Para la aplicación eficiente de fitosanitarios, hay que considerar los siguientes puntos:
1- Estructura del cultivo sobre el que se va a trabajar.
2- Localización de la plaga y su dinámica
3- Translocación del fitosanitario
4- El ambiente climático
5- Calibración del equipo pulverizador
Consideraciones sobre las enfermedades foliares en la soja.
La posición de la enfermedad en las hojas y la necesidad de protección de los estratos del canopeo que más aportan a la producción (superior y medio), determinan el sitio al que deben llegar las gotas asperjadas con los fungicidas. Estos sectores de la planta constituyen el blanco para la aplicación.
Clasificación de los plaguicidas según su movimiento en la planta.

Influencia de los parámetros climáticos en la aplicación de fitosanitarios.
El viento, la temperatura y la humedad relativa del aire (HR) son factores que ejercen un gran efecto sobre las gotas asperjadas, aún cuando sean “protegidas” por coadyuvantes específicos, y sobre el modo de contacto con el organismo plaga en algunos grupos de plaguicidas.
Preparando el pulverizador para la aplicación de fungicidas.
La aplicación de fungicidas plantea un desafío en cuanto a la calidad del trabajo: alta cobertura de gotas y buena uniformidad en la distribución del producto.
Pastillas pulverizadoras
La elección de la pastilla es el eslabón final del proceso para la preparación del equipo. Si la aplicación de fungicidas debe ser de alta cobertura, el cono hueco o cono lleno serían las mejores opciones. La mayor cercanía posible entre ellas, y la regulación de la altura de la barra acorde con la aspersión, contribuyen a la uniformidad del trabajo.
Fuente: aapresid.org
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