La siguiente nota fue publicada en el Suplemento Rural del Diario Clarin, el 30 de Junio pasado. La escribi porque me pareciò interesante difundir que en Argentina la actividad espacial existe, que hay gente trabajando en el diseño y fabricacion de satelites y, sobre todo, que mucha de la informacion que generan los satelites, es de gran utilidad para el sector agropecuaria.
La actividad espacial no es exclusividad de la NASA. En la Argentina
existe y abarca, entre otros aspectos, el diseño y fabricación de
satélites dentro de un plan espacial nacional.
El organismo que
lleva adelante las acciones en esta área es la Comisión Nacional de
Actividades Espaciales (CONAE). Su misión es proponer y ejecutar el Plan
Espacial Nacional para el aprovechamiento de la ciencia y la tecnología
espacial en el desarrollo de diferentes sectores. Este plan se hace con
un horizonte de once años y es revisado periódicamente para
actualizarlo según los requerimientos socioeconómicos y productivos del
país. Aprobado por primera vez en 1994, hoy rige la revisión 2004/2015.
La
información generada desde el espacio está contenida en seis áreas
llamadas Ciclos de Información Espacial: actividades agropecuarias,
pesqueras y forestales; clima, hidrología y oceanografía; gestión de
emergencias; medio ambiente y recursos naturales; cartografía, estudios
geológicos y exploraciones mineras; y gestión de salud.
Desde su
creación, la CONAE puso en órbita cuatro satélites de observación de la
Tierra, diseñados y construidos en el país: SAC-A, SAC-B, SAC-C y
SAC-D/Aquarius; este último, lanzado en junio de 2011, es el resultado
de la cooperación entre la CONAE, la NASA y agencias espaciales de
Italia, Francia, Canadá y Brasil.
Los satélites “miran” la
superficie de la tierra y el mar, a través de sus sensores, y
transforman esas “miradas” en datos. Para utilizarlos, la CONAE
desarrolla productos específicos junto a instituciones del sector
público, productivo y científico-tecnológico. El agro es, justamente,
uno de los sectores que se puede ver beneficiado por la información
generada.
El SAC-D Aquarius, hoy en fase de calibración y
validación, servirá para implementar nuevos modelos climáticos con datos
como salinidad superficial del mar y variables atmosféricas y
oceánicas. La estimación de la humedad del suelo a nivel de grandes
cuencas será importante para elaborar alertas tempranas de inundaciones y
mejorar modelos de aparición y/o dispersión de enfermedades. El
satélite también se usará en el monitoreo de incendios y distribución de
cenizas volcánicas.
El satélite SAC-C brinda datos a la estación
terrena de la CONAE, en Córdoba. Con esas imágenes se realizan trabajos
sobre estimación de área sembrada, inventarios forestales, monitoreo de
plagas agrícolas, incendios, inundaciones y sequías, aportes a la
agricultura de precisión y estimación de biomasa.
Mientras tanto,
la CONAE avanza en las futuras misiones SAOCOM 1A y 1B, que obtendrán
imágenes satelitales de día, de noche y en días nublados. La estimación
de la humedad superficial de la tierra es la principal aplicación
estratégica en desarrollo, además de obtener mapas de riesgo de Fusarium
sp en trigo, sistemas de ayuda en la toma de decisiones agrícolas y
mejoras en la eficiencia en la aplicación de fertilizantes, modelos
hidrológicos para el manejo de riesgos y emergencias hídricas y
elaboración de alertas tempranas de inundaciones de cuencas relevantes
de la región pampeana.
Las imágenes satelitales son tema de
conversación en reuniones de productores y surge la duda de cómo acceder
a ellas. La mayoría de los datos que genera la CONAE son gratuitos y se
pueden bajar de la página (www.conae.gov.ar).
La información se genera y está disponible. La clave está en saber aprovecharla.
Fuente: Clarin Rural.