Ante la falta de solución al conflicto con el campo, la CAFMA (Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola) emitió un comunicado donde expresa la necesidad de hacer conocer a la sociedad su posición sobre este delicado y grave problema cuyo origen fue el aumento de las retenciones y un nuevo sistema de movilidad, que grava directamente a los cereales producidos por el sector agropecuario.
En este sentido, hacemos saber que ratificamos íntegramente las declaraciones de apoyo al sector agropecuario que fueron publicadas en medios periodísticos de circulación masiva. Nuestras empresas producen máquinas y herramientas que se utilizan únicamente en el campo y por ende nuestra relación con el sector es permanente, estrecha y armoniosa, y precisamente por ese motivo conocemos el trabajo fecundo y en algunos casos sacrificados que realizan a diario los integrantes de la comunidad agropecuaria.
Por esa vinculación somos testigos de las permanentes protestas del sector agrario tratando de menguar los incesantes incrementos de las retenciones y la fuerte presión impositiva aplicada indiscriminadamente al sector, controles de precios o precios máximos, suspensión a las exportaciones para determinados productos (carnes, trigo, maíz), y en general la ausencia de una verdadera política agropecuaria, que terminara en una preocupante desocupación.
Conocemos los requerimientos económicos para atender la demanda de los sectores carenciados, y compartimos el criterio que se los debe amparar para que tengan una situación digna, pero para ello es necesario mantener la usina generadora de recursos y precisamente el campo es el sector motriz de todos estos recursos y si le quitamos todos los incentivos y lo expoliamos tendremos productores carenciados que no pueden producir esos recursos por falta de rentabilidad de sus explotaciones.
Conocemos la palabra noble y sincera del campo y sabemos que siempre están dispuestos a ponerle el hombro al país para generar las divisas necesarias que un Estado moderno requiere, por eso apoyamos todos los reclamos del sector y pretendemos mantener nuestras relaciones humanas y comerciales dentro del marco de legalidad.
El conflicto con el campo impacta directamente en nuestras empresas ya que el 90% de nuestra producción se comercializa en el mercado interno, en caso de continuar esta situación correrá peligro la permanencia en el mercado de nuestras industrias y por ende estarán afectados 40.000 puestos de trabajo directo e indirecto perjudicando a más de 100.000 personas. Queremos evitar la desocupación reinante vivida durante la última crisis.
Todo ello traería para el interior la parálisis total y lo convertiría en un desierto. Creemos que el sector agropecuario no fue tenido en cuenta en su justa dimensión y que conductas impropias no ayudan a encontrar una salida. Hacemos votos para una pronta solución integral del problema, y estimamos que la misma se debe encontrar dentro del dialogo profundo y sincero entre las partes.
La sociedad en forma íntegra desea una convivencia pacifica de trabajo y prosperidad, en base a reglas claras que permitan una adecuada planificación de actividades a los fines de generar mayores recursos para paliar la situación económica.
En este sentido, hacemos saber que ratificamos íntegramente las declaraciones de apoyo al sector agropecuario que fueron publicadas en medios periodísticos de circulación masiva. Nuestras empresas producen máquinas y herramientas que se utilizan únicamente en el campo y por ende nuestra relación con el sector es permanente, estrecha y armoniosa, y precisamente por ese motivo conocemos el trabajo fecundo y en algunos casos sacrificados que realizan a diario los integrantes de la comunidad agropecuaria.
Por esa vinculación somos testigos de las permanentes protestas del sector agrario tratando de menguar los incesantes incrementos de las retenciones y la fuerte presión impositiva aplicada indiscriminadamente al sector, controles de precios o precios máximos, suspensión a las exportaciones para determinados productos (carnes, trigo, maíz), y en general la ausencia de una verdadera política agropecuaria, que terminara en una preocupante desocupación.
Conocemos los requerimientos económicos para atender la demanda de los sectores carenciados, y compartimos el criterio que se los debe amparar para que tengan una situación digna, pero para ello es necesario mantener la usina generadora de recursos y precisamente el campo es el sector motriz de todos estos recursos y si le quitamos todos los incentivos y lo expoliamos tendremos productores carenciados que no pueden producir esos recursos por falta de rentabilidad de sus explotaciones.
Conocemos la palabra noble y sincera del campo y sabemos que siempre están dispuestos a ponerle el hombro al país para generar las divisas necesarias que un Estado moderno requiere, por eso apoyamos todos los reclamos del sector y pretendemos mantener nuestras relaciones humanas y comerciales dentro del marco de legalidad.
El conflicto con el campo impacta directamente en nuestras empresas ya que el 90% de nuestra producción se comercializa en el mercado interno, en caso de continuar esta situación correrá peligro la permanencia en el mercado de nuestras industrias y por ende estarán afectados 40.000 puestos de trabajo directo e indirecto perjudicando a más de 100.000 personas. Queremos evitar la desocupación reinante vivida durante la última crisis.
Todo ello traería para el interior la parálisis total y lo convertiría en un desierto. Creemos que el sector agropecuario no fue tenido en cuenta en su justa dimensión y que conductas impropias no ayudan a encontrar una salida. Hacemos votos para una pronta solución integral del problema, y estimamos que la misma se debe encontrar dentro del dialogo profundo y sincero entre las partes.
La sociedad en forma íntegra desea una convivencia pacifica de trabajo y prosperidad, en base a reglas claras que permitan una adecuada planificación de actividades a los fines de generar mayores recursos para paliar la situación económica.
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