrás se ubicaba en unos 1250 u$s/tonelada y dos años atrás estaba en torno a 940 u$s/tonelada)

La mayor parte de las industrias maniceras se encuentran ubicadas en el centro-sur de Córdoba (principalmente a lo largo de la ruta 158 desde Río Cuarto hasta Villa María). Los principales actores del sector son Aceitera General Deheza (AGD), Bunge Argentina, Golden Peanut Argentina (filial local de la compañía estadounidense Golden Peanut Company, controlada a su vez por Archer Daniels Midland Company), Olam Argentina (compañía de origen indio con sede en Singapur), Grupo Cavigliasso y Prodeman, entre otras nucleadas en la Cámara Argentina del Maní.

Fuente: valorsoja.com

lunes, 25 de junio de 2012

La ruta de la maquinaria agrícola

En el marco de la participación del gobierno de Santa Fe en Agroactiva, el ministro de la producción, Carlos Fascendini participó del lanzamiento de la "Ruta de la Maquinaria Agrícola".

En la presentación, llevada a cabo en el auditorio del stand institucional, se detallaron los alcances de este proyecto que pretende promover un desarrollo sustentable en el departamento Belgrano, generando un producto turístico en base a la cadena de valor de la maquinaria agrícola.

“Esta iniciativa demuestra que vamos por el bien camino y nos parece sumamente atinado establecer esta ruta de la maquinaria agrícola que contará con todo el apoyo del Ministerio de la Producción”, manifestó Fascendini durante el acto.

Además, el Ministro agregó: “Debemos esforzarnos para que esta actividad turística se convierta en al algo tan productivo como la propia fabricación de maquinaria”.

Finalmente, Fascendini volvió a comprometer el acompañamiento de la Provincia y felicitó a los precursores de la idea, señalando: “Vamos a aportar todas las herramientas necesarias para que la iniciativa se cristalice, se fortalezca y se convierta en uno de los espacios más importantes de la provincia, desde el punto de vista turístico”.

Vale destacar que, como herramienta de promoción de la Ruta, se diseñó un videojuego, realizado con la colaboración de dos empresas santafesinas de software: Vodemia y Perro Tuerto.

De la presentación participaron también el intendente de Armstrong, Pablo Verdecchia, los secretarios de los sistemas Metalmecánico, José Garibay, y de Empresas de Base Tecnológica, Juan José Sarasola; junto al subsecretario de Relaciones Institucionales de la cartera productiva, Diego Maciel.

Este proyecto –llevado adelante por localidades del departamento Belgrano y con la participación de la Universidad Tecnológica Nacional (sede Rosario) y la Universidad Nacional de Rosario- pretende relacionar la rama de la producción característica de la región con la actividad turística, estimulando el desarrollo de las localidades involucradas y sus diversos actores a partir de la explotación de una fuente de recursos que actualmente está postergada.

La iniciativa aspira a implementar una ruta que aproveche la actividad turística como instrumento de desarrollo de las comunidades, al permitir diversificar las actividades en un medio agroindustrial y posibilitar la creación de valor en los recursos culturales que le dan identidad a la región.

Para ello, se diseñará un itinerario que aproveche las redes viales existentes y vincule a los establecimientos fabriles y a los sitios de valor histórico, cultural y recreativo, con el paisaje característico de la región.

Fuente: ON24

lunes, 18 de junio de 2012

78,5% de siembra directa en Argentina

De los 106 millones de hectáreas cultivadas en siembra directa a nivel mundial, aproximadamente la mitad corresponde a países de América Latina; y de ellas, el 50% están en Argentina.

Estimaciones recientes realizadas por Aapresid arrojan un total de 27 millones de hectáreas se encuentran bajo siembra directa en Argentina (Figura 1), lo que representa un 78,5% de la superficie agrícola del país (Figura 2).

Figura 1: Evolución de la superficie en Siembra directa en Argentina 
(campañas 1977/78 a 2010/11).

Fuente: Aapresid (2012)


Figura 2: Porcentaje de Superficie bajo siembra directa en Argentina 
(campañas 1977/78 a 2010/11).

Fuente: Aapresid (2012)

Si el análisis se realiza por cultivos (Figura 3), la soja, principal cultivo de Argentina, evidencia la mayor cantidad de hectáreas bajo siembra directa, lo sigue el trigo, luego el maíz (con similares cantidades) y por último el girasol y el sorgo.

Figura 3: Superficie bajo siembra directa por cultivos en Argentina. 
Campañas 1977/78 a 2010/11.

Fuente: Aapresid (2012)

Observando por provincias, las que poseen mayor superficie en siembra directa son Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. No obstante, la importancia relativa de adopción en estas tres provincias difiere en términos porcentuales, los valores son 78%, 90% y 83% respectivamente (Figura 4). Esta situación se observa en todo el proceso evolutivo de la siembra directa en Argentina, dónde la principal provincia en cuanto a superficie sembrable es la de menor ritmo de adopción y menor cantidad relativa, al menos entre las principales provincias agrícolas. Por su parte, Córdoba y Santa Fe (en ese orden) fueron las provincias pioneras en la adopción del sistema.

