A fines de 2012 se puso a disposición en la web la publicación técnica sobre manejo de Sorgo de Alepo, cuya descarga requería la contestación previa de una breve encuesta sobre el tema. Más de 1700 personas la respondieron, de las cuales el 44% eran asesores, el 32% productores, el 25% estudiantes, el 13% vendedores de insumos agropecuarios, el 7% docentes y/o investigadores y el 6%, dueño de otra ocupación.

Más de la mitad, el 51%, respondió que conocía lotes
con Sorgo de Alepo Resistente a Glifosato (SARG) en su zona de
influencia, mientras que el 49% restante, todavía no.

Mata de SARG. La erradicación en este nivel de infestación es fundamental
Aquellos que dijeron conocer casos de resistencia,
los marcaron según los departamentos ó partidos en los que se
encontraban, arrojando la encuesta el siguiente mapa como resultado:

Conclusiones
La encuesta demuestra que la dispersión geográfica de
SARG es realmente importante en nuestro país, llegando al menos a 10
provincias. Cabe considerar que en 2005 se limitaba a la provincia de
Salta, donde se encontró el primer foco. Año a año fue trasladándose por
fuentes naturales y antrópicas y aparecieron también nuevos focos en
otras provincias.
Por tratarse de una encuesta, no se puede asegurar
fehacientemente que cada mención sea un caso real de resistencia, y se
necesitaría de un análisis científico para cada caso si se quisiera
alcanzar dicho nivel de seguridad. Pero a la vez cabe decir que el SARG
es del tipo de resistencias más fácilmente distinguible, por su marcado
índice de resistencia (número de veces que habría que aumentar la dosis
de herbicida en el biotipo resistente para obtener el mismo nivel de
control que en el susceptible) y por su tamaño de planta, el mismo que
permite distinguirla a la distancia.
Si estás en una zona mencionada en la encuesta y aún
no lo viste, más vale abrir el ojo y tomar medidas preventivas antes que
sentarse a esperarlo. Y si en tu zona todavía no se encuentra presente,
hay que recordar que la prevención es lo más simple y económico.
Fuente: REM
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