Sebastián Rodríguez Larreta, nuevo presidente de AnGus, dijo que la restricción de los mercados por parte del Estado desalienta la producción; puso como ejemplo las políticas de los países vecinos
Preocupado por las oportunidades que dejó pasar el país en el mercado de carnes, pero con entereza a la hora de asumir el desafío de afianzar la raza y la ganadería en el país, Sebastián Rodríguez Larreta encara esta nueva etapa de su vida como presidente de la Asociación Argentina de AnGus.
"Me preocupa muchísimo que la Argentina no aproveche recursos extraordinarios como el de su carne. Siento una gran tristeza porque siendo uno de los países de mayor importancia en carnes en el mundo hoy ocupe el séptimo lugar como exportador y mañana no sabemos en qué puesto estará", agregó el dirigente.
Licenciado en Comunicación, graduado en la Northwestern University de Evanston, Chicago, Rodríguez Larreta hace más de 20 años que dejó su profesión (que ejerció en los Estados Unidos y en la Argentina) para dedicarse a la producción ganadera en la provincia de Buenos Aires.
Recibió a LA NACION en las oficinas que la entidad tiene en el barrio metropolitano de Palermo, a pocos días de asumir por un período de dos años la conducción de la Asociación de la raza que representa a 500 cabañas y que entre puros y cruzas representa entre el 50 y el 60 por ciento de los rodeos del país.
Consciente de que hay un largo y difícil camino por recorrer, Rodríguez Larreta advirtió que hoy todo el sector agropecuario tiene grandes incertidumbres.
Lamentó que tres meses atrás hubo oportunidades en el mercado mundial de la carne que el país no aprovechó. "Ahora, con la crisis internacional el escenario cambió, las posibilidades no son las mismas, pero creo que una vez que la crisis se supere volverán y allí tenemos que estar listos como país para aprovecharlas", explicó.
-¿Por qué se desaprovechó esa oportunidad?
-No ha sido para nada bueno restringir los mercados, porque ello no alienta la producción. Por el contrario, habría que buscar mecanismos para alentar la producción y la inversión.
-¿Usted habla de un plan ganadero?
-Mire... el mejor plan ganadero es dejar producir. El país tiene la responsabilidad de unir a productores, ciudadanos y Gobierno para lograr una Argentina mejor, en apoyo de la producción y no de las restricciones.
El presidente electo de los Estados Unidos, Barack Obama, dijo que "las divisiones y los enfrentamientos no generan progresos". Esa frase es un ejemplo.
Hoy, la incertidumbre que reina en los mercados torna muy difícil en ganadería hacer planes a mediano y corto plazo.
Con más de 750.000 toneladas exportadas en 2005 íbamos camino en 2006 a superar todos los registros. Teníamos la posibilidad en muy corto plazo de llegar a exportar un millón o 1.200.000 toneladas que en dinero, el año pasado, hubieran significado 2000/2500 millones de dólares y al mismo tiempo abastecer el consumo interno. Para este año, el nivel de embarques es difícil saberlo. A lo sumo serán de entre 350.000 y 400.000 toneladas.
En Liniers, la cotización de la hacienda está destruida y pese a ello en las góndolas todo sigue igual, nunca bajó el precio de la carne. En el campo no se sabe cuánto va a valer el ternero de cría en la próxima zafra de marzo o abril, pero apunta a ser un quebranto absoluto para el criador. Así es imposible generar una mayor producción, que es lo que el país necesita en forma urgente para abastecer al mercado doméstico y al externo.
-Entonces ¿nos quedaremos sin carne y pasaremos de exportadores a importadores?
Preocupado por las oportunidades que dejó pasar el país en el mercado de carnes, pero con entereza a la hora de asumir el desafío de afianzar la raza y la ganadería en el país, Sebastián Rodríguez Larreta encara esta nueva etapa de su vida como presidente de la Asociación Argentina de AnGus.
