Dentro del sector agropecuario es cada vez más común ocuparse de la sustentabilidad, el medio ambiente, la sanidad laboral. ZAMBA, la división nutrición de Nidera -gracias a un convenio marco con la FAUBA- propone un ciclo de charlas bajo el lema “Agricultura Consciente”, donde se abordarán estos temas cada día más vitales.
Por Inés Umaran
Hacer agricultura hoy implica ir más allá de lo puramente productivo. Se considera cada día más las condiciones de trabajo y la calidad de vida de las personas, entender cómo se trabaja mirando la salud y la seguridad de quienes manipulan agroquímicos y fertilizantes. Por eso fueron los temas del primer módulo del ciclo Agricultura Consciente que -según explicó Geraldine Bush, responsable del servicio técnico de ZAMBA- es un plan integral de comunicación y de acción que abarca capacitaciones y charlas on line, videos didácticos y un plan de reciclado de bidones.
“Una propuesta para tomar conciencia acerca del uso adecuado y responsable de los fitosanitarios”. Son necesarios y deben ser seguros.
“Sin desatender lo productivo hay que poner el foco en la salud y la seguridad de las personas, lograr equidad y responsabilidad social, preservando el ambiente”, dijo la Ing. Agr Ana Amador, coordinadora de la carrera de Especialización en Seguridad e Higiene en el Trabajo Agrario, de la Facultad de Agronomía de la UBA. No habrá competitividad si explotamos la mano de obra o generamos condiciones que lleven a que se enfermen o tengan un accidente allí donde van a buscar el sustento. Agricultura Consciente debe atender lo productivo y lo competitivo”.
Dimensiones. Es importante entender y prestarle atención al medio ambiente de trabajo en el campo porque -directa o indirectamente- influyen en la salud, la higiene y la tarea de las personas. “Tiene características muy particulares, por ejemplo, muchas veces el ámbito en el que se trabaja es donde se vive”.
“El hombre trabaja a cielo abierto -mencionó Amador- expuesto al clima que determina que, aunque algo se haya organizado en forma segura, deje de serlo; y al suelo, que condiciona lo que se puede producir en determinado lugar”.
La estacionalidad de lo que se produce es otro aspecto que se desprende cuando la naturaleza juega un rol tan fuerte y tiene un impacto muy grande en aspectos organizativos; si en un determinado lugar se acaba la demanda laboral, la gente deba salir a buscar trabajo enfrentando las migraciones. “Si una persona trabaja en diferentes lugares, manejando distintas tecnologías, es probable que no sea idóneo para todo y en esa falta de idoneidad en lo que hace, pueda haber accidentes”.
La especialista insistió, por su importancia, en la dimensión biológica. “En el campo se está expuesto a la polución ambiental, polvo orgánico -glumas, glumelas de las semillas- que pueden afectar por inhalación y llevar a patologías irreversibles a lo largo del tiempo. Partículas pequeñas muchas veces acompañadas de productos contaminantes (semillas curadas). Los contaminantes químicos -agroquímicos, fertilizantes, combustibles- pueden significar algún riesgo cuando no son manejados adecuadamente.
Luego está la dimensión tecnológica y la mecanización: máquinas grandes, modernas, seguras, pesadas, que se mueven en terrenos irregulares; aunque en muchas ocasiones el parque de maquinarias es obsoleto. Y acá hay que prestarle atención a los contaminantes físicos -ruidos, vibraciones- que impactan sobre la salud de los operarios aunque directamente no tengan que ver con los agroquímicos.
Un concepto ligado a la tecnología es la ergometría. “Se trabajan jornadas muy extensas, en posturas incómodas o haciendo sobre esfuerzos, a altas temperaturas. Las personas estresadas, agotadas pierden la capacidad de concentración y cometen -sin querer- imprudencias”.
Por último, la organización de la empresa que tiene un peso muy grande e impacta severamente en la seguridad laboral. “Muchas veces los trabajadores no están en una relación formal ni estable y cobran en función de lo que hacen (a destajo)”. Esto complica si queremos establecer normas con foco en la seguridad del trabajo. “La tercerización no es algo menor, quizá la empresa que contrata el servicio está preocupada por el cumplir con determinadas normas para hacer un trabajo seguro pero la empresa contratada no”. Realidades que hay que poner en escena.
Riesgo laboral. Es la probabilidad de que ocurra un daño en ocasión de trabajo y/o por las condiciones en las que se desarrolla el trabajo. Y son múltiples los factores que pueden ser de riesgo “A veces las cosas suceden vinculadas a las tecnologías que se manejan, a cómo desarrollamos los procesos y -muchas veces- por cómo organizamos el trabajo. Las condiciones en que se desarrolla el trabajo son importantísimas; si preparamos y planificamos adecuadamente, si armamos un depósito adecuado para los agroquímicos, por ejemplo”.
Se puede manifestar en distintas formas, según explicó Amador.
Una es el accidente que sucede en forma repentina y violenta. “Si miramos agroquímicos, el derrame, la rotura de un bidón, envases guardados a altas temperaturas”. Otra manifestación del riesgo es la enfermedad profesional, producto del trabajo que se realiza, la manera en que lo realizamos o el tiempo de ocurrencia. “Tiene que ver con estar expuesto paulatinamente, durante mucho tiempo a un factor de riesgo que termina deteriorando la salud de la persona”. Vinculado al tema de los agroquímicos hay muchas patologías respiratorias por la exposición -sin una adecuada protección- a productos volátiles y tóxicos.
