miércoles, 21 de mayo de 2014

Productores ya consiguen quién les compre créditos de soja sustentable

La Mesa Redonda de la Soja Sustentable (RTRS) acaba de lanzar una primicia y una buena señal para las comunidades y los productores que se esmeran en llevar adelante procesos de mejora en buenas prácticas agrícolas.

La suscripción de la norma europea promete un plus que no es económico: ante propios y extraños puede lucir como un espejo en el cual mirarse, para mejorar en varios frentes. 

Cuatro empresas agropecuarias argentinas, entre ellas Tecnocampo –con sede en Monte Cristo, en el norte cordobés– fueron reconocidas bajo el “doble estándar RTRS-AC” y, por primera vez, verán un resultado económico específico: el ingreso al mercado de créditos de soja responsable que se deriva de la normativa europea. 

Cabe aclarar: los atributos no están en el grano en sí, que no difiere de otros proveedores, sino en los procesos de gestión de calidad a los que adhirieron los productores.

Agricultura Certificada (AC) es una norma de calidad ambiental y agronómica bien autóctona. Fue desarrollada por la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid). A su vez, RTRS es una norma europea focalizada en soja, pero que audita diferentes procesos. Se asienta en principios de cumplimiento legal y buenas prácticas empresariales, condiciones laborales y relaciones comunitarias responsables, lo mismo en materia ambiental y de prácticas agrícolas. 

Shell, el comprador 
La petrolera Shell, uno de los consumidores de soja para la producción de biodiésel, adquirió 10 mil créditos de soja argentina (equivalentes a 10 mil toneladas), a través de la plataforma de comercialización RTRS. 

Esas toneladas fueron producidas en el último año por las empresas Agrosudeste (Marcos Juárez), Tecnocampo (Monte Cristo), ambas en la provincia de Córdoba, a las que se sumaron El Hinojo (Entre Ríos) y El Progreso, en la provincia de Buenos Aires. 

Declaración de principios 
“Estamos por cumplir cuatro años desde que logramos la primera certificación. Arrancamos motivados por diferentes razones: el compromiso con la sustentabilidad de nuestro sistema, la necesidad de una mejora organizacional, el compromiso con la siembra directa y con Aapresid como institución, y nuestro deseo de mostrar a la sociedad la manera en que se maneja la producción. 

Teníamos también la esperanza de que en algún momento apareciera un mercado que genere un beneficio extra en el precio por la venta de un producto certificado”, resumió ante La Voz del Campo Andrés Laxague, gerente de producción de Tecnocampo, durante una jornada dedicada a la capacitación en la empresa que abarcó a contratistas externos y a diferentes áreas de gestión. 

La capacitación es una de las herramientas que apuntala esta cultura enfocada en estándares de producción responsable y sustentable. La consultora e ingeniera agrónoma Rosana Chiaramello es la responsable externa del proceso. 

“Cuando se implementa un sistema de gestión de calidad, no vamos sólo al producto, sino que abarcamos a la empresa en todo su quehacer. Uno de los planos es la comunicación: cuando la empresa describe lo que hace, con las personas involucradas, ese equipo de trabajo empieza a unificar criterios; sus integrantes empiezan a ver y a hacer lo mismo. 

En ese sentido, la empresa se optimiza en su conjunto”. Estos sistemas de gestión de calidad hoy son voluntarios pero, a futuro, los productores enfrentarán más exigencias desde los consumidores. “La sociedad nos va a exigir que las empresas demuestren cómo están haciendo las cosas. Y frente a eso, creo que las que están en camino o certificando normas de calidad tienen una ventaja comparativa con respecto a las demás”, diagnostica Chiaramello. 

Otra ingeniera agrónoma, Francisca Llorens, se desempeña como responsable interna de calidad. “El sistema de gestión me enseñó a cambiar el foco, a salir del lote propiamente dicho. Intervienen todas las áreas de la empresa, hay una cultura de registrar y sistematizar las tareas; todo lo que es seguridad e higiene en el campo: si un operario se cayó de la cosechadora se registra el accidente, cómo pasó, dónde estuvo la falla”. 

