Agricultura de Precisión: aplicación variable de Nitrógeno (AVN)
En un mundo que se perfila cada vez más hacia el cuidado de los recursos naturales, resulta fundamental adoptar tecnologías que hagan un uso más eficiente de los recursos. Ser eficientes es casi una obligación.
Son muchas las variables, y los riesgos, que se manejan en el terreno de la agricultura (económicas, edafoclimáticas, de manejo) y toda herramienta tecnológica que tienda a minimizar alguna de ellas será una llave para lograr mayores respuestas de los cultivos.
La Agricultura de Precisión y dentro de ella, la Tecnología de Dosis Variable, surge en este contexto y puede ayudar a concretar estos ambiciosos objetivos.
Hacer un uso más eficiente de los recursos utilizados redundará en una mayor y mejor respuesta y estaremos contribuyendo a la sustentabilidad de los sistemas: en su componente económico, ya que se mejora el ingreso del productor, y en su componente ambiental porque que estaremos haciendo un más adecuado uso de los recursos con una menor contaminación ambiental, una contribución a la conservación del suelo, con los consecuencias positivas que esto aporta a la sociedad presente y futura.
Los recursos que mayor incidencia tienen dentro de los planteos productivos agrícolas son, sin duda, los fertilizantes y dentro de ellos los nitrogenados. La necesidad de mejorar la eficiencia en el uso del nitrógeno (EUN) tiene dos motores: el incremento de precio de los fertilizantes por un lado y, por otro, la creciente presión ambiental que existe en el mundo para reducir la contaminación de los recursos cuando no se hace un buen uso de la fertilización.
Sin duda que en Argentina la motivación está más ligada a la primer causa, si bien la segunda tiene mucho peso; y en países de mayor desarrollo y más años de agricultura, como Estados Unidos, el motivo sea la no contaminación, por ejemplo de los cursos de agua.
La aplicación variable de nitrógeno (AVN) es una herramienta de la agricultura de precisión y surge en respuesta a esta necesidad de mejorar la eficiencia del uso del nitrógeno. El objetivo es aplicar, en cada sitio, la dosis de nitrógeno (N) de manera tal que se maximice el retorno económico de la fertilización nitrogenada.
La condición fundamental para que esta tecnología tenga sentido es que las dosis óptimas de N varíen espacialmente dentro del lote. Al existir variabilidad intralote y utilizar una dosis uniforme, habrá partes del lote que resultarán sobrefertilizadas (menor beneficio económico, mayores pérdidas de N) y otras que serán subfertilizadas (menor rendimiento y rentabilidad).
Si hay alta variabilidad en la dosis óptima de nitrógeno, si existen dosis contrastantes entonces la aplicación variable tiene sentido. Tendremos zonas donde la respuesta será alta, baja o media. ¿El desafío? Poder predecir dosis óptimas en esas condiciones de ambientes variables y hacer una recomendación.
Las estrategias para hacer aplicación variable de N, por ejemplo, en maíz, podemos dividirlas en reactivas y proactivas: las primeras están basadas en la utilización del cultivo como indicador, como integrador de la condición de interacción entre la disponibilidad de N y las condiciones ambientales, con la idea de corregir cuando existan deficiencias de N. Se basan en la utilización de sensores para evaluar el estado del cultivo. Por otro lado están las proactivas que tienen el fin de prevenir la ocurrencia de deficiencias, y se basan en la utilización de información georeferenciada de caracterización de sitio, obteniendo como producto final un mapa de rendimiento.
Ahora bien, ¿cómo se comienza a aplicar a tasa variable cuando se viene aplicando el N a tasa fija, es decir la misma en todo el lote? La forma de comenzar a meterse en el mundo de la dosis variable sería recopilar información que permita determinar cuánta variabilidad hay en los lotes a nivel de rendimiento, para lo cual resulta clave un monitor de rendimiento. Asumiendo que tengo variabilidad, defino qué manejo podría hacer. Hay tener en claro que, el desarrollo de esta tecnología requiere del trabajo en equipo, interdisciplinario y de grupos. Es muy difícil para un productor solo y probablemente muy arriesgado.