"Me preocupa muchísimo que la Argentina no aproveche recursos extraordinarios como el de su carne. Siento una gran tristeza porque siendo uno de los países de mayor importancia en carnes en el mundo hoy ocupe el séptimo lugar como exportador y mañana no sabemos en qué puesto estará", agregó el dirigente.
Licenciado en Comunicación, graduado en la Northwestern University de Evanston, Chicago, Rodríguez Larreta hace más de 20 años que dejó su profesión (que ejerció en los Estados Unidos y en la Argentina) para dedicarse a la producción ganadera en la provincia de Buenos Aires.
Recibió a LA NACION en las oficinas que la entidad tiene en el barrio metropolitano de Palermo, a pocos días de asumir por un período de dos años la conducción de la Asociación de la raza que representa a 500 cabañas y que entre puros y cruzas representa entre el 50 y el 60 por ciento de los rodeos del país.
Consciente de que hay un largo y difícil camino por recorrer, Rodríguez Larreta advirtió que hoy todo el sector agropecuario tiene grandes incertidumbres.
Lamentó que tres meses atrás hubo oportunidades en el mercado mundial de la carne que el país no aprovechó. "Ahora, con la crisis internacional el escenario cambió, las posibilidades no son las mismas, pero creo que una vez que la crisis se supere volverán y allí tenemos que estar listos como país para aprovecharlas", explicó.
-¿Por qué se desaprovechó esa oportunidad?
-No ha sido para nada bueno restringir los mercados, porque ello no alienta la producción. Por el contrario, habría que buscar mecanismos para alentar la producción y la inversión.
-¿Usted habla de un plan ganadero?
-Mire... el mejor plan ganadero es dejar producir. El país tiene la responsabilidad de unir a productores, ciudadanos y Gobierno para lograr una Argentina mejor, en apoyo de la producción y no de las restricciones.
El presidente electo de los Estados Unidos, Barack Obama, dijo que "las divisiones y los enfrentamientos no generan progresos". Esa frase es un ejemplo.
Hoy, la incertidumbre que reina en los mercados torna muy difícil en ganadería hacer planes a mediano y corto plazo.
Con más de 750.000 toneladas exportadas en 2005 íbamos camino en 2006 a superar todos los registros. Teníamos la posibilidad en muy corto plazo de llegar a exportar un millón o 1.200.000 toneladas que en dinero, el año pasado, hubieran significado 2000/2500 millones de dólares y al mismo tiempo abastecer el consumo interno. Para este año, el nivel de embarques es difícil saberlo. A lo sumo serán de entre 350.000 y 400.000 toneladas.
En Liniers, la cotización de la hacienda está destruida y pese a ello en las góndolas todo sigue igual, nunca bajó el precio de la carne. En el campo no se sabe cuánto va a valer el ternero de cría en la próxima zafra de marzo o abril, pero apunta a ser un quebranto absoluto para el criador. Así es imposible generar una mayor producción, que es lo que el país necesita en forma urgente para abastecer al mercado doméstico y al externo.
-Entonces ¿nos quedaremos sin carne y pasaremos de exportadores a importadores?
-No sé si nos vamos a quedar sin carne. Pero de lo que estoy seguro es de que la producción está disminuyendo y va a caer aún más. Hay que mirar a Uruguay, Brasil, Paraguay, Chile y ver cómo ellos incentivan la producción y la exportación y no tienen problemas de consumo.
-¿Qué medidas adoptan para incentivar la producción?
-Precisamente, no toman medidas... Dejan trabajar, al margen de alentar, como en Brasil, con créditos para la producción. Pero sobre todo no restringen mercados ni fijan topes de precios.
-¿Qué medidas adoptan para incentivar la producción?
-Precisamente, no toman medidas... Dejan trabajar, al margen de alentar, como en Brasil, con créditos para la producción. Pero sobre todo no restringen mercados ni fijan topes de precios.
Fuente: La Nacion Suplemento El campo. 23/11/2008.
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