Sin embargo, Catamarca, Entre Ríos, Santiago del Estero, Salta, Tucumán, Corrientes y Jujuy, en los últimos años han tenido un avance notable en cuanto a la adopción del sistema; superando actualmente el 90% de la superficie en siembra directa. Por su parte, Chaco y San Luis tienen un nivel de adopción en torno al 80 y 75%, respectivamente. Para el resto de las provincias, es viable que incrementen sus áreas en siembra directa, aunque son de menor importancia en cuanto a superficie total cultivable.

Figura 4: Superficie en Siembra Directa por provincias, medida en porcentaje. 
Campaña 2010-2011.

Fuente: Aapresid (2012)

Estas cifras son más que elocuentes. Muestran el liderazgo de nuestro país en siembra directa; tecnología agropecuaria más importante implementada en los últimos años, cuya adopción ayudó a revertir la degradación del suelo, permitió la expansión de la agricultura y la ganadería en áreas marginales, mejoró la rentabilidad de la agricultura y aumentó la sostenibilidad de los sistemas agropecuarios en los diferentes rincones del país.
 
Ahora bien, para interpretar la expansión de la siembra directa en Argentina, debemos remontamos a la década del ´90, momento en el que se produjeron cambios que facilitaron su difusión. Específicamente, a partir de 1993 se dieron factores que contribuyeron a este fenómeno:
  • El paquete tecnológico estaba finalmente adaptado a las condiciones imperantes en la región pampeana.
  • Aparición de la tecnología de resistencia a glifosato incorporada a variedades de soja, elemento que más ayudó a que muchos productores se acerquen a la siembra directa, ya que su combinación facilitaba la operación de manejo.
  • El precio del glifosato cayó de 40 dólares, a comienzo de los ´80, a menos de 10 dólares por litro de producto formulado en 1992.
  • Las condiciones económicas imperantes redujeron los márgenes de ganancia de los productores agropecuarios, forzándoles a adoptar tecnologías más eficientes.
  • La Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) desarrolló un programa de difusión muy eficiente desde sus inicios (1989).
Siembra directa, un cambio de paradigmas en la agricultura
La agricultura convencional, basada en las labranzas de los suelos, fue el paradigma agrícola que la humanidad aplicó desde sus inicios, hace más de diez mil años. Bajo esta concepción de la agricultura, la labranza era vista como una pieza clave e ineludible a la hora de producir granos y forrajes. El paquete tecnológico reinante bajo el paradigma de la producción con labranzas incluía prácticas como arar, rastrear, y quemar los residuos, dejando el suelo totalmente pulverizado. 

Sin embargo, y aun reconociendo que sirvió para alimentar a la humanidad en el pasado, la agricultura convencional, por vía de la erosión de los suelos, y por la aplicación de un criterio de explotación, minero o extractivo de los recursos, en muchos casos hizo llegar a extremos de deterioro de magnitud escalofriante: “perder más de diez toneladas de suelo por tonelada de grano producido”; evidentemente, un “costo” que la humanidad toda no podía, y menos aún no puede ni podrá seguir pagando.

La agricultura conservacionista, dentro de la cual se encuentra la siembra directa (sistema productivo basado en la ausencia de labranzas, en las rotaciones y en el mantenimiento de los suelos cubiertos por los rastrojos), cambió el modelo reinante; proponiendo una nueva agricultura capaz de resolver la disyuntiva entre productividad y ambiente.
 
Al estado del conocimiento actual, se vislumbra como la alternativa productiva que mejor conjuga los intereses, muchas veces contrapuestos, de alcanzar una producción económicamente rentable para las empresas, ambientalmente sustentable, y socialmente aceptada.

La siembra directa como concepto
La siembra directa puso en marcha un nuevo paradigma en la agricultura, que permite superar el problema de la erosión y degradación de los suelos. La siembra directa ha incrementado la productividad de los suelos, por la mejora en la fertilidad física y química, y la más eficiente economía del agua. También se ha reducido el consumo de combustibles fósiles, lo cual, sumado a la menor emisión de dióxido de carbono (por ausencia de labranzas) y al secuestro de carbono (por aumento de materia orgánica) ayuda a mitigar el efecto invernadero.
 
Por tanto, la siembra directa permite acceder a un uso racional y sustentable, y hasta reparador, de los recursos básicos de los agro-ecosistemas como lo son el suelo, el agua, y la biodiversidad.
Es importante aclarar que muchas veces se comete el error de entender a la siembra directa como una tecnología que “cambia el arado por una máquina más reforzada de siembra que consigue sembrar en suelos sin labrar y donde las malezas se controlan con herbicidas”. Sembrar sin arar, como única consigna o herramienta tecnológica puntual, es una visión simplista y no elimina el riesgo económico y deterioro o degradación ambiental.

