Desde el 23 y hasta el 27 de abril, la Estación
Experimental del INTA Concepción del Uruguay, en Entre Ríos, es sede del
primer encuentro Admite del año. Especialistas, productores y hombres
de la industria de la maquinaria comparten conocimientos con el objetivo
de resolver las grandes dificultades que implica el cultivo.
El entrenamiento en maquinaria agrícola Admite Arroz ya está en
marcha. Organizado por Ferias y Exposiciones Argentinas S.A., con el
apoyo de la Fundación Proarroz, se trata de una experiencia de
capacitación única, a campo y de alto nivel, porque como dicen por ahí:
“quien siembra arroz, le puede hacer frente a cualquier otro cultivo”.
El primer paso, y uno de los más trascendentales del entrenamiento
Admite Arroz tiene que ver con las labores y la siembra. Allí hay dos
grandes protagonistas: la sembradora y las taipas. “La taipa hace a la
buena siembra”, insistió Ramón Hidalgo, a cargo del módulo de siembra,
donde la Siembra Directa es la que marca tendencia.
Del total país, un 75 % de la superficie se hace con una siembra con
laboreo anticipado, un 15 % con Siembra Directa pura y el resto en forma
totalmente convencional. La Siembra Directa tiene mayor o menor
penetración de acuerdo a cada ambiente. Se hace mucho en Corrientes, y
disminuye en Entre Ríos.
El pasaje de las cosechadoras sobre las taipas genera un diferencial
de altura y deja huellas, para corregirlas hay que hacer un retoque de
taipas. Para estas labores se usa un arado taipero y una niveladora, en
esto radica la labranza anticipada. Pero existe la tecnología para hacer
Siembra Directa, sólo hace falta capacitación para poder utilizarla.
Lo cierto es que entre una forma de laboreo y otra, la diferencia de
rendimiento tiene que ver con el manejo. “En siembra directa, los
máximos rindes promedio son de 8000 kg/ha, que también se obtienen en
sistemas convencionales. En lo que sí aparecen diferencias entre la
Directa y los sistemas convencionales de siembra es en los costos, por
un menor uso de HP y combustible por hectárea, y un mejor manejo de los
recursos. Un mal rendimiento, en el caso de bajas aplicaciones
tecnológicas, ronda los 5000 kg/ha”, detalló Hidalgo.
Las tendencias
El stand de plantas es uno de los aspectos vitales para el cultivo.
¿Cómo lograrlo? Para Hidalgo, lo cierto es que la sembradora de arroz
todavía tiene algunas deficiencias. De ella se espera que dosifique,
conduzca, abra el surco, limite la profundidad de siembra, deposite la
semilla, contacte y cierre el surco. Pero la principal dificultad está
en transitar las taipas. Las sembradoras, al igual que las demás
maquinarias que se enfrentan al arroz y a diferencia de lo que ocurre
con los demás cultivos, deben lidiar con lotes desnivelados, suelos
vertisoles, con alto contenido de arcilla.
Cómo acercar la maquinaria a la realidad que imponen las taipas es el
gran desafío. En el Instituto de Ingeniería Rural del INTA Castelar se
trabaja en ubicar los dosificadores más abajo, sin que choquen con las
taipas. Según Hidalgo, sobre la deposición de la semilla, no hay
demasiados inconvenientes si se hace a chorrillo.
“En algunos casos, en Corrientes, al tener más taipas, las ruedas
patinan más, y esto tiene como consecuencia tirar más semilla. Sin
embargo, la tendencia es a bajar la densidad de siembra. Para lograrlo,
es necesario hablar de una siembra monograno. Hay pruebas con
dosificadores por soplado, pero a las empresas les recordamos que el
arroz es muy abrasivo, y si el dosificador es de plástico, se come todo.
Hace falta usar materiales que resistan”, expresó Hidalgo.
En la Argentina, la densidad de siembra buscada es de 40 kg/ha. En
Estados Unidos, sin embargo, se trabaja con 25 kg/ha. “La siembra
neumática comienza a verse con buena cara –aclaró Hidalgo - se obtienen
algunas soluciones y algunos problemas”. El problema vuelve a ser el
desnivel del suelo, “que muchas veces no está bien preparado”. Si el
sistema neumático es por succión, requiere que la sembradora no se
mueva. Para arroz se usan sembradoras pequeñas, de 21 cuerpos
aproximadamente, y desde hace algún tiempo también se trabaja con
geoposicionamiento.
“Sembrar y fertilizar con una sembradora genera algunos problemas
marcados”, dijo Hidalgo. Según el especialista, en arroz se está viendo
que la fertilización de base, entre 15 y 20 días previos a la siembra,
haciéndola al voleo con fertilizadoras centrífugas no tiene diferencias
de rendimiento si se compara con usar la sembradora. “Esto pasa por el
manejo y es una tendencia. En Estados Unidos se está haciendo de esta
manera. Quitarle la tarea de fertilizar es importante para la sembradora
porque aumenta su capacidad operativa, ya que la tolva se usa
exclusivamente para la semilla”, aclaró el docente a cargo del módulo de
siembra.
Entre las premisas de calidad en siembra de arroz se destaca
posicionar la semilla en el fondo del surco. También es fundamental la
uniformidad, para lo que se vuelve necesario tener en cuenta la calidad
del rastrojo. La tendencia es a disminuir la distancia entre líneas y
bajar la densidad de semillas por hectárea. Se busca trabajar a 17.5 cms
entre hileras. En Brasil, hay prototipos de siembra a 15 cms. Esta
tendencia responde, en buena medida, al avance genético y la mejor
respuesta de las semillas.
Quién se adapta, el debate
En Admite se unen capacitadores con vasta experiencia en el cultivo
de arroz, productores y técnicos de las zonas arroceras y representantes
de las empresas de maquinaria agrícola.
Entre ellos están los
especialistas de la firma de sembradoras Agrometal, quienes reconocieron
que en el arroz hay problemas mecánicos. “Como empresa fabricante no
solo estamos acá para hacer mejores sembradoras sino también porque
necesitamos resolver problemas que ocasiona el uso”, sostuvieron. “Se
venden 800 máquinas por año, 60 se destinan al cultivo de arroz”,
anunciaron.
A la hora de la siembra se sabe que las limitaciones son las taipas,
el problema es copiarlas manteniendo la eficiencia. “En un suelo
vertisol, sobre casi 1000 hectáreas de arroz, tuvimos problemas en
cerrar el surco por el rastrojo”, expresó uno de los asistentes al
entrenamiento.
En este sentido, desde Agrometal adelantaron que para sus sembradoras
de directa, la firma trabaja con amortiguadores especiales, de la mano
de una empresa que los fabrica para automóviles de carrera. Al mismo
tiempo, comentaron una experiencia desarrollada en Entre Ríos donde al
sembrar soja en terrazas, se resolvió adaptar la terraza a la
sembradora.
“Muchas veces se escucha que habría que pensar el acomodamiento
agronómico a lo que pudiera expresar la sembradora, sin embargo, si se
tiene en cuenta la tendencia genética pareciera que deberá ser la
maquinaria la que se adapte”, expresó Hidalgo.
Fuente: SAVIA Comunicación
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