Las malezas de difícil control son una amenaza en los sistemas productivos y ocasionan pérdidas económicas significativas en diferentes áreas del país. Un asesor CREA hace números y muestra cuánto se pierde en soja y maíz por las malezas resistentes.

Por Ines Umaran
Para no repetir errores sirve analizar por qué aparecieron. La aplicación, durante muchos años, de un mismo herbicida y la baja rotación de cultivos son los factores que más influyeron. Se generó una alta presión de selección en las poblaciones de malezas y fueron cambiando, dificultándose su control con las dosis que se venían usando. “Está impactando de forma negativa en las empresas en varios aspectos”, dijo el ingeniero Lautaro Haidar, asesor CREA durante un panel organizado por Aapresid.
Aumento de costos en
control de malezas, disminución de la facturación por menores rindes,
sobrecarga de las pulverizaciones en momentos de alta demanda retrasando
los tratamientos y su efectividad, mayor tiempo de limpieza de
cosechadoras y -en algunos casos- manchones sin cosechar que se
recolectan al finalizar el lote, son algunas de las consecuencias de
este problema.
“En lotes con sorgo de Alepo resistente a
glifosato o donde falla el control de rama negra, aumentan los costos de
herbicidas más aplicación en 69 y 34 dólares por hectárea respecto a
situaciones donde no hay malezas duras”, explicó Haidar.
Un
aspecto muy analizado en las empresas es el costo de gerenciamiento de
los cultivos. Su valor puede oscilar entre 40 y 80 dólares por hectárea,
según zona y escala de producción. Sobre este aspecto, Haidar dijo que
el aumento de costos planteado puede equivaler al costo anual de
gerenciamiento de una empresa. Por eso, cambiar la forma de manejar las
malezas es una necesidad evidente.
No poder controlarlas
eficazmente provoca mermas en los rindes y -por consiguiente- en la
facturación de la empresa. Para cuantificar este impacto, los mapas de
rendimiento son una herramienta útil. Observándolos para un maíz campaña
2011/12 que se usó para el análisis se ve una disminución del 8% del
rinde por efecto del sorgo de Alepo resistente a glifosato, en una
infestación leve, y una merma del 15% donde la presencia de la maleza
fue mayor.
¿Cuál es el impacto económico de una merma del 8% en
soja de 1º? Una baja del 49% en el resultado económico, analizando datos
de una empresa en la zona de influencia de Armstrong (Santa Fe) en la
campaña 2010/11.
Son muchos los que se esperanzan con la
aparición de un herbicida que solucione todos los problemas de malezas
de difícil control, como lo fue el glifosato hace años. Pero es poco
probable y -de ocurrir- esta tecnología deberá usarse dentro de un
sistema integral de manejo, para que no pase lo mismo.
Revertir
esta problemática requiere de toda la cadena productiva. Si cada uno
-productores, técnicos, contratistas, dueños de campo, proveedores de
agroquímicos, instituciones de investigación, organismos públicos-
acciona desde su lugar hay oportunidad de mejora, pero con buenas
prácticas agrícolas que lejos están de manejos únicos.
Fuente: Clarin Rural
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