La siembra directa no es suficiente para adquirir el rótulo de agricultura productiva y sustentable. Para alcanzarlo, no sólo se requiere la ausencia de remoción, sino que además deberá plantearse una rotación ajustada en diversidad (número de cultivos diferentes) e intensidad (número de cultivos por unidad de tiempo), sumado a una estrategia de fertilización de cultivos con reposición de nutrientes, y un manejo integrado de malezas, insectos y enfermedades. Sólo así se estará aplicando un “sistema de producción en siembra directa”, con altos niveles de productividad y mantenimiento de la capacidad productiva de los recursos. Este último enfoque es el que se acerca mucho más a intentar resolver el conflicto entre producción y ambiente, siendo la máxima expresión de la agricultura de conservación.

En la medida que se comprenda la complejidad de los agroecosistemas en los que el productor trabaja, y se respeten los tiempos de los ciclos biológicos por sobre las urgencias que exige la rentabilidad inmediata, se accederá a todos los beneficios del “sistema de producción en siembra directa”.

Todo lo expresado anteriormente debe ir acompañado por tecnologías de proceso y de producto que permitan un uso más eficiente y ajustado de insumos, con un menor impacto ambiental negativo.
Principales ventajas de la siembra directa:
  • Disminución de la erosión eólica en un 96%.
  • Disminución de la compactación del suelo.
  • Mejoramiento de la estructura del suelo.
  • Incremento de la materia orgánica (fertilidad natural del suelo).
  • Reducción en el uso de combustible fósil en un 40%.
  • Menor emisión de gases de efecto invernadero (Carbono) a la atmósfera.
  • Reducción de la polución del aire.
  • Mayor retención de humedad.
  • Aumento de la infiltración de agua en el suelo.
  • Mejoramiento de la calidad del agua superficial.
  • Aumento de la productividad a largo plazo.
  • Aumento de la vida silvestre.
  • Incorporación de nuevas áreas de producción.
  • Necesidades menores de mano de obra.
  • Economía de tiempo.
  • Menor desgaste de la maquinaria.
  • Reducción de los costos de producción.
 
Siembra directa en el mundo
Según estimaciones realizadas en el año 2009 (Rolf Derpsch, Theodor Friedrich), el sistema de siembra directa se realiza en más de 106 millones de hectáreas a nivel mundial. Aproximadamente, el 46% de esta tecnología se practica en América Latina, el 38 % en los Estados Unidos y Canadá, el 11 % en Australia, y el 5 % en el resto del mundo, incluido Europa, África y Asia.

A pesar de ser Estados Unidos el país con mayor superficie en siembra directa, es importante notar que este sistema apenas cubre el 25% del área agrícola cultivada. En Brasil, la siembra directa representa aproximadamente el 70%, y en Argentina y Paraguay cerca del 80-90% respectivamente; siendo estos dos últimos los países que lideran a nivel mundial en porcentaje de adopción.

Es interesante destacar que en más del 90 % del área cultivada en siembra directa en Brasil, Argentina, Bolivia, Paraguay y Australia, se la realiza de manera permanente; es decir, sin la presencia ocasional de labranzas. En tanto que la superficie en siembra directa en Estados Unidos reciben una labranza esporádicamente; situación que hace que los suelos estén constantemente en una fase de transición, no llegando los productores a experimentar todos los beneficios de dicho sistema.

La adopción de la labranza cero en más de 106 millones de hectáreas a nivel mundial, da muestra de la gran capacidad de adaptación del sistema a todo tipo de climas, suelos y condiciones de cultivo. La siembra directa se practica desde el círculo ártico sobre los trópicos a unos 50 ° de latitud sur, desde el nivel del mar hasta los 3000 m de altitud, en zonas muy lluviosas (2.500 mm al año) o en condiciones de sequía (250 mm al año).
Se estima que, una vez superadas las barreras de conocimiento y tecnología, la siembra directa crecerá en zonas dónde la adopción todavía es baja. Por otro lado, según apreciaciones de Derpsch y Benites (2004), la eliminación de los subsidios en los países desarrollados, principalmente Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea, sería también un estímulo para que los productores san más eficientes; ya que si no lo hacen sus empresas quedarían fuera del sistema por no ser rentables y sustentables.

Agradecimientos:
Agradecemos a los referentes de los distintos Departamentos Provinciales por la información brindada; a Roció Belda y Andrés Madias, pasantes de Aapresid, por su colaboración en la realización de la estimación de la superficie en siembra directa, campaña 2010-2011.

Bibliografía:
-Sistema Integrado de Información Agropecuaria. Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca.
-Rolf Derpsch, Theodor Friedrich. Development and Current Status of No-till Adoption in the World. 2009
-Santiago N. Lorenzatti. Factibilidad de implementación de un certificado de agricultura sustentable como herramienta de diferenciación del proceso productivo de siembra directa. 2006
-Jorge C. Romagnoli. Fundamentos de la Siembra Directa. 1994.
 
