martes, 3 de diciembre de 2013

La diferencia entre hacer las cosas bien y mal

En el campo se nota cuando las cosas se hacen bien. Cuando hay un buen manejo, cuando se cuidan los recursos, se piensa en el sistema y en su sustentabilidad; hay buenas practicas -rotaciones, cultivos de cobertura, siembra directa- se obtienen buenos resultados,  los rindes acompañan y en algunos casos, hasta podemos independizarnos en cierta medida de las condiciones climaticas. 

Si hay un cultivo de cobertura en zonas donde predominan los fuertes vientos y los suelos arenosos, sueltos; esa cobertura hace de escudo protector para que el suelo no quede desnudo y vaya perdiendo su capa mas rica, mas fertil; para que no impacte la gota de lluvia contra ese suelo sin cobertura, sellando los poros y provocando la perdida de la tan preciada agua; que en lugar de entrar al suelo y ser captada por este para que luego pueda ser aprovechada por los cultivos, se pierde en los lotes con pendiente o se provoquen inundaciones en aquellos campos bajos, llanos, sin escurrimiento.

En Argentina, por suerte, mas del 80% de la superficie sembrada esta en siembra directa y esto, un 50% entiende a la siembra directa como un sistema, es decir, no solo siembra sobre el rastrojo del cultivo anterior sino que ademas, rota, hace una fertilizacion balanceada, un manejo integrado de plagas, un uso y manejo responsable de los agroquimicos que aplica.

Y tambien se nota cuando las cosas no se hacen bien. Cuando se trata al suelo como si su capacidad de producir fuera eterna e inalterable. Pensando solo en el hoy, en el resultado inmediato y no en el largo plazo. Que prima la obtencion de altas cosechas aun a costa de ir perdiendo su mas preciado capital: el suelo.

En el sur de Cordoba, con escasos metros de distancia podemos encontrarnos con estas dos situaciones que vemos en las fotos a continuacion. Las imagenes valen mas que mil palabras. 





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