En la región
centro-norte de Córdoba están probando alternativas que puedan reemplazar al trigo que por bajos rindes, problemas con el precio y la comercialización, deja de hacerse en la zona.
Hace un par de años, un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC), bajo la tutoría del ingeniero agrónomo Ricardo Maich, vienen haciendo ensayos de colza, una opción para hacer "algo en el invierno". Para conocer un poco más sobre este cultivo que se abre paso en distintas zonas.
Hace un par de años, un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC), bajo la tutoría del ingeniero agrónomo Ricardo Maich, vienen haciendo ensayos de colza, una opción para hacer "algo en el invierno". Para conocer un poco más sobre este cultivo que se abre paso en distintas zonas.
Experiencia. Una vez más, el ensayo
se implantó en el Campo Escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias
(UNC), sobre un suelo Haplustol éntico sujeto a siembra directa, con un
barbecho estival que permitió almacenar en promedio 420 milímetros de
agua total por hectárea.
Se cultivó la variedad Rivette de ciclo primaveral. La siembra se realizó en tres fechas (25 de abril, 12 de mayo y 17 de junio de 2011). Cada parcela estuvo constituida por 14 surcos de 5 metros de longitud distanciados a 0,20 metro. En cada fecha de siembra las unidades experimentales se distribuyeron a campo según un diseño en bloques completos aleatorios, con dos repeticiones.
El seguimiento del cultivo incluyó el monitoreo hídrico del suelo a la siembra y a madurez de cosecha. En cada instancia se muestreó el suelo hasta los dos metros de profundidad, determinándose porcentaje de agua total y porcentaje de agua disponible respecto de la capacidad de campo.
La cantidad de agua evapotranspirada se estimó sustrayéndole al agua inicial, más precipitaciones efectivas, el agua remanente en el suelo al momento de la cosecha.
La primera fecha de siembra se cosechó el
22 de octubre, la segunda el 31 de octubre, y la tercera el 1 de
diciembre de 2011.
En lo que respecta al manejo fitosanitario del cultivo, se efectuó una aplicación de 500 cm3/ha de clorpirifós para el control del pulgón de las coles (Brevicoryne brassicae) en la primera y segunda fecha de siembra, no así en la tercera donde el número de insectos presentes no justificaba la aplicación.
En lo que respecta al manejo fitosanitario del cultivo, se efectuó una aplicación de 500 cm3/ha de clorpirifós para el control del pulgón de las coles (Brevicoryne brassicae) en la primera y segunda fecha de siembra, no así en la tercera donde el número de insectos presentes no justificaba la aplicación.
Se midió el rendimiento en semilla (kg/ha) y se lo relacionó con el agua evapotranspirada durante el ciclo de cultivo, determinándose la eficiencia en el uso del agua (EUA) (kg/mm/ha).
Resultados. Para
el 2011, los rendimientos en grano fueron menores a los esperados, lo
cual puede atribuirse a que los valores térmicos fueron levemente
superiores a lo usual, lo que ocasionó para las tres fechas de siembra
una disminución en la duración del ciclo; también al bajo nivel de
reservas hídricas en el perfil, particularmente en los primeros
centímetros, lo que condujo a una implantación deficiente del cultivo.
Como se observa en la tabla adjunta, los mejores rendimientos se obtuvieron en la siembra del 17 de junio, acompañados por una mayor eficiencia en el uso del agua.
Apelando a la sinceridad, la tercera fecha en realidad resultó ser una resiembra, ya que las heladas afectaron totalmente el material sembrado los primeros días del mes de junio, por lo que, aprovechando una ocasional precipitación, se decidió reimplantar el cultivo.
Para la región centro norte de Córdoba y en base a la información disponible, sumado resultados previos obtenidos en el Campo Escuela, las fechas de mediados de mayo resultan ser las óptimas, no sólo en rendimiento sino también en cuanto a la eficiencia en el uso del agua.
Sin embargo, haber atrasado la siembra posicionó al período crítico del cultivo en el mes de octubre, en el cual se registraron precipitaciones por un total de 90 milímetros, las que revirtieron en alguna medida las condiciones ambientales restrictivas para el cultivo de colza al inicio de la campaña.
Sin dudas que para un año con un bajo nivel de reservas hídricas en el suelo, el retraso de la fecha de siembra repercutió positivamente en el rendimiento en grano. Sin embargo, la colza requiere una cama de siembra húmeda en los dos primeros centímetros del perfil, contexto ambiental poco frecuente en siembras más allá de fines de mayo.
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