Fuente: Aapresid

jueves, 14 de junio de 2012

La calidad certificada, se bonifica



Desde mediados del mes de mayo, Vicentín y Oleaginosa Moreno comenzaron a pagar u$s 4 más por tonelada de soja que tenga calidad certificada.

Se trata de la primera vez que aceiteras y exportadores ofrecen una bonificación de este tipo y la razón es que la Unión Europea exige la certificación de sustentabilidad del biocombustible que importa obligando así que la soja tenga trazabilidad comprobada desde el campo.

A partir de la publicación de la Directiva de Energías Renovables 2009/28/EC se incorporó el concepto de sustentabilidad en biocombustibles . Esta establece que todos los biocombustibles que sean utilizados en la UE para cumplir con los cortes obligatorios deben demostrar la sustentabilidad de la producción de biomasa y biocombustibles .

Si bien la entrada en vigencia se demoró por distintos factores, a partir de julio de 2012 y hasta enero de 2013, los países miembros irán exigiendo la certificación de manera escalonada.

Entre las distintas disposiciones, la RED establece los siguientes requisitos para considerar sustentables a los biocombustibles:
- Cambio directo de uso del suelo: La biomasa debe provenir de campos que fueran agrícolas al 1ro de enero de 2008. Todo cambio de uso de suelo sobre áreas de alto valor de conservación, biodiversidad o contenido de carbono con posterioridad a la fecha de corte no será considerado sustentable
- Cadena de custodia y trazabilidad: Debe existir una trazabilidad aunque sea documental entre la biomasa proveniente del campo agrícola certificado y el biocombustible distribuido en la Unión Europea. Reconoce la segregación, identidad preservada y balance de masa como metodos apropiados
- Càlculo de gas efecto invernadero: Los biocombustibles deben demostrar un ahorro de emisiones de gases efecto invernadero del 35% en comparación con el combustible fósil que reemplazan
- BPAs, Aspectos sociales y ambientales: Estos criterios son mencionados para los Países Miembros pero no obligatorios fuera de la UE

On24 mantuvo una charla con Santiago Ramos, ejecutivo de Vicentin, para tener mas detalles de como funciona el sistema de certificación y el rol de los acopiadores, entre otras cuestiones.

¿Cómo es el sistema de certificación de sustentabilidad?
Siguiendo un procedimiento detallado en un manual, según  el esquema, la figura de la Primera Entidad de Acopio actúa como un paraguas bajo el cual se "cubren" tanto los productores, como los acopios certificados. Se deben someter a una auditoria con los organismos acreditados por el esquema, según el país, actualmente existe varios esquemas, como Vicentin, puedo hablar del 2BS2v dado que es en el cual nos certificamos con muy buenos resultados, siendo este, según nuestra opinión el que mejor se adecua con la idiosincrasia del productor Argentino. Es una auditoria que no llega al campo, se hace en el acopio o en una oficina comercial que adquiere ese rol, como por ejemplo, la oficina comercial de Vicentin en Rosario.

¿Apuntan a algún tipo de productor en particular?
A todos los que quieran acompañar este proceso que hoy puede ser una oportunidad de negocio, o, un mejor lugar para negociar, pero que mañana terminará por se una exigencia. Los mercados europeos suman requisitos que débenos cumplir para, hoy, ganar nuevos mercados, mañana, para no perderlos o quedarnos fuera.

¿Cuál es el rol de los acopios?
Administrar los datos que certifiquen que la soja se produce bajos ciertas normas que exige el esquema y luego llevar su propio balance de masa, lo que vendría hacer una cuenta corriente, para dar un ejemplo cotidiano, con entradas y salidas claras, pero donde la mercadería pierde identidad por lo que solo se administran papeles y certificados de los productores que le entregan.

¿Como ve el avance hacia una agricultura "sustentable" y "amigable" con el medio ambiente?
Lo veníamos viendo desde hace uno años y hoy prácticamente es una realidad, si bien solo estamos en esta primera etapa trabajando de manera sustentable para la producción de bio, creemos que será una práctica que se extenderá al resto de la producción, nadie que subsidié productos que tengan carácter de amigables para el medio ambiente, pretenderá no enterarse de donde sale el producto primario, hablando de un desmonte, por solo dar un ejemplo, lo mismo con buenas practicas sociales, como trabajo infantil por dar solo otro ejemplo. Europa suma requisitos y debemos cumplirlo para entrar o no perder mercados, además, debemos comprometernos con la causa y acompañar estos cambios.

Fuente: ON24

miércoles, 13 de junio de 2012

Los productores utilizan bajo porcentaje de la tecnología disponible


En la próxima edición de Mundo Soja Maíz,  el congreso que desde hace 11 años organiza la consultora SEMA, a llevarse a cabo el 3 y 4 de julio en el Centro Costa Salguero, uno de los temas centrales de los cinco módulos en los que fue dividido el Congreso será el de Vanguardia Tecnológica. 

