Mientras la campaña continúa, desde el área de Poscosecha del INTA Balcarce se ofrecen recomendaciones técnicas para reducir los riesgos de la cosecha, además de detallar pautas para el almacenaje de granos húmedos en bolsas plásticas.
Mientras la campaña continúa, desde el área de Poscosecha del INTA Balcarce se ofrecen recomendaciones técnicas para reducir los riesgos de la cosecha, además de detallar pautas para el almacenaje de granos húmedos en bolsas plásticas.
De la mano de una cosecha record de la soja, la campaña de la gruesa producirá más de 70 millones de toneladas de granos. Si bien este dato suena alentador, esta cosecha se produce en un marco de frecuentes lluvias, lo que genera algunas complicaciones.
Frente al almacenamiento del grano húmedo y difícil tránsito por los caminos y acceso a los lotes, la bolsa plástica adquiere protagonismo. Este sistema permite afrontar problemas de logística y guardar grano cuando la capacidad de almacenaje fija es sobrepasada.
Sin embargo, almacenar grano húmedo en épocas de precipitaciones frecuentes, además de poner a prueba la hermeticidad de las bolsas, expone un marco nada simple. En este sentido, Leandro Cardoso –del área de Poscosecha del INTA Balcarce, Buenos Aires– recomienda “ubicar las bolsas en un terreno alto, con una leve pendiente para evitar la acumulación de agua y con un previo alisado del piso que disminuirá el riesgo de rotura por piedras o rastrojos”.
“Se debe lograr una bolsa bien pareja, sin lugares flojos o vacíos y bien sellada para evitar la acumulación de humedad en su interior”, agregó.
La regla general dice: si la humedad del grano es mayor a la del recibo, la humedad relativa intergranaria favorece el crecimiento de hongos, una de las principales causas del deterioro del grano. La velocidad de este detrimento estará determinada por factores como la calidad del grano y la temperatura ambiente.
La bolsa es una barrera para el intercambio gaseoso con el ambiente, es decir, no permite que el oxígeno consumido se reponga, generando una concentración de dióxido de carbono que retarda los agentes de deterioro. Una rotura terminaría con esta hermeticidad, por ello los especialistas insisten en que “es necesario extremar los cuidados y aumentar la frecuencia de monitoreo de integridad de la bolsa cuando se almacena grano húmedo”.
A diferencia del almacenaje en instalaciones fijas, la humedad del grano almacenado no se puede disminuir mediante acciones de manejo. “Cada bolsa es un caso particular por lo que realmente permitirá decidir el mejor momento para su extracción será un monitoreo permanente de la calidad del grano”, concluyó el técnico.
Más información:Prensa INTA. prensains@correo.inta.gov.ar
Fuente: Semanario Digital INTA Informa N° 579
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