Atención, escuelas 
En las 11.250 hectáreas bajo producción agropecuaria certificada, la mayor parte en la provincia de Córdoba, Tecnocampo abarca medio centenar de campos alquilados. Esa geografía rural contiene a cinco escuelas, viviendas, montes y cursos de agua. En ese entorno, las buenas prácticas están llamadas a jugar sus mejores cartas. 

Se delimitaron zonas buffer (sin cultivos), con un alcance de 100 metros de resguardo en los bordes de acuíferos, viviendas o escuelas. Los protocolos incluyen señalización y cartelería dentro de los campos, construcción de celdas para concentrar bidones de agroquímicos y diferentes acciones de información y capacitación. 

“A las escuelas les presentamos una nota de aviso sobre aplicaciones e información sobre las normas RTRS que estamos cumpliendo, al igual que a los campos vecinos. En los establecimientos próximos a escuelas, las pulverizaciones se realizan los fines de semana, aunque la mayoría de las aplicaciones se hacen en verano, cuando están de vacaciones. 

Tenemos contacto directo con las maestras y también acuerdos de capacitación cómo hacemos el tratamiento de los envases vacíos, las aplicaciones, sobre cómo es cumplir con la ley de agroquímicos”, relata la ingeniera agrónoma Andrea Butarelli, del área de producción de Tecnocampo. En todas las escuelas y viviendas se realizan análisis de agua (químicos, de residuos y bacteriológicos). 

Contratistas 
Los proveedores de servicios de siembra, pulverización y cosecha participan y se integran a los protocolos de “agricultura certificada” o de “soja sustentable”. Daniel Bertinetti, de Río Primero, y Sergio Mandile (de Matorrales) relatan que su capacitación en Tecnocampo estuvo enfocada en seguridad e higiene y legislación laboral. 

“Al momento de ejecutar las labores en el campo, nos da la tranquilidad de que estamos haciendo las cosas bien, desde contar con la documentación en orden, la ropa de trabajo, los productos y las condiciones de aplicación”, menciona Bertinetti. 

Los contratistas subrayan que la incorporación de tecnología “ayuda a trabajar de manera más precisa y con menos riesgos”, mientras coinciden en que la calificación y certificación de normas de calidad es un camino a recorrer por las empresas agropecuarias, aunque ya respeten todas las legislaciones tanto a nivel nacional como provincial y municipal.

En el frente interno de la empresa, Juan Albarracín y Marcelo Gutiérrez, desde el área de logística, deben atender diferentes necesidades internas y externas. “Hay una creencia de que si sembramos soja le hacemos mal al ambiente o las personas. Pero nos dimos cuenta de que con estos procesos estamos haciendo algo que favorece a todos, al ambiente, a los consumidores, a las comunidades”, indicaron. 

La documentación de estos procesos permite a la empresa acreditar “aciertos” y “errores”, un factor competitivo que ayuda a hacer correcciones o capitalizar lo que dio buen resultado. “En las cuestiones agronómicas, cuando se detecta que tal práctica genera un beneficio o es más eficiente, automáticamente la replicamos”, acotó el gerente de producción. 

Es lo que ocurrió con la norma AC, de Aapresid. Primero se certificó uno de los campos, sobre el que se tenía información acreditada e indicadores de muchos años en siembra directa. Luego, se extendieron esos protocolos al resto, para capitalizar diferentes pautas, como el manejo integrado de plagas. 

Perfil 
Empresa. Tecnocampo SA. Inicio de actividades, 1992, en Monte Cristo (Córdoba); 60 colaboradores, de los cuales 15 son ingenieros agrónomos. Áreas de negocios. Producción de granos, insumos agropecuarios, acopio, agricultura de precisión y riego. Superficie. 20.400 hectáreas, distribuidas en 51 campos (55% en el centro norte de Córdoba; 35% en el centro este y 10% en el sur de Córdoba y norte de La Pampa). Normas de calidad. Certificación de AC en 2010, en el campo “piloto” de 260; 1.570 hectáreas en 2012, con recertificación en 2013. Certificación de RTRS en 29 campos (11.250 hectáreas) en 2014. Planea certificar el 100% del área en la actual campaña agrícola. 