¿Qué significa esto? Ni más ni menos que un abordaje sobre la velocidad de avance en información, conocimientos, ofertas y cambios en maquinarias y mercados, y la dificultad que tienen las empresas a la hora de discernir la conveniencia de implementarlos y también el impacto de no hacerlo a tiempo.

Pablo Calviño (AACREA), a cargo de coordinar este espacio, lo sintetiza claramente: “no creo que los productores lleguen al 5% del uso de la tecnología disponible hoy en día. Además, hay mucha tecnología muy útil, pero mucha más que no lo es para la gran mayoría de las explotaciones. Entonces, el desafío es darse cuenta lo más rápido posible si uno deja de ganar por no tomarlas o, por el contrario, si al tomarlas se está haciendo un esfuerzo que en realidad no es necesario”.

En Mundo Soja Maíz se buscará interpretar cuál es la mejor manera de utilizar racionalmente las nuevas tecnologías que se van produciendo. “Año a año los avances son enormes, tanto en tecnologías de conocimientos como de productos. A cada productor le llegan cualquier cantidad de novedades. Productores y técnicos se encuentran ante la dificultad de cómo utilizar semejante volumen de información y cuál sirve y es rentable y cuál, más que ayudar, complica”, insiste Calviño.

Para desarrollar este tema clave para los productores y técnicos de hoy se eligieron tres especialistas con muchísima experiencia en agricultura en la Argentina. Uno de ellos es Jorge González Montaner (AACREA), quien presentará las novedades en tecnologías agrícolas de alto impacto. Por ejemplo, en curasemillas y tratamientos, en estrategias que generen cambios en la calidad de los granos, y también en control de malezas y de fungicidas, además de novedades en semillas. 

Como complemento, también será de la partida Ricardo Martínez Peck (consultor privado), que presentará las novedades en maquinaria y de toda la información que se puede obtener de ellas para hacer más eficientes las aplicaciones posteriores. 

Por último, Martín Sánchez (CREA) presentará su experiencia como técnico en un medio con grandes cambios en tecnología, mostrando cómo tomar decisiones validando la información en las redes de trabajo por equipos.

Justamente en este último aspecto hace hincapié Pablo Calviño. “Las tecnologías deben estar validadas en cada uno de los sitios en los que se van a utilizar”, sostiene. “No alcanza con la información externa”, agrega. En su opinión, “hay empresas que están cortas financieramente o que vienen mal del año anterior y lo que tienen que buscar son resultados de corto plazo. Para cada productor hay una tecnología que se adapta a su situación, que no es la misma que para otros”.

Fuente: SAVIA Comunicación 

martes, 12 de junio de 2012

Holgada oferta de campos para arrendar

Hace un año atrás nadie lo hubiera creído; sin embargo, hoy comienza a convertirse en realidad: ahora sobran campos para alquilar.

La jornada de actualización técnica que organizó la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (Cair), el 19 de mayo en el Inta Castelar, fue una oportunidad única para realizar una ronda de consultas que confirme las tendencias. Colegas de todo el país se congregaron en una reunión de capacitación, que tuvo sus horas más jugosas en los diálogos que se generaron entre los miembros de la cámara.

“Actualmente se están renegociando prácticamente todos los contratos”, manifestó el ingeniero agrónomo Silvano Morettin, un conocido comisionista de la castigada zona de Cañuelas, en la provincia de Buenos Aires.

“En nuestra región los primeros en prender la luz amarilla fueron los grandes “pooles” de siembra. Y detrás de ellos el resto de los agricultores, que están terminando una de las peores campañas de las que tengamos memoria. Ya nadie quiere comprometerse a pagar arrendamientos fijos, y mucho menos con pago adelantado. Todos intentan volver al formato de pago porcentual, aunque se adelante algún quintal al comenzar el contrato. Hoy como nunca hay muchos campos ofrecidos y pocos interesados en tomarlos”, aseguró Morettin.

“Nunca nos pasó algo igual”, comentó Juan José Rodríguez, operador de Villa María y la zona.

“Nos pasamos la vida corriendo para conseguir campos agrícolas para arrendar, y cuando aparecían, los negocios se concretaban de manera instantánea. Siempre había alguien dispuesto a subir la oferta o mejorar los plazos de pago. Nunca se comenzó tan tarde a renegociar contratos, todos los arrendatarios están pidiendo quitas, bajas en los valores, ajuste por producción y que desaparezcan los pagos adelantados para entrar en los campos. Muchos ya han decidido que si los propietarios no acceden a sus pedidos los dejarán, por eso hoy la oferta es mucho mayor a otros años”, manifestó con cara de preocupación.

