lunes, 12 de mayo de 2014

Otoño húmedo

La sobreoferta de agua de la primera década de abril fue notable. En ese período en vastos sectores de la región pampeana, se acumularon al menos los valores normales del mes, esto sin tener en cuenta que por entonces no eran pocas las localidades que ya duplicaban las estadísticas pluviales de abril. 

Esto complejizó muchos sectores del noroeste de Buenos Aires, centro oeste de Santa Fe y noreste de Córdoba, aumentando el área donde será muy difícil lograr cosecha. Debido a esto hoy se estima que en la región pampeana hay unas 400 mil hectáreas que ya no tienen posibilidades de encarar la trilla. El resumen del mes pasado se presenta en los mapas. 

 FIGURA 1 



 FIGURA 2 
En un rápido resumen se podría decir que las lluvias fueron sobradas en la región pampeana, más ajustadas pero con mejoras recientes en el NEA y pobres en el NOA. La Patagonia ostentó el comportamiento más alejado de la normalidad para el mes de abril, fundamentalmente con lo ocurrido en Neuquén, gran parte de Río Negro y la costa de Chubut. 

Las principales lluvias de comienzo de mayo se han concentrado en Corrientes, Chaco y Formosa, sin embargo hubo franjas de precipitaciones no menores en el sudeste de BA, LP y en forma más dispersa, en el sur de CB y sudoeste de BA. En el resto de la región pampeana, se han observado lluvias menores, lloviznas y eventos generalizados de nieblas y neblinas. Es decir si bien la zona núcleo no se ha mostrado la vuelta de lluvias destacadas –salvo en forma puntual-, el ambiente se ha puesto muy húmedo, no muy favorable para las tareas que deben concretarse por estos días, fundamentalmente cerrar la cosecha sojera. 

¿Y las reservas? 
Al comparar la situación actual con la del año pasado, encontramos que a comienzos de la campaña fina anterior la situación era más heterogénea. Había sectores sobrados de humedad y otros que presentaban valores de reservas muy por debajo de lo que marca la estadística, categoría que no se observa en esta ocasión. En general, el este se posicionaba con corrimientos positivos de las reservas, mientras que los desvíos negativos se concentraban en el oeste. 


En resumen, cerrando la gruesa, la disponibilidad hídrica es apta y no parece ser limitante a la hora de decidir las siembras. 

TENDENCIAS CLIMÁTICAS 

Indicadores de Escala Global 
Durante el mes de abril se ha venido afianzando la tendencia que perfila la aparición de un evento El Niño. Este comportamiento es aún incipiente y los promedios semanales de las temperaturas superficiales del Pacífico Ecuatorial central, aún se mantienen en torno a la neutralidad sin embargo aparecen indicios que apuntalan las proyecciones de los modelos de pronóstico. 

No obstante, el calentamiento que muestra el mapa sobre la línea del Ecuador, no define condiciones El Niño. Para que esto suceda la anomalía de temperatura de la zona central de esta región del Pacífico deben mantenerse al menos durante 5 meses por encima de medio grado centígrado. Es decir el desvío debe tener un mínimo nivel de persistencia para poder concluir que se ha salido del estado neutral. Esto puede suceder en uno u otro sentido (Niño/Niña). Actualmente se mantiene el estado de neutralidad, sin embargo, existen indicios que avalan la aparición de un evento cálido. El mismo se comenzaría a consolidar durante el transcurso del invierno, y podría llegar a su apogeo durante la primavera. Su intensidad sería débil en el comienzo de la primavera y puede llegar en noviembre-diciembre a niveles moderados, lo que bastaría para tomarlo como un predictor con influencia en la oferta de agua. 

Durante el trimestre del invierno este indicador no tiene impacto sobre el comportamiento de las lluvias del sudeste Sudamérica. Sí lo tiene durante el último trimestre del año, en general definiendo un contexto que favorece desvíos positivos de la precipitación. Es muy relativa, la influencia que este tipo de eventos tienen sobre las zonas agrícolas de USA, además como hemos dicho, el apogeo del evento se daría en el último trimestre del año, cuando la cosecha del norte ya está más que definida. En principio es un indicador pobre para anticipar lo que pueda suceder con la campaña de granos gruesos en USA. 

Indicadores de Escala Regional 
La circulación del noreste con fuerte componente oceánica se interrumpió temporariamente en abril y esto se reflejó en el comportamiento de las lluvias. No obstante la fuente de humedad que desde finales de enero ha estado facilitando la incorporación de aire húmedo sobre la región pampeana sigue presente. El litoral Atlántico no modifica su anomalía positiva, es decir su calentamiento y esto tiene un efecto moderador sobre las temperaturas a la vez que impone masas de aire húmedo cada vez que los vientos tienden a posicionarse del sector noreste. 

En esta época del año normalmente disminuye el flujo del aire del norte, pero también debe intensificarse la circulación complementaria desde el sudoeste. Esto no viene sucediendo con la continuidad e intensidad asociada a la época del año y de esta manera las masas de aire húmedo ven facilitada su posición estacionaria en la región pampeana y el NEA. 

De mantenerse esta dinámica podríamos tener un otoño con temperaturas por encima de los valores normales y con una persistencia del ambiente húmedo. Esto también puede traducirse en precipitaciones que tengan piso en los valores normales. Esta situación debería ser interrumpida con una potente irrupción de aire de origen polar, sin embargo esto no se ve en el corto plazo y posiblemente no sea una característica apreciable durante el mes de mayo.  

Las entradas de aire frío en principio se observarían más bien como pulsos de corta duración, con lo cual los enfriamientos intensos en la franja central posiblemente se retrasen hasta entrado el mes de junio. Los modelos experimentales de pronóstico de las temperaturas superficiales del Atlántico no modifican el calentamiento al menos hasta el mes de julio, con lo cual este forzante de escala regional debe ser tenido en cuenta como un importante moderador de la rigurosidad ambiental en la transición hacia el invierno.

Fuente: REVISTA CHACRA

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