Definiciones 
Andrés Laxague. Tecnocampo. “Estamos por cumplir cuatro años desde que logramos la primera certificación. Arrancamos motivados por diferentes razones: el compromiso con la sustentabilidad de nuestro sistema, la necesidad de una mejora organizacional”. D. Bertinetti. Contratista. 

“Al momento de ejecutar las labores en el campo, nos da la tranquilidad de que estamos haciendo las cosas bien, desde contar con la documentación en orden, la ropa de trabajo, los productos y las condiciones de aplicación”. 

Fuente: La Voz 

jueves, 15 de mayo de 2014

Trigo: recomiendan aprovechar el perfil hídrico

Por Esteban Fuentes.
A poco de comenzar la siembra de trigo, los productores buscan la mejor estrategia para optimizar los recursos y lograr los techos productivos. Luis Ventimiglia, técnico del Inta 9 de Julio, recomendó estrategias agronómicas para alcanzar los potenciales de rinde. 

En primer lugar, el técnico señaló que los lotes se encuentran con un perfil hídrico completamente cargado en gran parte de la región pampeana. "Las napas se han recuperado y esto nos indica que uno de los recursos más importantes para la producción, como es el agua, está parcialmente asegurado." Lógicamente, expresó, que con esto sólo no se llegará a altas producciones, sino que se necesitan ensamblar una serie de cosas, en las cuales no sólo están las tecnologías de insumos, si no también las de proceso. 

En esta línea, Ventimiglia aseguró que los productores deben mantener los lotes limpios, por lo que los barbechos son importantes, como también el control de malezas durante el ciclo del cultivo. "En la siembra nos deberemos esmerar. 

La utilización de promotores de crecimiento es una práctica que se debería difundir ampliamente, ya que los mismos permiten un buen arranque del cultivo permitiendo que la planta produzca un mayor sistema radicular, y estas son pequeñas cosas que, junto a otras, nos permitirán incrementar los rendimientos." 
Asimismo, el análisis de suelo es imprescindible, ya que a partir de una correcta interpretación de los resultados, la historia del lote y las aspiraciones de rendimiento será la fertilización que se realizará. "La misma tiene que ser realizada correctamente, tanto en cantidad, tipo como en calidad de los productos utilizados y de la aplicación misma." 

Por otra parte, el monitoreo constante de los lotes es clave, sembrar y abandonar el lote hasta casi la cosecha es por estos días inadmisible. "Un buen monitoreo nos permitirá tomar decisiones oportunas, por ejemplo el seguimiento y evolución de las enfermedades es clave, para poder actuar en tiempo y forma con el o los productos adecuados para que una determinada enfermedad no se transforme en un problema". 

Juntamente con éstos, se pueden utilizar los fertilizantes foliares, que son un complemento de una buena fertilización de base. La utilización de estos productos permite alcanzar un plus de rendimiento y/o calidad del producto obtenido. 

Continuando con la estrategia agronómica, la cosecha de trigo y cebada es muy rápida, pero no por eso se debería dejar en el campo lo que tanto costó producir. En consecuencia, el control de las pérdidas y la calidad del producto obtenido es también muy importante. "Aquí no termina el trabajo, la conservación hasta su venta debe ser cuidadosa, recordemos también que las micotoxinas nos pueden complicar la producción." 
Las mismas son generadas por la acción de ciertos hongos que se pueden producir durante el cultivo o durante el almacenamiento del mismo, cuando es realizado en malas condiciones. Las legislaciones sobre el tema son cada vez más estrictas, y se deben cumplir, dado que los productos elaborados, o los animales alimentados con granos o subproductos que tengan micotoxinas, son nocivos para la salud.