“La sequía fue mucho más grave de lo que la gente piensa aquí en el sur de la provincia. Algunos productores han sufrido pérdidas aceptables, y si esta situación los encontró con sus finanzas sanas irán por la revancha, pero a muchos otros el quebranto producido directamente los saca del juego”, agregó Diego Felizzia, reconocido corredor inmobiliario de Río Cuarto. Según su diagnóstico, la pérdida en algunos casos es casi total y ya se resintió la cadena de pagos en el interior.

Felizzia sostiene que en la zona de Río Cuarto nadie quiere pagar valores fijos.

“Algunos conocidos agricultores apenas aceptan hacer algún pago parcial adelantado y el resto ajustado a porcentaje de la producción. No tengo dudas de que los propietarios tendrán que comenzar a compartir riesgos, o en esta campaña van a quedar campos sin alquilar. Esto que está pasando es sin dudas un proceso de adaptación a las nuevas condiciones de la región; comienzan a valorarse los antecedentes de los arrendatarios, su forma de trabajar y su trayectoria. Da la impresión de que este año van a sobrar campos agrícolas”, concluyó.

Nueva forma de contratar
Nadie hubiera imaginado hace apenas un año diálogos como los escuchados durante la jornada. La tierra agrícola es el bien más escaso en la Argentina –y en el mundo–, y los agricultores, después de años de “selección natural”, aprendieron que aumentando la escala de producción se protege el negocio y se mejora la renta.

La competencia por captar las mejores tierras agrícolas cambió el mapa del país y el estilo de vida de mucha gente. En menos de 10 años los precios subieron mucho, dejando en manos de los propietarios de los campos el diferencial que la evolución tecnológica produjo con mejores rendimientos.

Sin embargo, en muchos casos se asumieron riesgos elevados, y cuando eso pasa, la sequía no perdona.

Debería agregarse al análisis la ausencia total de políticas que permitan absorber los normales altibajos que el clima y los mercados generan. Mantener el exagerado nivel actual de retenciones y las negativas regulaciones comerciales en las actuales condiciones, fue condenar a la quiebra a miles de agricultores cordobeses.

El obstinado mantenimiento de trabas a la exportación producirá este año la menor superficie de trigo sembrada en cincuenta años.

Algún día el mundo entero nos juzgará por permitir que en las mejores tierras que se conozcan no se produzcan los alimentos que tanta falta hacen. Pero de esto nuestra gente sabe mucho. Nos referimos al cambio de las reglas de juego y la indispensable “cintura” que se requiere para adaptarse y sobrevivir.

La necesidad de supervivencia que el productor argentino enfrenta cada año generó la técnica de la siembra directa, miles de engordes a corral caseros, el silo bolsa, la rápida adopción de nuevos híbridos y variedades, y tantos otros “inventos” que el mundo entero copia y sólo aquí no se valora en su justa medida. La necesidad de cumplir con los compromisos asumidos y seguir produciendo, hacen que hoy en día se estén renegociando cada uno de los contratos de arrendamiento en Córdoba, y que por ahora sobren los campos.
Los autores son ingenieros agrónomos, integrantes de la empresa Marca Líquida
Fuente: La Voz del Campo 

lunes, 11 de junio de 2012

La maldita intervención que desalienta

La ya casi histórica intervención en el mercado de trigo no hace mas que desalentar a los productores agropecuarios. Distintas estimaciones sobre la intención de siembra, hablan de una baja que oscila entre el 15 y el 40 %, depende las zonas. "Hay productores que todavía no están decididos si van a hacer trigo o no van a hacer trigo. 

Argentina tiene para hacer 25 millones de toneladas. El año pasado hicimos 14 millones, y creo que en la campaña que comienza va a decrecer”, dijo Domingo Capeloni, presidente de Aprotrigo.

“También hay productores que no van a hacer nada. Mientras el trigo siga castigado con la intervención de los mercados, seguramente que no lo van a hacer", sentenció el dirigente rural. "El productor en este momento está siendo obediente de lo que nuestro gobierno quiere, porque si se habla con el productor te dice que Cristina no quiere trigo, quiere soja. 

Creo que se están llevando políticas totalmente adversas, equivocadas para el cultivo del trigo, porque Argentina tiene las mejores condiciones y posibilidades de incrementar fuertemente su producción en este cultivo, fruto de una gran diversificación de ambientes, para producir especialidades, que es lo que está demandando el mundo. Y eso lo podemos llevar adelante en tanto y en cuanto tengamos los mercados abiertos y transparentes para vender especialidades y no un commodity intervenido”, agregó.

De todas maneras, Capeloni destacó que “el mundo está pidiendo trigo. Brasil está pidiendo trigo desesperado y no lo estamos atendiendo. Nadie entiende por qué el gobierno usa la política de cerrar los mercados cuando todo el mundo te pide alimento o trigo. 