El grado de adopción de esta herramienta, dependerá de cuáles sean los factores que limitan el rendimiento en cada lugar. Hay limitantes de rendimiento muy bien identificadas y conocidas por conocimiento agronómico zonal, como pueden ser problemas de salinidad, pero hay todo un gradiente. En aquellos lugares de mayor variabilidad, esta tecnología va a funcionar y habrá otros donde no va a tener sentido aplicarla.
Existe evidencia promisoria que indica que la aplicación variable de N es una tecnología que puede mejorar la eficiencia en el uso del nitrógeno. Requiere capacitación, ajuste de técnicas, generación de información agronómica suficientemente confiable y precisa para sustentarla y masa crítica de profesionales trabajando en este tema. Hay que ser cautos, conservadores, comenzar con un enfoque sencillo e ir afinando el manejo en la medida que esta tecnología avanza.
¿Tecnología para pocos o de adaptación masiva? Habrá, como siempre, productores líderes que serán los que desarrollen y utilicen esta tecnología en forma inicial y el resto adoptará algunas cosas puntuales. Hay muchas herramientas de agricultura de precisión que no necesariamente es la aplicación variable, también está el uso de sensores para evaluar el estado del cultivo, por ejemplo.
Las perspectivas para Argentina son muy buenas y la evidencia muestra que en el país hay una gran adaptación al cambio como consecuencia de la existencia de productores y profesionales ávidos por avanzar hacia nuevas e innovadoras tecnologías.
(Material extraído de las conferencias de los Ings. Matias Ruffo y Ricardo Melchiori en el Simposio Fertilidad 2007)
En un mundo que se perfila cada vez más hacia el cuidado de los recursos naturales, resulta fundamental adoptar tecnologías que hagan un uso más eficiente de los recursos. Ser eficientes es casi una obligación.
Son muchas las variables, y los riesgos, que se manejan en el terreno de la agricultura (económicas, edafoclimáticas, de manejo) y toda herramienta tecnológica que tienda a minimizar alguna de ellas será una llave para lograr mayores respuestas de los cultivos.
La Agricultura de Precisión y dentro de ella, la Tecnología de Dosis Variable, surge en este contexto y puede ayudar a concretar estos ambiciosos objetivos.
Hacer un uso más eficiente de los recursos utilizados redundará en una mayor y mejor respuesta y estaremos contribuyendo a la sustentabilidad de los sistemas: en su componente económico, ya que se mejora el ingreso del productor, y en su componente ambiental porque que estaremos haciendo un más adecuado uso de los recursos con una menor contaminación ambiental, una contribución a la conservación del suelo, con los consecuencias positivas que esto aporta a la sociedad presente y futura.
Los recursos que mayor incidencia tienen dentro de los planteos productivos agrícolas son, sin duda, los fertilizantes y dentro de ellos los nitrogenados. La necesidad de mejorar la eficiencia en el uso del nitrógeno (EUN) tiene dos motores: el incremento de precio de los fertilizantes por un lado y, por otro, la creciente presión ambiental que existe en el mundo para reducir la contaminación de los recursos cuando no se hace un buen uso de la fertilización.
Sin duda que en Argentina la motivación está más ligada a la primer causa, si bien la segunda tiene mucho peso; y en países de mayor desarrollo y más años de agricultura, como Estados Unidos, el motivo sea la no contaminación, por ejemplo de los cursos de agua.
La aplicación variable de nitrógeno (AVN) es una herramienta de la agricultura de precisión y surge en respuesta a esta necesidad de mejorar la eficiencia del uso del nitrógeno. El objetivo es aplicar, en cada sitio, la dosis de nitrógeno (N) de manera tal que se maximice el retorno económico de la fertilización nitrogenada.