"Como vemos, llegar a un buen rendimiento físico y económico no es una casualidad. Este año hay un amigo que nos acompaña en una agricultura de secano, el agua; aprovechemos esta oportunidad para potenciar los rendimientos"finalizó Ventimiglia.

Fuente: Infocampo

lunes, 12 de mayo de 2014

Otoño húmedo

La sobreoferta de agua de la primera década de abril fue notable. En ese período en vastos sectores de la región pampeana, se acumularon al menos los valores normales del mes, esto sin tener en cuenta que por entonces no eran pocas las localidades que ya duplicaban las estadísticas pluviales de abril. 

Esto complejizó muchos sectores del noroeste de Buenos Aires, centro oeste de Santa Fe y noreste de Córdoba, aumentando el área donde será muy difícil lograr cosecha. Debido a esto hoy se estima que en la región pampeana hay unas 400 mil hectáreas que ya no tienen posibilidades de encarar la trilla. El resumen del mes pasado se presenta en los mapas. 

 FIGURA 1 



 FIGURA 2 
En un rápido resumen se podría decir que las lluvias fueron sobradas en la región pampeana, más ajustadas pero con mejoras recientes en el NEA y pobres en el NOA. La Patagonia ostentó el comportamiento más alejado de la normalidad para el mes de abril, fundamentalmente con lo ocurrido en Neuquén, gran parte de Río Negro y la costa de Chubut. 

Las principales lluvias de comienzo de mayo se han concentrado en Corrientes, Chaco y Formosa, sin embargo hubo franjas de precipitaciones no menores en el sudeste de BA, LP y en forma más dispersa, en el sur de CB y sudoeste de BA. En el resto de la región pampeana, se han observado lluvias menores, lloviznas y eventos generalizados de nieblas y neblinas. Es decir si bien la zona núcleo no se ha mostrado la vuelta de lluvias destacadas –salvo en forma puntual-, el ambiente se ha puesto muy húmedo, no muy favorable para las tareas que deben concretarse por estos días, fundamentalmente cerrar la cosecha sojera. 

¿Y las reservas? 
Al comparar la situación actual con la del año pasado, encontramos que a comienzos de la campaña fina anterior la situación era más heterogénea. Había sectores sobrados de humedad y otros que presentaban valores de reservas muy por debajo de lo que marca la estadística, categoría que no se observa en esta ocasión. En general, el este se posicionaba con corrimientos positivos de las reservas, mientras que los desvíos negativos se concentraban en el oeste. 


En resumen, cerrando la gruesa, la disponibilidad hídrica es apta y no parece ser limitante a la hora de decidir las siembras. 

TENDENCIAS CLIMÁTICAS 

Indicadores de Escala Global 
Durante el mes de abril se ha venido afianzando la tendencia que perfila la aparición de un evento El Niño. Este comportamiento es aún incipiente y los promedios semanales de las temperaturas superficiales del Pacífico Ecuatorial central, aún se mantienen en torno a la neutralidad sin embargo aparecen indicios que apuntalan las proyecciones de los modelos de pronóstico. 

No obstante, el calentamiento que muestra el mapa sobre la línea del Ecuador, no define condiciones El Niño. Para que esto suceda la anomalía de temperatura de la zona central de esta región del Pacífico deben mantenerse al menos durante 5 meses por encima de medio grado centígrado. Es decir el desvío debe tener un mínimo nivel de persistencia para poder concluir que se ha salido del estado neutral. Esto puede suceder en uno u otro sentido (Niño/Niña). Actualmente se mantiene el estado de neutralidad, sin embargo, existen indicios que avalan la aparición de un evento cálido. El mismo se comenzaría a consolidar durante el transcurso del invierno, y podría llegar a su apogeo durante la primavera. Su intensidad sería débil en el comienzo de la primavera y puede llegar en noviembre-diciembre a niveles moderados, lo que bastaría para tomarlo como un predictor con influencia en la oferta de agua. 