Tampoco existe el peligro de que en la Argentina falte harina para el mercado interno, y si este año baja un 50% la superficie de trigo, tampoco va a faltar para la molienda para la mesa de los argentinos. Es inexplicable pero son las actuales políticas. No se en qué se basan para tomar una determinación de esta naturaleza y tener intervenido el mercado”.

Consultado sobre el arranque de la campaña destacó que en el negocio de las semillas (de trigo) “estamos entre el 10%/15% de nuestra capacidad de venta". "Creo que el productor se va a arreglar con semillas de lo que tiene y ser cauteloso, austero y no gastar, pero la venta de semillas de trigo ha caído de una forma histórica. Los otros insumos también vienen muy parados", advirtió en diálogo con Radio Colonia.

Fuente: on24


sábado, 9 de junio de 2012

Con cada cosecha, se exportan nutrientes que no se reponen


En una gira fluvial organizada por Fertilizar, se recorrieron terminales portuarias ubicadas en la rivera del río Paraná en San Lorenzo, Santa Fe, donde se mostraron sus características y capacidad de almacenamiento y transporte, entre otros datos productivos. La Ing. Agr. Graciela Cordone del INTA Casilda realizó el cálculo de la cantidad de nutrientes extraídos con los granos que son "exportados" a través de  los buques y los kilos de nutrientes no repuestos en nuestros suelos, que, silenciosamente contribuyen a sostener esta producción.

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En referencia a estos datos, la Ing. Cordone comentó que en un barco cargado con 40.000 toneladas de soja, "se exportan" 3.576 toneladas de macronutrientes; en uno cargado con trigo, 1176 toneladas y en uno cargado con maíz, 966 toneladas, destacando que es la soja la que mayor cantidad de nutrientes se lleva. Y específicamente realizó una equivalencia de los nutrientes que se "van" con un barco de 40.000 toneladas de poroto de soja, transformándolos en fertilizantes consumidos, demostrando que 3.576 toneladas de nutrientes extraídos (nitrógeno, fósforo, azufre, potasio y magnesio) equivalen a 8.735 toneladas de fertilizantes (urea, superfosfato simple, cloruro de potasio y sulfato de magnesio). "Para compensar la cantidad de nutrientes que se extraen en un buque cargado de soja, se deberían devolver al campo unos 300 camiones cargados de fertilizantes", señaló la Ingeniera.

En la misma línea Fertilizar destacó que la reposición de nutrientes es, desde hace décadas, insuficiente, lo que genera un enorme desbalance en el agro-ecosistema, tornando las producciones menos sustentables y demuestra a su vez que el suelo sigue subsidiando la producción agrícola nacional. En la campaña 2010-2011, el porcentaje de reposición fue del 27 % (considerando nitrógeno, fósforo, potasio y azufre) con un consumo de 3,4 millones de toneladas de fertilizantes para esa misma campaña. Así, considerando los cálculos realizados por la Ing. Cordone del INTA, de los 300 camiones de fertilizante que se fueron en cada buque de soja, 173 camiones fueron aportados por el suelo.

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Si tenemos en cuenta que este déficit se acumula año tras año, podremos entender el empobrecimiento de los suelos que estamos produciendo”, señaló María Fernanda González Sanjuan, Gerente Ejecutivo de esta entidad. ”La respuesta a la fertilización es cada vez mayor y se refleja en los rendimientos tanto en el corto plazo como en el efecto acumulado de varios años de fertilización responsable. Esta es una clara evidencia de la posibilidad de modificar esta situación para poder preservar el recurso suelo, el principal patrimonio del productor”. En este sentido, Pablo Pussetto, Presidente de Fertilizar, señaló que "hoy el uso deficiente de fertilizantes genera un deterioro de los suelos, que se traduce en una paulatina descapitalización del dueño de la tierra y una importante pérdida de producción a nivel país".

Para la campaña que estamos cerrando, es decir 2011-12, el consumo de fertilizantes fue de 3,72 millones de toneladas, un 9% mayor al año anterior. "Todavía estamos analizando cómo fue la reposición, ya que, en los años de bajos rendimientos -en este caso por la sequía-, disminuye la extracción de nutrientes por parte de los cultivos y lógicamente los porcentajes de reposición aumentan. Pero no es deseable que la reposición aumente por los bajos rendimientos. Ojalá en poco tiempo podamos atribuir los aumentos de reposición a la mejora en la aplicación de los paquetes tecnológicos disponibles", agregó Fernanda González Sanjuan.

Los cultivos con mejores balances de nutrientes son el trigo y el maíz. En la campaña 2010-11, de los 3,4 millones de toneladas de fertilizantes consumidos en total, un millón se destinaron al cultivo de soja - con una superficie sembrada de 18,6 millones de hectáreas-; 750 mil toneladas a trigo - con 4,4 millones de hectáreas y otras 830 mil toneladas al maíz-con una superficie de 4,3 millones, cifras que demuestran que el paquete tecnológico es más importante en trigo y maíz que en soja, reflejando la forma en que el productor adoptó la tecnología en cada cultivo.