Por último, el incidente, que es la ocurrencia de un hecho que por cuestiones fortuitas no llegó a accidente. “Son valiosos, y hay que prestarles atención porque nos están diciendo que en el lugar donde se produjo, algo funciona mal: la persona no es la indicada para ese puesto o no conoce el riesgo al que está expuesto, una máquina mal regulada, picos inadecuados”.
Frente a los incidentes y accidentes, Amador recomienda ver por qué sucedieron. Pueden ser muchos los factores y hay que analizarlos, juntarse con los trabajadores para saber por qué y cómo sucedió. “Hay métodos específicos pero lo importante es analizar las causas, no buscar responsables”. Y mejor aún, tratar de prevenirlos. La prevención de riesgos laborales es un conjunto de medidas o prácticas adoptadas en las distintas fases productivas de una empresa orientadas a evitarlos o disminuirlos. Los cambios -o mejoras- pueden lograrse adoptando nuevas tecnologías, cambiando los procesos de trabajo u organizando de otro modo la actividad. “En la medida que no se haga prevención en algún momento habrá que reparar un daño, algunos serán reversibles y otros irreversibles. Los daños tienen un impacto primario en la persona que lo sufrió, en las condiciones de vida del trabajador y su familia y muy directamente en la competitividad de una empresa”.
Contexto. Los mercados mundiales marcan tendencia. Exigen productos de calidad, sanos e inocuos; sistemas sustentables desde lo ambiental, social y económico. Las normas que surgen -nacionales e internacionales- posicionan la trazabilidad como uno de los puntos básicos: registros, seguimientos de cómo hacemos las cosas, procedimientos para desarrollar las actividades en forma segura, protocolos de buenas prácticas donde aparece el bienestar de los trabajadores. ¿Qué hacemos para que la gente no se enferme?, preguntó la especialista.
Según explicó Amador, en nuestros sistemas agroalimentarios se están dando algunos cambios. “En 1996 fue promulgada la nueva ley de riesgo de trabajo que puso en evidencia que había que ajustar un poco más las cuestiones de higiene y seguridad para que respondieran al sector del agro. En 1997 fue reglamentada mediante el decreto 617. El efecto ordenador que está teniendo para quienes -dentro del sector-realmente lo implementan y respetan es grande”.
“Frente a esto surge una nueva visión empresaria que deja el enfoque tradicional -que sólo persigue el resultado económico y la productividad- para analizar cuestiones de liderazgo y trabajo en equipo”. Están viendo a los recursos humanos como la clave competitiva de los negocios y por tanto participan en la toma de decisiones. Capacitan al personal en materia de riesgo y, conociendo el factor de riesgo, se está más cerca de que no se transforme en accidente o enfermedad.
Hay cambios. Pero al analizar las estadísticas, la mayor frecuencia de accidentes o situaciones graves aparece en el sector agropecuario, que alterna con el rubro de la construcción el primer lugar en índice de siniestralidad. Según Amador, los protocolos de BPs, están ayudando a que se implementen mejor las normas de higiene y seguridad que aparecen en la normativa legal. Se pone énfasis en lograr en el campo condiciones de vida y de trabajo adecuadas; capacitar a los trabajadores para que conozcan adecuadamente su tarea e identifiquen los riesgos; registrar al personal; lograr un uso seguro de agroquímicos y una adecuada eliminación de envases vacíos; llevar registros de cómo se hacen las cosas, uno de los elementos necesarios para cuando hay que analizar y encontrar la situación que motivó un accidente o incidente.
Existen oportunidades de mejora en aspectos relacionados con la salud y seguridad laboral de los trabajadores. Para hacer las cosas bien ayuda tener presente la definición de la OMS de salud: “equilibrio entre tres dimensiones de la persona física, emocional y social producto de su relación con el medio. En el trabajo no se debe afectar ninguna de estas tres dimensiones. En el manejo de los agroquímicos tampoco.
¿PORQUÉ PASAN COSAS EN EL CAMPO?
• Desconocimiento del riesgo: por parte del trabajador o de quien ofrece el trabajo.
• Desconocimiento de las normas: sobre seguridad laboral de los trabajadores, procedimientos y rutinas.
• Problemas de comunicación: hay una severa falta de entendimiento porque no se manejan lenguajes comunes. En temas de seguridad, está la tranquilidad de que están escritas en un marbete o pictograma. Asegurarse que las indicaciones son entendidas por los otros.
• Rutinas y hábitos difíciles de erradicar: idiosincrasia y costumbres dificultan la instalación de normas para una mayor seguridad en el trabajo y hay rechazos. La gente dice “si yo lo vengo haciendo así y a mí no me paso nada nunca”.
• Falta de capacitación: formar a los trabajadores para que realicen sus tareas de forma segura evita riesgos.
• Falta de equipamiento
PARA PONER ÉNFASIS
• Investigar incidentes y accidentes. más allá de las personas que puede ser torpe, negligente, no apta para esa tarea.
• Buscar causas y soluciones. con los trabajadores. Nadie mejor que ellos conocen donde están y cuáles son las situaciones o factores que pueden significar un mayor riesgo.
• Mayor compromiso con los recursos humanos