Durante el trimestre del invierno este indicador no tiene impacto sobre el comportamiento de las lluvias del sudeste Sudamérica. Sí lo tiene durante el último trimestre del año, en general definiendo un contexto que favorece desvíos positivos de la precipitación. Es muy relativa, la influencia que este tipo de eventos tienen sobre las zonas agrícolas de USA, además como hemos dicho, el apogeo del evento se daría en el último trimestre del año, cuando la cosecha del norte ya está más que definida. En principio es un indicador pobre para anticipar lo que pueda suceder con la campaña de granos gruesos en USA. 

Indicadores de Escala Regional 
La circulación del noreste con fuerte componente oceánica se interrumpió temporariamente en abril y esto se reflejó en el comportamiento de las lluvias. No obstante la fuente de humedad que desde finales de enero ha estado facilitando la incorporación de aire húmedo sobre la región pampeana sigue presente. El litoral Atlántico no modifica su anomalía positiva, es decir su calentamiento y esto tiene un efecto moderador sobre las temperaturas a la vez que impone masas de aire húmedo cada vez que los vientos tienden a posicionarse del sector noreste. 

En esta época del año normalmente disminuye el flujo del aire del norte, pero también debe intensificarse la circulación complementaria desde el sudoeste. Esto no viene sucediendo con la continuidad e intensidad asociada a la época del año y de esta manera las masas de aire húmedo ven facilitada su posición estacionaria en la región pampeana y el NEA. 

De mantenerse esta dinámica podríamos tener un otoño con temperaturas por encima de los valores normales y con una persistencia del ambiente húmedo. Esto también puede traducirse en precipitaciones que tengan piso en los valores normales. Esta situación debería ser interrumpida con una potente irrupción de aire de origen polar, sin embargo esto no se ve en el corto plazo y posiblemente no sea una característica apreciable durante el mes de mayo.  

Las entradas de aire frío en principio se observarían más bien como pulsos de corta duración, con lo cual los enfriamientos intensos en la franja central posiblemente se retrasen hasta entrado el mes de junio. Los modelos experimentales de pronóstico de las temperaturas superficiales del Atlántico no modifican el calentamiento al menos hasta el mes de julio, con lo cual este forzante de escala regional debe ser tenido en cuenta como un importante moderador de la rigurosidad ambiental en la transición hacia el invierno.

Fuente: REVISTA CHACRA

viernes, 9 de mayo de 2014


Sudamérica tiene la tasa de mayor adopción de siembra directa, y en Argentina el 80% de la tierra es cultivada con esta tecnología.




Fuente: MONSANTO Argentina 


miércoles, 7 de mayo de 2014

Suri revoluciona la siembra directa a pequeña escala


El INTA diseñó una sembradora para productores familiares que cubre un espacio en el mercado de tecnología agrícola inclusiva. Cuesta 30 mil pesos, pesa 480 kg y cultiva diversos granos y pasturas.