"En soja, sólo el 65 % del área se fertiliza, y se hace con dosis sub óptimas, en cambio en trigo y maíz más del 95% de los del área se fertiliza y se hace con dosis más cercanas a lo que el cultivo extrae. La asignatura pendiente es la fertilización de soja con dosis de reposición tanto en fósforo como en azufre. La fertilización fosfatada es clave, y los estudios realizados por Fertilizar en las últimas dos campañas demuestran un incremento de la productividad superior al 20 % en muchísimas zonas. Además, esta práctica permite conservar el valor productivo de la tierra en el tiempo", agregó Pablo Pussetto. El principal factor que influye en este esquema es que el 50 % de la actividad agrícola se realiza en campos arrendados, con contratos de corto plazo, en los cuales no se prevén cláusulas como la fertilización de los suelos. "Es el dueño del campo quien debe exigir el compromiso de aplicar la mejor tecnología y realizar un esquema de rotación para alcanzar una práctica más sustentable y conservar su patrimonio".

La gira organizada por Fertilizar culminó con la visita a una Terminal portuaria y planta de producción, ubicada en la localidad de Puerto San Martín. Allí, Mariano Scaricabarozzi, miembro del Comité Ejecutivo de Fertilizar, describió las características del complejo y mencionó, entre otros temas, que la capacidad instalada de las terminales portuarias de fertilizantes en Argentina, duplica el mercado actual de estos productos. "En este aspecto la industria está preparada para afrontar la demanda que significaría reponer a nuestros suelos la cantidad total de nutrientes que hoy en día se exportan a través de los diferentes cultivos, con el fin de lograr una producción sustentable".

Fuente: Fertilizar

miércoles, 6 de junio de 2012

El área con trigo sigue en caída

Según un relevamiento realizado en los campos CREA, el área implantada con trigo se reducirá 47 %.

La superficie por sembrar con trigo en establecimientos CREA de la región pampeana, NOA y NEA disminuirá el 47,12% en promedio con respecto al año anterior, de acuerdo a un relevamiento de intención de siembra efectuado por los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), que abarcó un total de aproximadamente 500.000 hectáreas. Los grupos CREA reúnen a 2000 empresas agropecuarias distribuidas en 16 provincias argentinas. 
    
Las mayores caídas se verificarán en Córdoba, La Pampa, San Luis, centro y norte de Santa Fe, centro de Buenos Aires, Tucumán y Salta, con porcentajes mayores al 40. Por su parte, se esperan reducciones superiores al 20% en el sur, este, oeste y norte de la provincia de Buenos Aires, sur de Santa Fe y Entre Ríos. Las menores disminuciones ocurrirán en Santiago del Estero y Chaco, provincias con poca tradición triguera, con tasas de un dígito. (Ver mapa).


Variación de la superficie triguera en establecimientos CREA  
   
Fuente: Investigación y Desarrollo del Movimiento CREA

Las principales causas aducidas por los productores encuestados para decidir la disminución de las siembras del cereal fueron: “Dificultades comerciales” (40% del total de respuestas),
“Margen no atractivo” (26%) y “Bajo precio esperado” (20%).

Cultivos alternativos
En los campos CREA, los cultivos de cosecha fina ocuparán el 23,1% de la superficie en rotación en la campaña 2012/13, mientras que las sojas de primera y de segunda se sembrarán en el 52% de la superficie.

Gran parte de la superficie que dejará de sembrarse con trigo se cultivará con cebada acentuando el comportamiento de campañas anteriores. El área de esta especie crecerá del 14 al 20% según zonas “Para mantener la rotación” (40%), por su “Margen esperado” (26%) y por su  “Precio superior al del trigo” (20%).

Conclusiones
A partir de las respuestas de los encuestados, se deduce que la reducción de la superficie triguera en campos CREA está muy asociada a las distorsiones del mercado que provoca la intervención oficial. Este proceso lleva más de cinco años y determina que los productores miren con recelo al cereal, porque en las últimas campañas no pudieron venderlo cuando necesitaban o debieron aceptar muy bajos precios, lo que impactó negativamente en sus resultados económicos. 

La rotación con trigo es fundamental para una agricultura sostenible, por su aporte de materia orgánica y estructura al suelo. Las dificultades de transformarlo en dinero para cancelar compromisos con proveedores e impuestos, han impactado profundamente en las decisiones de los empresarios. Entonces, la balanza se inclinará hacia una agricultura con eje en la soja, que concentra la utilización de los equipos de maquinaria en pocas semanas de la primavera, con muy poco trabajo en otoño e invierno.

Este nuevo comportamiento repercutirá negativamente en la cadena de proveedores de insumos y servicios de las comunidades, y reducirá el movimiento económico habitual asociado a la siembra de trigo, que, durante muchos años, les dio vida y empleo a sus integrantes.   


Fuente: Comunicado de Prensa CREA Nº 14