La combinación de una serie de factores negativos, que van desde la sequía a la crisis financiera, pasando por la política económica y el conflicto rural, tendrá una realidad palpable este año: el consumo de fertilizantes en el país detendrá su crecimiento y se contraerá en aproximadamente un tercio.
Según la Cámara Argentina de la Industria de los Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa), de unas 3,7 millones de toneladas de fertilizantes aplicados en 2007 se pasará a 2,5 Mt este año. La entidad estima que a razón de 10 kg de grano por kilogramo de nutriente aplicado se estarán dejando de producir 12 millones de toneladas de cereales y oleaginosas, que significa no menos de 3.600 millones de dólares en el valor de la producción agrícola argentina.
Sin embargo, otras fuentes en el negocio de los nutrientes estiman que el consumo este año podría ser menor todavía y hablan de 2,2 o 2,3 millones de toneladas. "En octubre vendí el 30% de lo que había vendido doce meses antes", dijo un distribuidor de nutrientes. El problema es que la caída del consumo no se limita sólo a los fertilizantes nitrogenados (urea y UAN) asociados a la producción de cereales (maíz y trigo), sino también de fósforo, donde la soja es un gran demandante debido a la superficie sembrada. "El malhumor del productor es tal que ni siquiera están aplicando fósforo a la soja, con el beneficio indiscutido que tiene esta práctica", se lamentaba otro distribuidor de insumos en la zona núcleo.
Por otra parte, la quita de los aranceles a la importación de urea y UAN dispuesta por el Gobierno a principios de octubre parece no haber tenido el efecto esperado. Durante octubre las importaciones de urea se contrajeron a 24.000 toneladas, respecto de las 76.000 de setiembre y las 70.000 de agosto. "Puede que, como la medida tiene vigencia por seis meses y para un cupo de 300.000 toneladas, se haga alguna importación más adelante, pensando en la campaña de trigo", opinaron desde una importadora.
Sin embargo, la caída en el precio internacional del nitrógeno, asociado a la baja del petróleo y el gas, hace que la tonelada de urea importada cueste ya nacionalizada unos u$s600, valor que se acerca más al de la urea que Profertil había acordado con el Gobierno, puesto en el campo, quitando así atractivo a la importación. Los consultados creen, entonces, que no es muy factible que de mantenerse esta tendencia vaya a importarse nitrógeno en el futuro inmediato. En cambio, las compras de UAN muestran una mayor actividad, con más de 300.000 toneladas en lo que va del año, de las cuales 180.000 se importaron durante setiembre y octubre.
Donde todavía no se siente el reacomodamiento de precios es en el fósforo, aseguran los operadores. "Calculá unos 1.200 dólares la tonelada a productor", informan ante la consulta.En este caso se especula con que los importadores están defendiendo el precio al que trajeron la mercadería, un valor superior al que tiene en la actualidad en el mercado internacional. "De todos modos fueron levantando el pie del acelerador, y en los últimos meses ya estaban dejando de comprar", tercian otras fuentes más indulgentes con los importadores.
Por el contrario, otros especulan con un fuerte carryover (stock) de fósforo que pasará para el año próximo. Habrá que ver hasta qué punto, de verificarse esta hipótesis, los proveedores podrán mantener el precio. Su esperanza es que el precio internacional -que tiene una dinámica distinta de la del nitrógeno- levante al compás de los granos y la victoria de Obama en los EE.UU., y para cuando logren vender el nutriente, éste se encuentre en el mismo nivel que cuando lo compraron. En el complejo panorama que afronta el mercado de insumos, sigue siendo un tema destacado obtener una ley que promocione el uso de fertilizantes, con un buen incentivo fiscal.
Según la Cámara Argentina de la Industria de los Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa), de unas 3,7 millones de toneladas de fertilizantes aplicados en 2007 se pasará a 2,5 Mt este año. La entidad estima que a razón de 10 kg de grano por kilogramo de nutriente aplicado se estarán dejando de producir 12 millones de toneladas de cereales y oleaginosas, que significa no menos de 3.600 millones de dólares en el valor de la producción agrícola argentina.
Sin embargo, otras fuentes en el negocio de los nutrientes estiman que el consumo este año podría ser menor todavía y hablan de 2,2 o 2,3 millones de toneladas. "En octubre vendí el 30% de lo que había vendido doce meses antes", dijo un distribuidor de nutrientes. El problema es que la caída del consumo no se limita sólo a los fertilizantes nitrogenados (urea y UAN) asociados a la producción de cereales (maíz y trigo), sino también de fósforo, donde la soja es un gran demandante debido a la superficie sembrada. "El malhumor del productor es tal que ni siquiera están aplicando fósforo a la soja, con el beneficio indiscutido que tiene esta práctica", se lamentaba otro distribuidor de insumos en la zona núcleo.
Por otra parte, la quita de los aranceles a la importación de urea y UAN dispuesta por el Gobierno a principios de octubre parece no haber tenido el efecto esperado. Durante octubre las importaciones de urea se contrajeron a 24.000 toneladas, respecto de las 76.000 de setiembre y las 70.000 de agosto. "Puede que, como la medida tiene vigencia por seis meses y para un cupo de 300.000 toneladas, se haga alguna importación más adelante, pensando en la campaña de trigo", opinaron desde una importadora.
Sin embargo, la caída en el precio internacional del nitrógeno, asociado a la baja del petróleo y el gas, hace que la tonelada de urea importada cueste ya nacionalizada unos u$s600, valor que se acerca más al de la urea que Profertil había acordado con el Gobierno, puesto en el campo, quitando así atractivo a la importación. Los consultados creen, entonces, que no es muy factible que de mantenerse esta tendencia vaya a importarse nitrógeno en el futuro inmediato. En cambio, las compras de UAN muestran una mayor actividad, con más de 300.000 toneladas en lo que va del año, de las cuales 180.000 se importaron durante setiembre y octubre.
Donde todavía no se siente el reacomodamiento de precios es en el fósforo, aseguran los operadores. "Calculá unos 1.200 dólares la tonelada a productor", informan ante la consulta.En este caso se especula con que los importadores están defendiendo el precio al que trajeron la mercadería, un valor superior al que tiene en la actualidad en el mercado internacional. "De todos modos fueron levantando el pie del acelerador, y en los últimos meses ya estaban dejando de comprar", tercian otras fuentes más indulgentes con los importadores.
Por el contrario, otros especulan con un fuerte carryover (stock) de fósforo que pasará para el año próximo. Habrá que ver hasta qué punto, de verificarse esta hipótesis, los proveedores podrán mantener el precio. Su esperanza es que el precio internacional -que tiene una dinámica distinta de la del nitrógeno- levante al compás de los granos y la victoria de Obama en los EE.UU., y para cuando logren vender el nutriente, éste se encuentre en el mismo nivel que cuando lo compraron. En el complejo panorama que afronta el mercado de insumos, sigue siendo un tema destacado obtener una ley que promocione el uso de fertilizantes, con un buen incentivo fiscal.
Fuente: Infocampo.com.car
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