La condición fundamental para que esta tecnología tenga sentido es que las dosis óptimas de N varíen espacialmente dentro del lote. Al existir variabilidad intralote y utilizar una dosis uniforme, habrá partes del lote que resultarán sobrefertilizadas (menor beneficio económico, mayores pérdidas de N) y otras que serán subfertilizadas (menor rendimiento y rentabilidad).
Si hay alta variabilidad en la dosis óptima de nitrógeno, si existen dosis contrastantes entonces la aplicación variable tiene sentido. Tendremos zonas donde la respuesta será alta, baja o media. ¿El desafío? Poder predecir dosis óptimas en esas condiciones de ambientes variables y hacer una recomendación.
Las estrategias para hacer aplicación variable de N, por ejemplo, en maíz, podemos dividirlas en reactivas y proactivas: las primeras están basadas en la utilización del cultivo como indicador, como integrador de la condición de interacción entre la disponibilidad de N y las condiciones ambientales, con la idea de corregir cuando existan deficiencias de N. Se basan en la utilización de sensores para evaluar el estado del cultivo. Por otro lado están las proactivas que tienen el fin de prevenir la ocurrencia de deficiencias, y se basan en la utilización de información georeferenciada de caracterización de sitio, obteniendo como producto final un mapa de rendimiento.
Ahora bien, ¿cómo se comienza a aplicar a tasa variable cuando se viene aplicando el N a tasa fija, es decir la misma en todo el lote? La forma de comenzar a meterse en el mundo de la dosis variable sería recopilar información que permita determinar cuánta variabilidad hay en los lotes a nivel de rendimiento, para lo cual resulta clave un monitor de rendimiento. Asumiendo que tengo variabilidad, defino qué manejo podría hacer. Hay tener en claro que, el desarrollo de esta tecnología requiere del trabajo en equipo, interdisciplinario y de grupos. Es muy difícil para un productor solo y probablemente muy arriesgado.
El grado de adopción de esta herramienta, dependerá de cuáles sean los factores que limitan el rendimiento en cada lugar. Hay limitantes de rendimiento muy bien identificadas y conocidas por conocimiento agronómico zonal, como pueden ser problemas de salinidad, pero hay todo un gradiente. En aquellos lugares de mayor variabilidad, esta tecnología va a funcionar y habrá otros donde no va a tener sentido aplicarla.
Existe evidencia promisoria que indica que la aplicación variable de N es una tecnología que puede mejorar la eficiencia en el uso del nitrógeno. Requiere capacitación, ajuste de técnicas, generación de información agronómica suficientemente confiable y precisa para sustentarla y masa crítica de profesionales trabajando en este tema. Hay que ser cautos, conservadores, comenzar con un enfoque sencillo e ir afinando el manejo en la medida que esta tecnología avanza.
¿Tecnología para pocos o de adaptación masiva? Habrá, como siempre, productores líderes que serán los que desarrollen y utilicen esta tecnología en forma inicial y el resto adoptará algunas cosas puntuales. Hay muchas herramientas de agricultura de precisión que no necesariamente es la aplicación variable, también está el uso de sensores para evaluar el estado del cultivo, por ejemplo.
Las perspectivas para Argentina son muy buenas y la evidencia muestra que en el país hay una gran adaptación al cambio como consecuencia de la existencia de productores y profesionales ávidos por avanzar hacia nuevas e innovadoras tecnologías.
(Material extraído de las conferencias de los Ings. Matias Ruffo y Ricardo Melchiori en el Simposio Fertilidad 2007)
videos relacionados sobre agricultura de precisión: Ing Villena - Ing Bragachini
1 comentario:
muy interesante...creo que cada dia mas los productores debemos encaminarnos hacia estas tecnologías, se necesita PRECISION
Como bien dice el texto cada uno aplicará la herramienta que este a su alcance según su escala, pero es imporante hacer uso de ellas y hacer un más eficiente uso de los recursos.
Ing.Castro
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