Suri revoluciona la siembra directa a pequeña escala

Técnicos del INTA Casilda –Santa Fe– crearon una máquina de siembra directa de pequeña escala, capaz de cultivar granos finos y gruesos. Además, cuida el agua y el suelo y lleva a cabo prácticas productivas sustentables. Se trata de Suri, que ya fue probada en lugares como Abra Pampa –Jujuy– y en Trelew –Chubut–, dado que se adapta a diferentes regiones y tipos de suelo.
La idea de fabricarla surgió a partir de la necesidad de proveer a los pequeños productores de una tecnología adaptada a la escala de la agricultura familiar, que tuviera las características y los estándares de calidad de las maquinarias utilizadas en la región pampeana.
“Hicimos la máquina para sembrar pasturas en esa enorme Argentina seca que equivale al 65% del territorio nacional y donde debemos conservar el suelo y el agua, sea de riego o de lluvia”, remarcó Fernando Martínez, jefe del INTA Casilda y principal responsable de la innovación.
La sembradora pesa apenas 480 kg y puede tirarse con un pequeño tractor o un caballo. También siembra y fertiliza en distintas combinaciones, incluso en simultáneo. Según Martínez, esta maquinaria vino a ocupar un nicho vacante en el mercado de tecnologías agrícolas y su modelo más simple tiene un valor de 30 mil pesos.
Sustentables ante todo
Las técnicas agrícolas tradicionales remueven el suelo, requieren de mucha agua y provocan una mayor exposición de las superficies a la erosión hídrica y eólica. Además de disminuir las tareas de laboreo al productor, la siembra directa es una técnica productiva sustentable que ayuda a cuidar los recursos naturales. Así, Suri permite que los productores de pequeña escala puedan realizar una agricultura de conservación.
“Es una máquina que lleva a cabo cualquier tipo de siembra, a cualquier distancia, con equipos de fertilización y dosificadores es de avanzada para la agricultura familiar”, describió el empresario Mario Diociaiutti, titular de Nova Siembra, la empresa que la fabrica. Asimismo, aseguró que esta tecnología permitiría anticipar “un futuro importante para el sector agropecuario a pequeña escala”.
La mini sembradora tiene marcadores que acompañan la tarea de los abresurcos y un asiento para que otra persona, además del conductor de la máquina, guíe a los animales. Para llevar a cabo todas las funciones con normalidad, esta tecnología insume entre 130 y 140 kg de fuerza, lo cual equivale a una potencia de 10 u 11 hp y alcanza una velocidad de 3,5 km por hora.
“Es una máquina que lleva a cabo cualquier tipo de siembra, con equipos de fertilización y dosificadores es de avanzada para la agricultura familiar”, describió el empresario Mario Diociaiutti.
A prueba
El Noroeste y la Patagonia argentina fueron escenarios de distintas pruebas para la sembradora. En el NOA, la experiencia se realizó en la Puna, en la zona de quebradas y en los valles. Aunque continúa en proceso de evaluación, los datos preliminares indicaron un buen resultado en el cultivo de quínua. Estos ensayos llegaron a oídos de productores de Perú y Bolivia, donde ya se mostraron interesados en adquirir esta sembradora.
“Es importante que nosotros, en Abra Pampa, realicemos un laboreo conservacionista del suelo”, subrayó Darío Castro, el técnico del INTA que supervisó los ensayos en esa localidad jujeña. Allí, los vientos son muy fuertes y erosionan la escasa materia orgánica del suelo. En estas condiciones, el sistema convencional de siembra remueve la superficie, lo cual aumenta el insumo de agua requerido para el laboreo y deteriora más la tierra.
De igual manera, el INTA Trelew –Chubut– encabezó una experiencia piloto de siembra de pasturas para consumo animal en zonas de desmonte y en áreas húmedas y propensas a la inundación, como son los mallines. Entre los cultivos elegidos, se iniciaron producciones de trébol rojo, de trébol blanco y de festuca.
Costos
La máquina tiene tres modelos diferentes que varían en precio de acuerdo con la complejidad de sus componentes. La configuración más barata, pensada para el cultivo de forrajeras y de granos finos, cuesta 30 mil pesos. Por su parte, el montaje especializado para la siembra de granos gruesos tiene un valor de 50 mil pesos. La modalidad de cooperativa o de asociación entre familias son alternativas para adquirir la máquina.
“La agricultura familiar era un nicho interesante para el desarrollo de tecnologías, si se piensa que por cada productor de gran escala hay dos o tres productores familiares”, señaló Martínez.
En la Argentina, ese sector genera el 20% del producto bruto nacional agropecuario y representa el 53% del empleo total en el sector. En el Año Internacional de la Agricultura Familiar, Suri es una herramienta para potenciar el desarrollo productivo de los territorios con sustentabilidad.
Fuente: INTA Informa 

El cambio climático favorecerá a los cultivos en América del Sur

Investigadores del INTA participaron en la elaboración del informe del IPCC. Determinaron que las variaciones en el clima serán beneficiosas e incrementarán los rindes de soja, maíz, trigo y girasol en la región.



Los expertos en clima de todo el mundo aseguran que las variaciones climáticas siempre existieron. Lo que es relativamente nuevo son los eventos extremos: inundaciones y sequías. El secreto estará en adelantarse y saber cómo actuar para maximizar los rendimientos. De hecho, según el último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), una de las consecuencias estará en el aumento de rendimiento de los principales cultivos, en el sudeste de América del Sur.
Graciela Magrín, especialista del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar quien participó en redacción del último informe, explicó que el incremento de los rindes, en el sudeste del continente, estará asociado a los aumentos de las lluvias y cambios de las temperaturas”, señaló y advirtió: “Los eventos extremos y las variabilidades interanuales, provocan años muy buenos y, a veces, años muy malos. Lo mejor es adaptarse primero a la variabilidad interanual del clima”.
En este sentido, Magrín explicó que de un año a otro se registran variaciones en las lluvias que rondan del 50 al 70% entre un año y el otro, e incluso, hasta un aumento de 4 grados de temperatura promedio.
Los cambios en el uso de la tierra no son menos importantes. De hecho, Miguel Taboada –director del Instituto de Suelos del INTA– participó en el capítulo sobre el impacto en los ecosistemas naturales como la selva, los bosques, los pastizales y los sistemas de agua dulce, entre otros.
De acuerdo con Taboada, “el cambio climático es una realidad inocultable, que tiene consecuencias importantes sobre la movilidad y la extinción de especies”. Y ejemplificó: Muchas especies de aves no tendrán la capacidad de adaptación suficiente, lo cual es un riesgo para la biodiversidad.
“Los cambios en el uso de la tierra dejan huellas en el clima, sobre todo en las zonas tropicales y subtropicales”, señaló Taboada quien advirtió: “La tala de árboles, en el Amazonas, está produciendo un cambio en el color del suelo y eso impacta en el ciclo del agua”.
Según los especialistas, el campo argentino es uno de los que provoca mayores emisiones de gases de efecto invernadero y, además, el sector más afectado por el impacto. “En regiones como la nuestra, donde el consumo energético y el desarrollo de la industria es menor, las emisiones del sector agropecuario tienen mayor peso relativo”, indicó Magrín.
Mejor prevenir
Para saber qué está pasando realmente con el clima, los especialistas recomiendan el monitoreo permanente, usar pronósticos para ver cómo se pueden adaptar los manejos de acuerdo al año –lluvioso o seco–.
Para evitar efectos negativos, Taboada explicó que existen estrategias que no requieren de grandes inversiones y los resultados de la aplicación marcan la diferencia. “Cambios en las fechas de siembra, generación de variedades adaptadas a estrés hídrico, resistencia a insectos son algunas de las opciones para potenciar los beneficios”.
Para Magrín el cambio del clima fue notable en muchas partes de la región. “En el sudeste de América del Sur estamos en una de las regiones que registró un impacto muy considerable. Tuvimos un cambio en las medias de los valores climáticos, pero también tuvimos un cambio en la variabilidad del clima”, agregó.
Entre los impactos más notables, se encuentran el corrimiento de las fronteras agrícolas, aumento en los caudales de los ríos –Cuenca del Plata, Colombia, Venezuela y Ecuador– y reducción en la disponibilidad de agua –en las zonas centro de Chile y centro oeste de la Argentina, Sur de Perú y el noreste de Brasil–. “En líneas generales, estos fenómenos pueden atribuirse en, mayor o menor grado, al cambio que estamos teniendo en el clima”, expresó Magrín.
El IPCC es una organización internacional que genera periódicamente informes científicos sobre los avances del cambio climático en el mundo. Graciela Magrín, María Isabel Travasso y Miguel Taboada fueron los investigadores del INTA que participaron en la elaboración del V Informe.
Su contribución considera la vulnerabilidad y la exposición de los sistemas humanos y naturales, los impactos observados y los riesgos futuros del cambio climático, así como el potencial y los límites de la adaptación. Los capítulos del informe evalúan riesgos y oportunidades para las sociedades, las economías y los ecosistemas de todo el mundo.

Fuente: INTA Informa